Sé un inmigrante feliz: Disfruta de tu nueva tierra

Sé un inmigrante feliz: Disfruta de tu nueva tierra

by Héctor Teme
Sé un inmigrante feliz: Disfruta de tu nueva tierra

Sé un inmigrante feliz: Disfruta de tu nueva tierra

by Héctor Teme

Paperback

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Overview

Si vives en una ciudad o un país donde no naciste, o quizás te mudaste a un lugar donde hay otras costumbres.

Tal vez estas en medio de una cultura que no es la tuya, y deseas aprender adaptarte mejor y más rápido, "Se un Inmigrante Feliz" es para ti.

Este libro ofrece solución para el problema de la inmigración. Muchos inmigrantes pasan años queriendo adaptarse al nuevo lugar, a las nuevas costumbres. Muchos se mudaron pero quieren vivir como en el pasado, con el estilo de vida de su antigua vida y sus corazones siempre estan llenos de nostalgia.

"Se un inmigrante Feliz", que deja la frustración y la incertidumbre atrás, comienza a vivir cada día con todo el potencial de ser exitoso como un inmigrante feliz.


Product Details

ISBN-13: 9780718035747
Publisher: HarperEnfoque
Publication date: 09/22/2015
Pages: 256
Product dimensions: 5.40(w) x 8.30(h) x 0.70(d)
Language: Spanish

About the Author

Héctor Teme es un experto en liderazgo reconocido a nivel internacional, conferencista, coach y autor. Es considerado uno de los líderes cristianos más conocedores en el uso de nuevas tecnologías como el e-learning, la interconectividad móvil y la difusión por Internet. Vive actualmente en Miami junto con su esposa Laura y sus tres hijas: Yasmin, Jael y Abigail.

Read an Excerpt

Sé Un Inmigrante Feliz

Disfruta De Tu Nueva Tierra: Soluciones De Vida Par A El Problema Migratorio


By Héctor Teme

Grupo Nelson

Copyright © 2015 Héctor Teme
All rights reserved.
ISBN: 978-0-7180-3574-7



CHAPTER 1

llegaron


Con cambiar nuestras acciones manteniendo la misma manera de ser con la que no lo lograste no alcanza ...

Es tiempo de un cambio de miradas ... Llegaban de una tierra donde los perseguían.

Recordaban con tristeza las privaciones a que los sometían los poderosos. Que eran perseguidos y arrestados por no compartir principios y formas de vida. La persecución se había hecho insostenible.

Cada noche al caer el sol ingresaban a sus casas para arrestarlos y quitarles, por medio de injustas multas, el poco dinero que tenían.

Había que construir un futuro mejor ...

¿A dónde iremos?

Es muy difícil hacerse esta pregunta cuando deseas sostener tus principios en medio de la adversidad, cuando ves a tus hijos sufrir debido a las condiciones generadas por mantenerte firme en tus valores y en el deseo de ver un mundo mejor. Se juntaban cada noche, repasaban cada opción y salían desalentados. El lugar en dónde vivir fue la conversación que tuvieron por meses, sabiendo que cualquier territorio que eligiesen sería un viaje a lo desconocido.

No hay peor día que aquel que termina en medio de la insatisfacción. Y ellos deambulaban entre sus sueños y sus pesadillas.

Deseaban darles a sus hijos un espacio de libertad y crecimiento, y lo único que podían darles era sufrimiento, necesidades insatisfechas y mucha incertidumbre.

Habían visto a muchos tomar ese camino. Bajar la cabeza, agachar el alma y dejarse llevar por cada segundo que pasaba y que se hacía eterno cuando solo soportaban el paso del tiempo mientras eran esclavos de todo lo que sucedía y ellos decidían no hacer nada.

Muchos tomaban a diario el camino de la excusa y de dejar que las cosas pasaran. Muchos habían caído bajo el poder de la presión, o de la falta de alimentos o libertad, sin siquiera pestañear. Muchos dejaron a sus descendientes en manos de un destino que los arrollaba y que hacía de ellos una masa hambrienta, sufriente, sin nada que mirar más que su deseo de sobrevivir.

Debían tomar una decisión. ¿Se dejarían llevar por todo lo que sucedía justificándose al decir que ellos nada podían hacer para alcanzar un mundo mejor, o actuarían?

