Sé un hombre de fe inquebrantable

Durante sus 60 años como pastor, John Osteen combinó su extraordinario amor por la gente con una visión de ministerio que él describía mejor que nadie: “Sin límite”. Esta edición en tapa dura no solo incluye parte de los sermones escritos por John, sino también un prefacio y comentarios de su hijo, Joel; los principios de esta fe “sin límites” vienen a acompañar a una nueva generación.

Para esos momentos de luchas y tentaciones que todos enfrentamos, esos momentos en que nos sentimos rodeados y atacados, el mensaje de John es sumamente simple –esos son precisamente los momentos para una fe inquebrantable.

En este libro, John enseña a los creyentes de hoy las siete cualidades de una fe inquebrantable:

1. Escucha y observa lo que el mundo no puede ver ni escuchar.

2. Ora fervientemente aunque ya haya conseguido una respuesta.

3. Es más firme cuando no hay señales de la respuesta.

4. Siempre dice: “¡Vamos de nuevo!”.

5. Sigue adelante aunque las señales de respuesta sean mínimas.

6. Cree en grande aunque parezca poco.

7. Empieza de la nada y termina haciendo cosas impresionantes por Dios.

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Sé un hombre de fe inquebrantable

Durante sus 60 años como pastor, John Osteen combinó su extraordinario amor por la gente con una visión de ministerio que él describía mejor que nadie: “Sin límite”. Esta edición en tapa dura no solo incluye parte de los sermones escritos por John, sino también un prefacio y comentarios de su hijo, Joel; los principios de esta fe “sin límites” vienen a acompañar a una nueva generación.

Para esos momentos de luchas y tentaciones que todos enfrentamos, esos momentos en que nos sentimos rodeados y atacados, el mensaje de John es sumamente simple –esos son precisamente los momentos para una fe inquebrantable.

En este libro, John enseña a los creyentes de hoy las siete cualidades de una fe inquebrantable:

1. Escucha y observa lo que el mundo no puede ver ni escuchar.

2. Ora fervientemente aunque ya haya conseguido una respuesta.

3. Es más firme cuando no hay señales de la respuesta.

4. Siempre dice: “¡Vamos de nuevo!”.

5. Sigue adelante aunque las señales de respuesta sean mínimas.

6. Cree en grande aunque parezca poco.

7. Empieza de la nada y termina haciendo cosas impresionantes por Dios.

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Sé un hombre de fe inquebrantable

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by John Osteen
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Overview

Durante sus 60 años como pastor, John Osteen combinó su extraordinario amor por la gente con una visión de ministerio que él describía mejor que nadie: “Sin límite”. Esta edición en tapa dura no solo incluye parte de los sermones escritos por John, sino también un prefacio y comentarios de su hijo, Joel; los principios de esta fe “sin límites” vienen a acompañar a una nueva generación.

Para esos momentos de luchas y tentaciones que todos enfrentamos, esos momentos en que nos sentimos rodeados y atacados, el mensaje de John es sumamente simple –esos son precisamente los momentos para una fe inquebrantable.

En este libro, John enseña a los creyentes de hoy las siete cualidades de una fe inquebrantable:

1. Escucha y observa lo que el mundo no puede ver ni escuchar.

2. Ora fervientemente aunque ya haya conseguido una respuesta.

3. Es más firme cuando no hay señales de la respuesta.

4. Siempre dice: “¡Vamos de nuevo!”.

5. Sigue adelante aunque las señales de respuesta sean mínimas.

6. Cree en grande aunque parezca poco.

7. Empieza de la nada y termina haciendo cosas impresionantes por Dios.


Product Details

ISBN-13: 9781602558861
Publisher: Grupo Nelson
Publication date: 06/04/2013
Sold by: HarperCollins Publishing
Format: eBook
Pages: 208
File size: 8 MB
Language: Spanish

About the Author

Joel Osteen, oriundo de Texas, es pastor de la Iglesia Lakewood, una de las iglesias más grandes y de mayor crecimiento en Estados Unidos. Según la agencia de investigación de medios Nielsen, Joel es la figura inspiracional más vista en América. Sus sermones semanales se trasmiten por televisión en todos los mercados estadounidenses con una millonaria audiencia. También se transmiten en cerca de cien naciones alrededor del mundo. Su primer libro vendió más de cuatro millones de copias y se mantuvo en la lista de los más vendidos del New York Times por más de dos años. Desde entonces, Joel ha escrito varios títulos, incluyendo Lecturas diarias de lo mejor de ti. Joel apareció en un sinnúmero de programas de televisión como Larry King Live y fue nombrado entre “Las 10 personas mas fascinantes del 2006” por Barbará Walters.

