Bendigo y alabo tu nombre Padre, porque cuando pienso en la catástrofe y destrucción que ocurrió en toda la humanidad por la alta traición del primer Adán terrenal, si no hubieses tenido de nosotros misericordia a través del segundo Adán espiritual, el del cielo, todos hubiéramos quedado cubiertos con el manto de sombras y de muerte, y condenados a muerte espiritual por eternidad.
Te glorifico buen Padre, porque a pesar de nuestra poca capacidad, tú te las ingenuas para usarnos como: “Vasos de honra en medio de tu casa”, aun conociendo nuestra triste y lamentable condición.
Te alabo y te doy muchas gracias Padre, porque en todo este tiempo de mi verdadera vida Cristiana, has usado a mis propios hermanos para: llevarme al conocimiento de tu palabra; los has usado en la exhortación, corrección, y aun has permitido la persecución de muchos de ellos, para enseñarme a caminar rectamente en tu Camino, a perdonar, a, amar, ya tener el verdadero conocimiento de que sólo tú Señor, eres el único que conoces el corazón del hombre, y que le puedes juzgar con justicia, por la obra de tu Santo Espíritu, y dar a cada uno el pago de acuerdo a sus obras.
Señor y Padre nuestro: No terminaría de darte las gracias por todo lo que hiciste, haces, y harás por tu Iglesia Santa y pura, sin mancha y sin mancilla, por la obra regeneradora de tu Santo Espíritu.
Y por último, te doy las gracias por esta persona linda, que hoy termina la lectura de este libro; llénala de tu paz, tu gozo, tu misericordia, tu sabiduría, tu bonanza, y llena sus estanques del agua viva con las lluvias tardías y tempranas, hasta que te pueda ver en Sion, la Santa morada de tu presencia. Amen… Amen… Amen…
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Apóstol- Delio Zuluaga Mejía.