Cada vez que conversaban en grupo sobre estas cosas les venía a la mente la gran cantidad de riesgos que correrían, lo doloroso y sacrificado que podía ser si decidían dar el paso, y la gran incertidumbre.

Dejar a sus familiares. Dejar la tierra donde habían nacido. Dejar los recuerdos. Dejar una manera de hablar y una zona tranquila para moverse, una zona conocida durante toda la vida. Dejar una vida por otra que no estaban seguros si existiría.

Dejar todo por su sueño de libertad. Les daba temor, y el riesgo de cada pensamiento los atormentaba.

Pero su amor por encontrar un lugar que los recogiera, que les permitiera pensar y existir en libertad, en donde pudiera crecer y educarse su familia, era un pensamiento demasiado fuerte que no podían obviar.


Tomar la decisión

Hacer largos recorridos, dejar a la familia, las pertenencias y todo afecto, es una decisión desgarradora.

Te quita gran parte de ti mismo.

El ver tus días llenos de incertidumbre y sin los afectos o costumbres de siempre hace que la tendencia normal del ser humano sea desmoronarse. A menos que tenga un motivo poderoso.

Ellos viajaban a nuevas tierras para desarrollar contextos y espacios en los que su gente pudiera vivir y amar en libertad.

Cuando decidieron partir lo hicieron seguros de que comenzaría un tiempo especial para ellos.

Ahorraron durante años para poder pagar el transporte y todos los pertrechos que iban a requerir para el camino. Salieron con un entusiasmo único que los motivaba.

Pero la mitad de ellos no llegó, murió en el camino debido a la peste o a las inclemencias del clima o del viaje.

Habían pasado hambre, vejámenes y sufrimientos en medio de la travesía.

Cuando por fin salieron hacia nuevos rumbos, con un horizonte de optimismo y confianza en todo lo que venía por delante, se encontraron con que su cuota de confianza era más una amarga nota de ingenuidad. El camino hacia la nueva vida sería tanto o más difícil que la decisión de salir.

No era simplemente la distancia entre los sueños y la vida conocida, ni tampoco las inclemencias del tiempo o las posibles enfermedades. Lo primero doloroso que encontraron fueron sus semejantes, que relacionándose con su anhelo se convirtieron en generadores de su angustia.

Despiadados comerciantes les prometieron llevarlos a esa nueva tierra, y se quedaron con su dinero.

Buscaban libertad, una nueva vida, una tierra que los recibiera con los brazos abiertos.

Al llegar no fue así. Apenas pisaron la tierra que soñaron durante tantos años, esta se tornó hostil. No conocían sus caminos ni sus malezas. Tampoco las inclemencias del clima que se ensañaban con ellos. Pero lo peor era que los pueblos que vivían allí antes que ellos no los recibieron con alegría.

Los habitantes del lugar los tomaban como extranjeros y los amenazaban de muerte si se quedaban. Debieron construir su futuro a fuerza de empuje y determinación.

Desazón, engaños, inclemencias, enfermedades, caminos sinuosos, hombres sin piedad, personas desagradables, robos y más fueron las marcas que el viaje de una vieja vida a una nueva había dejado como huellas en sus retinas y en sus corazones.

No estoy hablando de inmigrantes del siglo veintiuno.

No estoy hablando de aquellos que llegan a la tierra de los sueños cruzando desiertos o el mar Caribe.

Estoy hablando de los primeros colonos de Estados Unidos.

Pioneros que llegaron en un barco llamado Mayflower luego de doce años de estar preparándose para la travesía.

Un grupo de personas para quienes la esperanza, la libertad, la pasión y la búsqueda de un futuro mejor eran parte de sus vidas cotidianas.

Personas que perseveraron en medio de la inclemencia, de la incomprensión y del sacrificio cotidiano. Pero que llegaron a cambiar el destino. Y que influyeron en generaciones futuras.

Ingleses que habitaron esta nueva tierra y que lograron ser inmigrantes felices, luego de pasar por muchas trabas y situaciones.

Hoy podemos aprender también de ellos ...

Esos pioneros, colonos de una nueva tierra, son un ejemplo para miles y miles de inmigrantes que antes o después que ellos eligieron caminar la misma senda.