Read an Excerpt

S un HOMBRE de FE INQUEBRANTABLE


By Joel Osteen

Grupo Nelson

Copyright © 2013 Grupo Nelson
All rights reserved.
ISBN: 978-1-60255-886-1


Excerpt

CHAPTER 1

Un hombre de fe puede cambiar su destino


En el Antiguo Testamento hay un hombre un tanto oscuro que venció lo que parecía ser un destino que incluía dolor, enfermedad y derrota, convirtiéndose en un hombre de fe. Su nombre era Jabes, y la mayoría de hombres en su lugar se habrían dado por vencidos y se habrían resignado a que nada pudiera hacerse por su situación. Si te has sentido tentado a creer que no tienes ninguna esperanza de convertirte en un hombre de fe, te invito a venir a la luz de la Palabra de Dios y descubrir que si te atreves a creer en las promesas de Dios, puedes revolucionar tu vida. Funcionó para Jabes, y también funcionará para ti.


¿Qué hay en un nombre?

"Jabes fue más importante que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: "Con aflicción lo he dado a luz". Jabes le rogó al Dios de Israel: "Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción". Y Dios le concedió su petición" (1 Crónicas 4.9–10).

¿Reconoces el milagro en la breve súplica de Jabes? Puede que te resulte un poco oscuro hasta que te das cuenta de que su nombre, Jabes, significa "pena, dolor y problema". Su nombre habla de la condición de su vida, y ahora que entiendes esto, verás que él eligió cambiar su destino.

Los nombres en la Biblia tienen un significado importante, y en muchos casos tienen el propósito de comunicar un mensaje. El nombre de una persona en la Biblia a menudo expresaba el tipo de persona en el que se convertiría, o lo que haría por Dios.

Por ejemplo, el nombre Jacob significa "impostor", y él se convirtió justo en eso. El engaño definió la vida de Jacob. Cuando Dios se encontró con él y cambió su vida, también cambió su nombre para que se adecuara a esa nueva vida. Su nuevo nombre fue Israel, que quiere decir "príncipe" (Génesis 32.28).

Abram significaba "padre supremo", pero Dios cambió su nombre para que se acomodara a su destino. Le llamó Abraham, "padre de muchas naciones" (Génesis 17.5).

El nombre de Moisés hablaba de su vida, pues significaba "sacar" (Éxodo 2.10). Cada vez que se pronunciaba su nombre, este le recordaba a Moisés que su vida había sido preservada cuando la hija del Faraón le sacó del agua cuando era un bebé.

Josué significa "salvador". Todos los días su nombre le recordaba a Josué que era el salvador de su pueblo. Esto fue precisamente en lo que se convirtió cuando guió a Israel a la Tierra Prometida.

Pasaba lo mismo con Jabes. Su madre lo alumbró con dolor. ¿Por qué? ¿Acaso estaba tullido o afectado por alguna enfermedad o debilidad desde su nacimiento? ¿Quizá nació en un ambiente de dolor, problemas y tristeza? Fuera cual fuese el caso, cada vez que su nombre era pronunciado este le gritaba: "¡Eres dolor! ¡Problemas! ¡Pena!".

En mi mente, me imagino a Jabes como un hombre joven convenciéndose de que su destino siempre estaría restringido y limitado a la debilidad, la enfermedad y el dolor porque su mismo nombre lo declaraba. ¿Quién puede contar los efectos negativos de ese mensaje en su mente y su espíritu? Tuvo que haber una lucha constante antes de rendirse a la mentira de que no había esperanza para él.


La fe y la Palabra de Dios

La fe viene por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10.17), y en mi imaginación veo el día en que Jabes oyó a un profeta de Dios proclamar el poder ilimitado del Dios de Israel. Casi puedo escuchar al profeta declarar cómo Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto con señales y milagros.

¡Habla de la presencia manifiesta de Dios en el desierto a través de la columna de fuego por la noche y de la nube por el día (Éxodo 13)!

¡Habla del milagro de Dios del maná y de la carne en el desierto (Éxodo 16)!

¡Habla del milagro de Dios del agua que brotó de la roca (Éxodo 17)!

