�Viva Cuba Libre! �Viva Cristo Rey!: M�rtires de la Iglesia en Cuba
El primero de enero de 1959 parecía ser el principio de ese futuro mejor. Pero pronto se trueca en pesadilla y los jóvenes cristianos, dándose cuenta que están frente a una traición, a un enemigo de la Iglesia y de la Patria, se lanzan a la lucha. Pero la lucha es desigual, el enemigo controla todo y es -además- cruel y despiadado.
Las sentencias de muerte por fusilamiento son la norma. Y muchos de estos jóvenes, tal vez recordando la estrofa final del himno de la Acción Católica Cubana: ¡Viva Cuba creyente y dichosa,
viva Cristo monarca ideal! la repiten en los paredones de fusilamiento; ya no como un himno de esperanza sino como testimonio de su martirio al proclamar a viva voz muchos de ellos:
¡Viva Cuba Libre!
¡Viva Cristo Rey!
No todos murieron en el paredón, muchos murieron peleando, otros... asesinados.
Estamos seguros que en este libro hay muchas omisiones involuntarias.
Ellos, los que no aparecen en estas páginas, nos perdonarán desde la Gloria donde el Señor los recibió en el momento de su muerte. A ellos también dedicamos este pequeño homenaje.
¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Cristo Rey!
Igualmente merecen nuestro reconocimiento las decenas de miles que no murieron en la lucha pero no por eso dejaron de ser testigos de su fe: Los presos y presas que sufrieron por años el presidio político más largo, más cruel, más inhumano de toda nuestra América. Presidio que todavía continúa.
Y junto con ellos reconocemos y honramos también a nuestros hermanos de otros grupos cristianos que fueron igualmente testigos de su fe.
Cuando presenté un borrador de este trabajo a un alto prelado de la Iglesia en el Vaticano me confió: "Algún día la Iglesia reconocerá el martirio de estos hombres como lo está haciendo ahora con los mártires católicos de la guerra civil en España".
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Las sentencias de muerte por fusilamiento son la norma. Y muchos de estos jóvenes, tal vez recordando la estrofa final del himno de la Acción Católica Cubana: ¡Viva Cuba creyente y dichosa,
viva Cristo monarca ideal! la repiten en los paredones de fusilamiento; ya no como un himno de esperanza sino como testimonio de su martirio al proclamar a viva voz muchos de ellos:
¡Viva Cuba Libre!
¡Viva Cristo Rey!
No todos murieron en el paredón, muchos murieron peleando, otros... asesinados.
Estamos seguros que en este libro hay muchas omisiones involuntarias.
Ellos, los que no aparecen en estas páginas, nos perdonarán desde la Gloria donde el Señor los recibió en el momento de su muerte. A ellos también dedicamos este pequeño homenaje.
¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Cristo Rey!
Igualmente merecen nuestro reconocimiento las decenas de miles que no murieron en la lucha pero no por eso dejaron de ser testigos de su fe: Los presos y presas que sufrieron por años el presidio político más largo, más cruel, más inhumano de toda nuestra América. Presidio que todavía continúa.
Y junto con ellos reconocemos y honramos también a nuestros hermanos de otros grupos cristianos que fueron igualmente testigos de su fe.
Cuando presenté un borrador de este trabajo a un alto prelado de la Iglesia en el Vaticano me confió: "Algún día la Iglesia reconocerá el martirio de estos hombres como lo está haciendo ahora con los mártires católicos de la guerra civil en España".
�Viva Cuba Libre! �Viva Cristo Rey!: M�rtires de la Iglesia en Cuba
El primero de enero de 1959 parecía ser el principio de ese futuro mejor. Pero pronto se trueca en pesadilla y los jóvenes cristianos, dándose cuenta que están frente a una traición, a un enemigo de la Iglesia y de la Patria, se lanzan a la lucha. Pero la lucha es desigual, el enemigo controla todo y es -además- cruel y despiadado.
Las sentencias de muerte por fusilamiento son la norma. Y muchos de estos jóvenes, tal vez recordando la estrofa final del himno de la Acción Católica Cubana: ¡Viva Cuba creyente y dichosa,
viva Cristo monarca ideal! la repiten en los paredones de fusilamiento; ya no como un himno de esperanza sino como testimonio de su martirio al proclamar a viva voz muchos de ellos:
¡Viva Cuba Libre!
¡Viva Cristo Rey!
No todos murieron en el paredón, muchos murieron peleando, otros... asesinados.
Estamos seguros que en este libro hay muchas omisiones involuntarias.
Ellos, los que no aparecen en estas páginas, nos perdonarán desde la Gloria donde el Señor los recibió en el momento de su muerte. A ellos también dedicamos este pequeño homenaje.
¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Cristo Rey!
Igualmente merecen nuestro reconocimiento las decenas de miles que no murieron en la lucha pero no por eso dejaron de ser testigos de su fe: Los presos y presas que sufrieron por años el presidio político más largo, más cruel, más inhumano de toda nuestra América. Presidio que todavía continúa.
Y junto con ellos reconocemos y honramos también a nuestros hermanos de otros grupos cristianos que fueron igualmente testigos de su fe.
Cuando presenté un borrador de este trabajo a un alto prelado de la Iglesia en el Vaticano me confió: "Algún día la Iglesia reconocerá el martirio de estos hombres como lo está haciendo ahora con los mártires católicos de la guerra civil en España".
Las sentencias de muerte por fusilamiento son la norma. Y muchos de estos jóvenes, tal vez recordando la estrofa final del himno de la Acción Católica Cubana: ¡Viva Cuba creyente y dichosa,
viva Cristo monarca ideal! la repiten en los paredones de fusilamiento; ya no como un himno de esperanza sino como testimonio de su martirio al proclamar a viva voz muchos de ellos:
¡Viva Cuba Libre!
¡Viva Cristo Rey!
No todos murieron en el paredón, muchos murieron peleando, otros... asesinados.
Estamos seguros que en este libro hay muchas omisiones involuntarias.
Ellos, los que no aparecen en estas páginas, nos perdonarán desde la Gloria donde el Señor los recibió en el momento de su muerte. A ellos también dedicamos este pequeño homenaje.
¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Cristo Rey!
Igualmente merecen nuestro reconocimiento las decenas de miles que no murieron en la lucha pero no por eso dejaron de ser testigos de su fe: Los presos y presas que sufrieron por años el presidio político más largo, más cruel, más inhumano de toda nuestra América. Presidio que todavía continúa.
Y junto con ellos reconocemos y honramos también a nuestros hermanos de otros grupos cristianos que fueron igualmente testigos de su fe.
Cuando presenté un borrador de este trabajo a un alto prelado de la Iglesia en el Vaticano me confió: "Algún día la Iglesia reconocerá el martirio de estos hombres como lo está haciendo ahora con los mártires católicos de la guerra civil en España".
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Product Details
ISBN-13: | 9781530061617 |
---|---|
Publisher: | CreateSpace Publishing |
Publication date: | 02/21/2016 |
Pages: | 114 |
Sales rank: | 985,970 |
Product dimensions: | 5.51(w) x 8.50(h) x 0.24(d) |
Language: | Spanish |
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