Esos inmigrantes se pusieron de pie y no esperaron que otros les resolvieran sus problemas o les cambiaran las circunstancias. Ellos fueron por esas circunstancias. A costa de mucho. Pero también dejando un terreno arado para los que vendrían después de ellos. Colonos que dejaron un ejemplo para que pudiéramos seguir.

En diferentes formas. Con muchas marcas. Pero con empuje y decisión.

Hicieron el viaje más ejemplificador en estos últimos siglos de un inmigrante, y representan el corazón de un colono digno de imitar.

Fue un viaje costeado por ellos mismos hacia un futuro que lo único que tenía de seguro era que había que construirlo.


Otros habían pasado por aquellas tierras

Otros habían pasado por esas tierras ... John Cabot, un navegante italiano que con el auspicio de Enrique VI navegó en busca de un paso hacia el oriente.

Y algunos más ... que pasaron por estas extensas tierras observándolas solo como posibilidades de negocio o un espacio de conquista.

Pero solo estos pioneros serán recordados como la «epope- ya americana».

Porque vinieron por libertad, vinieron para quedarse, vinie- ron buscando forjar un lugar donde vivir sus principios y pasarlos de generación en generación.

Ellos son conocidos como «los peregrinos».

Como la historia de miles de inmigrantes, la suya comienza a miles de kilómetros.

Uno puede conocer mucho de la travesía porque se conserva gracias a los hombres que la vivieron y la han descrito

William Bradford fue uno de los que narró con detalle lo que sucedió con aquellos hombres y mujeres valientes que cambiaron su historia y la de muchos cuando decidieron ser protagonistas de su destino.

Ellos no se convirtieron en peregrinos de un día para otro, sino que llevaron más de diez años invirtiendo en un proceso que los tenía ocupados.

¿Invirtiendo? Sí. Igual que ahora. Los viajes de los inmigrantes que van en busca de una nueva vida son costeados por las mismas personas que deciden viajar, con ayuda de sus familiares, amigos y personas queridas, pero todo a fuerza de tesón y empuje.

Mientras que las conquistas eran subvencionadas por imperios como el español o el portugués, los colonos del Mayflower, igual que otros peregrinos, pagaron ellos mismos su boleto al futuro.

Los peregrinos son un ejemplo vivo para todo inmigrante de cualquier nacionalidad. Ellos fueron colonos de una nueva tierra y no sus conquistadores.

Otro de los grandes principios que deseo mostrarte en este libro es este: se puede ser un inmigrante feliz y aprender de los compromisos e inversiones que los peregrinos también hicieron.

Sus principios y su corazón de servicio los iluminaban cada mañana en busca de algo mejor para ellos y sus descendientes.

Los peregrinos que marcaron una diferencia en el mundo supieron que podían ser inmigrantes y, con una manera de ser poderosa, llenar de felicidad sus vidas.

Y fueron por ello ... con gran esfuerzo y dedicación.

Con mucho sacrificio. Más de una vez con desánimo. Con caminos llenos de obstáculos. Con gran cantidad de desarraigo.

Pero con algo que los hizo permanecer. Iban hacia una nueva tierra a darle lo mejor que tenían de ellos mismos. Y a ser parte de ella y con sus habitantes originarios construir un futuro poderoso.

CHAPTER 2

Conquistador-Colono : Definición Y Análisis

Millones y millones de inmigrantes han marcado una diferencia en el mundo durante estos años.

Como nunca, personas que eligen salir de su tierra de origen e ir hacia otra tierra con sus familias y sueños son noticia cotidiana. Inmigrantes de diferentes nacionalidades y culturas se mueven de un lugar a otro, y cada vez más.

Así también sucede con los hispanos de diferentes partes del mundo.

Los inmigrantes hispanos siempre se notan en cualquier lugar del mundo a donde hayan emigrado. Por excelentes o malos ejemplos, se notan.

Si observamos el desarrollo migratorio a nivel mundial, descubriremos que los chinos cuentan con gran cantidad de inmigrantes en muchísimos países, sin embargo, no hacen tanto ruido como los inmigrantes latinos.

El latino se hace notar en sus expresiones, en sus danzas, en su pasión por lo que hace. Se le reconoce también por sus enojos, por su hablar alto y su manera de relacionarse con otros.