¡Habla del milagro de las sandalias y las ropas que no se desgastaron durante los cuarenta años de travesía por el desierto (Deuteronomio 29.5)!

Habla de cómo Dios, milagrosamente, sanó a dos millones de esclavos oprimidos, débiles y enfermos cuando salieron de Egipto. "Y no hubo en sus tribus enfermo" (Salmo 105.37 RV60).

Entonces oigo al profeta clamar con Jeremías: "¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible" (Jeremías 32.17).

Escucho a este hombre declarar la promesa de Dios: "Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes" (Jeremías 33.3).

Puedo imaginarme que cuando Jabes oyó estas palabras de fe, la esperanza comenzó a crecer en su interior. Se dio cuenta de que con Dios todas las cosas son posibles.


Cuando la fe aumenta

Cuando Jabes vio la verdad de Dios, ¡se rebeló contra la mentira del diablo!

Cuando vio la luz de Dios, ¡se rebeló contra la oscuridad!

Cuando vio la vida de Dios, ¡se rebeló contra la enfermedad y la muerte!

Cuando vio la libertad de Dios, ¡se rebeló contra la esclavitud!

La fe de Jabes empezó a aumentar y provocó que clamara a Dios. Se enojó con su presunto destino. Se rebeló contra la incredulidad y las dudas, ¡y se convirtió en un hombre de fe!

"Jabes le rogó al Dios de Israel: "Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción". Y Dios le concedió su petición" (1 Crónicas 4.10).

Jabes quería que Dios le bendijese, pero aún quería más. Quería ser rescatado y puesto en libertad. "¡Ensancha mi territorio!", clamó.

"¡Sácame de los limitantes muros del miedo, la enfermedad, la derrota y el dolor! ¡Ensancha mi territorio! ¡Levántame de esta vida de dolor! ¡Abre estas puertas! ¡Derriba estas vallas de hierro! ¡Ensancha mi territorio!".

También pidió algo muy importante en su plegaria. Oró para que Dios le guardara del mal. Estaba diciendo, en efecto, que quería ser sanado y liberado para servir al Dios viviente. Él no iba a usar su liberación del miedo, la enfermedad y los problemas para servir a Satanás. Jabes quería vivir una vida agradable a Dios.

La Biblia dice: "Y Dios le concedió su petición". ¡Jabes fue libre! Él no creyó que fuese su destino ir por la vida con dolor y tristeza. Apartó los ojos de su nombre y los volvió hacia el nombre del gran Jehová Dios, que había declarado: "porque yo soy Jehová tu sanador" (Éxodo 15.26 RV60).


Jabes cambió su destino, ¡y tú también puedes hacerlo!

Puedes cambiar el curso entero de tu vida observando las promesas de Dios y atreviéndote a creerlas. Jesús dijo: "y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8.32).

El primer paso hacia la libertad, la sanación y el milagro es aceptar la verdad de Dios en la Biblia.

Una mujer me contó cómo el poder de Dios la sanó de su larga enfermedad. Dijo: "Pastor Osteen, leí las promesas de Dios una y otra vez hasta que de repente vi que Dios quería curarme". Cuando ella creyó que Dios realmente quería sanarla, fue fácil tener fe. Hoy, ella goza de una buena salud.

Dios no quiere que enfermes o que sufras dolor. Tus problemas y tristeza no vinieron de tu cariñoso Padre celestial. Dios es Jehová-Rafa, "Jehová tu sanador" (Éxodo 15.26 RV60).

Jesús dijo: "El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia" (Juan 10.10). Es el diablo el que trata de robarte la salud, de matar tus esperanzas con desánimo y de destruir tu vida.

Jesús vino para que pudieses tener vida y tenerla en abundancia. Es el momento de que disfrutes de la vida abundante. ¡La voluntad de Dios es que salgas victorioso de las vicisitudes de la vida y que no sufras derrota!

Jesús vino del cielo para traerte liberación. Cuando Él vino, vino por ti. Cuando Él murió, murió por ti.

"Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades (dolencias, debilidades y aflicciones) y soportó nuestros dolores [...] y gracias a sus heridas fuimos sanados" (Isaías 53.4–5).

"Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores" (Mateo 8.17). "Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias" (Salmo 103.3).

Tal como Jesús llevó todos tus pecados, también llevó tus enfermedades. No es la voluntad de Dios para ti que cargues con tus pecados, y no es Su voluntad que cargues con tus enfermedades.

