Sirenas, hermosas sirenas retozando en un campo de golf: un fenómeno bastante inusual, salvo en el cerebro de Ken Minderquist. Bien es cierto que desde que el consejero económico de la Casa Blanca ha salvado la vida del presidente de los Estados Unidos, recibiendo la bala que le estaba destinada, su vida ha cambiado, el autocontrol se ha aflojado, como se pone inesperadamente de manifiesto en la conferencia de prensa efectuada en el idílico marco de la nueva mansión campestre de la familia Minderquist.
Este cruel retrato que da título al libro, en el que entre risas aflora el horror, es una muestra excelente del talento de Patricia Highsmith. La autora utiliza toda la gama de su maestría narrativa, pasando de la más negra ironía a la ternura un tanto ácida, del escalofrío a la sonrisa, consiguiendo superarse una vez más y sorprender de nuevo a sus fervientes seguidores.
Sirenas, hermosas sirenas retozando en un campo de golf: un fenómeno bastante inusual, salvo en el cerebro de Ken Minderquist. Bien es cierto que desde que el consejero económico de la Casa Blanca ha salvado la vida del presidente de los Estados Unidos, recibiendo la bala que le estaba destinada, su vida ha cambiado, el autocontrol se ha aflojado, como se pone inesperadamente de manifiesto en la conferencia de prensa efectuada en el idílico marco de la nueva mansión campestre de la familia Minderquist.
Este cruel retrato que da título al libro, en el que entre risas aflora el horror, es una muestra excelente del talento de Patricia Highsmith. La autora utiliza toda la gama de su maestría narrativa, pasando de la más negra ironía a la ternura un tanto ácida, del escalofrío a la sonrisa, consiguiendo superarse una vez más y sorprender de nuevo a sus fervientes seguidores.