Creemos que llegó el tiempo de no solo hacernos notar, sino de poder ser protagonistas en cada lugar donde estemos dando lo mejor de nosotros.

Pero para que eso suceda hemos descubier to algo que puede cambiar la vida de millones de inmigrantes hispanos en el mundo. Y es que el modelo de pensamiento que tenemos como inmigrantes no nos ayuda a ser inmigrantes felices. Si cambiamos ese paradigma, lograremos desarrollar un contexto que será poderoso para nosotros y nuestros seres queridos.


Diferencias entre inmigrantes, refugiados, extranjeros y visitantes

¿Inmigrante o visitante?

No toda persona que sale de una nación para vivir en otra es un inmigrante.

Esta es una de las mayores confusiones que hemos tenido.

Dicha confusión ha generado que se pensara que todas las personas que llegan a otra tierra que no sea el lugar donde nacieron son inmigrantes y pueden tener los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro.

Por eso debemos hacer un alto y preguntarnos con seriedad: ¿soy un inmigrante?

Porque quizás estás viviendo en otra tierra, pero no eres un inmigrante.

Puede que seas un trabajador extranjero, un refugiado o alguien que esté de visita.

En cualquiera de estos casos es excelente que pases un tiempo fuera de tu casa para adquirir experiencia, para mejorar la calidad de vida, porque debes esperar que se den las condiciones o porque no has conseguido un buen empleo.

Pero no eres un inmigrante. Solo alguien que está de paso. Y si así fuera está bien, pero para cambiar el mundo en el que vivimos debemos hablar claro.

Y hablarlo. Porque todo lo que no está en tu lenguaje no existe.

Así que para diseñar el futuro resulta primordial elegir quiénes queremos ser.

Si estamos de visita o por un tiempo es fabuloso, pero si he elegido emigrar debo desterrar de mi vida el lenguaje de refugiado y convertirme en un inmigrante feliz.

Porque cuando quiero lo mejor de dos mundos probablemente reciba lo peor de dos mundos.

Y como decía el cantautor terminaré también pensando y sufriendo porque «no soy de aquí, no soy de allá».1

Híbridos ciudadanos de las circunstancias, que están en cuerpo o geográficamente en un lugar, pero su lenguaje, sus pensamientos, su conversación cotidiana, su corazón, está muy fuera de allí. Y no tienen ni la más mínima noción como ciudadanos, solo buscan y hacen crecer sus nociones como consumidor.


Refugiados

Los refugiados son un grupo de personas que se reconocen como migrantes forzados, pues en sus países son perseguidos por sus creencias o razas, o por conflictos armados o desastres naturales.

Esta definición fue asentada en 1951 en la Convención sobre el Estatuto de Refugiados de las Naciones Unidas. Actualmente, el concepto se ha ampliado haciendo referencia a las personas que se van de sus lugares de origen porque las tierras de esos países no les aseguran la subsistencia.

La protección internacional de los refugiados se basa esencialmente en asegurar la admisión en el país de refugio, el otorgamiento del refugio, el respeto de los derechos humanos y el cumplimiento del principio de «no-devolución», que respalda el derecho de las personas que solicitan refugio a no ser obligadas a regresar a su país.


Extranjero

Un extranjero es aquel que ha llegado a una nueva tierra en representación de su propia nación. Que vino para estudiar o trabajar, pero que tiene un tiempo reducido de permanencia y que pronto, y con gran entusiasmo, regresará a su tierra de origen.

Se define como extranjero a aquella persona que no forma parte de la comunidad política que se adopta como referencia. En todos los estados existe una regulación acerca de la entrada y salida de los extranjeros del territorio nacional. Tal regulación recibe el nombre de «derecho de extranjería». Dentro del gru- po de extranjeros se distinguen los que poseen un estatuto común y los que tienen un estatuto especial. Los segundos gozan de un tratamiento más favorable en algunos aspectos, debido a los vínculos existentes entre el estado en el que el extranjero en cuestión se halle y el estado del que sea nacional.


Visitante

Una visita viene por un tema puntual: turismo, familiares, conferencias. Puede que se quede un día o un año, pero siempre será una visita. Se le atiende y agasaja como una visita y se sabe que pronto volverá a su casa, así que se pretende que el tiempo que permanezca como visita sea un tiempo de calidez en su vida.

Las categorías de refugiado, extranjero y visitante no solo tienen que ver con las circunstancias, sino también con la decisión personal.

Hoy puedes elegir convertirte de cuerpo y alma en un inmigrante. No importa qué fuiste hasta ahora. Y ser más que eso. Ser un inmigrante feliz.

Algunos inmigrantes no pueden ver hacia adelante porque solo piensan como refugiados, trabajadores extranjeros o comerciantes de paso. Definamos entonces al inmigrante.


Inmigrante

Inmigrante es aquel que deja su tierra de origen y se asienta en una nueva tierra. Es quien vive y desarrolla sus actividades en una nueva nación que adopta como suya. Hemos visto diferentes tipos de inmigrantes, los cuales desarrollaremos a lo largo del libro. También veremos aquellas distinciones que nos ayudarán a ser inmigrantes felices.


La elección es personal

Esta importante definición implica una actitud de vida que depende de ti. Y debes tomarla por tu familia, por ti, por tu futuro.

La elección debe nacer del corazón. No si te va bien, o si te va mal.

Debe ser un diseño, no una reacción, y comprometerte a llevarla a cabo en cada área de tu vida.

No puedes ser un inmigrante por momentos y un refugiado por otros.

Debes elegir.

Algunos, un día son refugiados, otro día son inmigrantes.

Algunos días «sienten» que añoran la tierra que los vio nacer. Ponen música bonita que les recuerde su infancia e idealizan cada momento de su ayer. Y en medio del tiempo que pueden construir su futuro solo alimentan frustraciones.

Pero al otro día, cuando consiguen un mejor trabajo, cuando las cosas les van bien o son reconocidos por algo o alguien, «sienten» que llegó su hora de reclamar sus derechos como «inmigrantes».

Un nuevo modelo de pensamiento nos ayudará a lograr nuevos lenguajes y nuevas acciones.

Si has elegido dejar de ser un refugiado o una visita, y estás comprometido a ser un inmigrante, es un buen momento para que te preguntemos: ¿has venido a conquistar la nueva tierra?


(Continues...)

Excerpted from Sé Un Inmigrante Feliz by Héctor Teme. Copyright © 2015 Héctor Teme. Excerpted by permission of Grupo Nelson.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
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Table of Contents

Contents

Agradecimientos, ix,
Nota del autor, xiii,
Introducción, xv,
Capítulo 1 Llegaron, 1,
Capítulo 2 Conquistador-colono: definición y análisis, 7,
Capítulo 3 Las relaciones de un conquistador, 18,
Capítulo 4 De conquistador a colono, 26,
Capítulo 5 Nuevos colonos de una nueva tierra, 37,
Capítulo 6 El inmigrante colono: ¿cómo desarrollamos su felicidad?, 45,
Capítulo 7 Solución 1: un inmigrante feliz distingue más, 58,
Capítulo 8 Solución 2: interpretaciones que sirven, 71,
Capítulo 9 Solución 3: ¡sé tú mismo!, 81,
Capítulo 10 Solución 4: acepta el desafío, 88,
Capítulo 11 Solución 5: tu actitud determina tu altitud, 94,
Capítulo 12 Solución 6: un generador de esperanza, 106,
Capítulo 13 Solución 7: habla de la tierra y vive en ella como propia, 118,
Capítulo 14 Solución 8: el modelo surf para los contratiempos, 134,
Capítulo 15 Solución 9: vive y entiende el concepto «fraternidad», 142,
Capítulo 16 Solución 10: mira lo que te falta y no lo que no tienes, 148,
Capítulo 17 Solución 11: mente de tierra prometida, 156,
Capítulo 18 Solución 12: ¡fuera el temor!, 167,
Capítulo 19 Solución 13: el ayer es mi espacio de aprendizaje, 183,
Capítulo 20 Solución 14: perseverar, perseverar, perseverar ..., 189,
Capítulo 21 Solución 15: vence la ansiedad y la angustia, 198,
Capítulo 22 Solución 16: derrota la tribulación y la perturbación, 211,
Capítulo 23 Un inmigrante feliz vive agradecido, 221,
Notas, 225,
Acerca del autor, 229,

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