"El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo" (1 Juan 3.8). "Resistan al diablo, y él huirá de ustedes" (Santiago 4.7).

¡Levántate en fe! ¡Rechaza vivir una vida de derrota!

¡Toma estas promesas y sube a la presencia de Dios! ¡Cambia tu destino apelando al Dios de los milagros!

Dios te está hablando ahora: "Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré" (Juan 14.14). "Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús" (Filipenses 4.19).

He visto a multitudes cambiar sus destinos por creer en estas promesas y rechazar ceder ante el enemigo.


Hombres de fe, levántense y luchen

Debes darte cuenta de que es Satanás quien quiere que sufras. Dios quiere que seas bendecido. No aceptes pasivamente la enfermedad, la tristeza, los problemas o las circunstancias como tu destino en la vida. Elige creer lo que la Palabra de Dios dice acerca de ti.

¡Resiste al diablo y él huirá de ti! A menos que lo hagas, no podrás ser liberado. Deposita tu confianza y tu fe en Dios y en Su Palabra poderosa.

Hace años, un hombre vino a nuestra iglesia, un hombre destrozado. Era padre soltero de cuatro niños, había vivido una vida de pobreza y dolor y apenas podía sobrevivir en términos financieros. Cuando puso su fe en Cristo, empezó a darle el diezmo al Señor y a orar para que Dios le bendijese económicamente. Me impactó que trajese fielmente a sus hijos a la iglesia y que incluso ofreciera su tiempo como voluntario. Yo era consciente de que trabajaba duro en el área médica, pero su condición social era bien baja. Daba lo mejor de sí mismo y trabajaba con excelencia.

Los doctores se fijaron en su excelencia y fidelidad y comenzaron a pedirle ayuda. Dios le dio tal favor con los médicos que decidió empezar su propio negocio y comenzó a venderles a estos profesionales el equipo médico. Dios bendijo su negocio, y hoy es un empresario de éxito. Más tarde conoció a una fabulosa mujer cristiana, y él y toda su familia están sirviendo juntos a Dios porque este hombre eligió creer que Dios tenía una vida mejor para él. ¡Él cambió su destino!

El Señor Jesús está contigo mientras lees estas promesas de Su poder y Su buena voluntad para liberarte. Empieza a alabarle ahora mismo por tu curación y victoria. Alábale aunque te sientas desanimado o enfermo.

Como hizo Jabes, derrama tu corazón ante Dios. Empuja para tocar el borde de Su manto. No te detengas ni te desalientes. Dios quiere que tengas vida en abundancia.

La fe viene por el oír la Palabra de Dios, y a medida que actúes en base a ella, el poder milagroso de Dios será liberado. Lo que le dijeron los apóstoles al minusválido de Hechos 3 fue: "En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!" (Hechos 3.6). Como resultado, el hombre se levantó y entró al templo ... ¡caminando, brincando y alabando a Dios! ¡Tú también puedes ser liberado de la enfermedad, las adicciones, la ira, el pecado y la depresión en el nombre de Jesús!

Como en el caso de Jabes, ¡tú puedes llegar a ser un hombre de fe inquebrantable! ¡Empieza a hacer lo que no podías hacer antes! ¡Pon tu fe en acción! ¡Dale a Dios la gloria y conoce que Dios está a punto de ensanchar tu territorio!


Reflexión de JOEL

Mi padre creció con una "mentalidad de pobreza", y durante años en el ministerio pensó que le estaba haciendo un favor a Dios permaneciendo pobre. Dios trató de bendecir y hacer crecer a mi padre, pero él no podía recibirlo. Más tarde, papá aprendió que, como hijos de Dios, podemos vivir una vida de abundancia; incluso deberíamos esperar ser bendecidos como lo fue Jabes. De hecho, es tan importante aprender a recibir una bendición como lo es estar dispuesto a dar una.

Amigo, no te cruces de brazos y permitas que los pensamientos críticos y negativos influyan en tu vida. La Biblia nos exhorta: "sean transformados mediante la renovación de su mente" (Romanos 12.2). Cuando habitas en la Palabra de Dios y empiezas a ver lo mejor de las situaciones, poco a poco, un pensamiento cada vez, transformarás tu modo de pensar. Dios te ayudará. Mantente lleno de fe. Mantente lleno de gozo. Mantente lleno de esperanza. ¡Dios transformará tu vida!

CHAPTER 2

Un hombre de fe cree en la Palabra de Dios


Una vez visité el Vaticano, en Roma. En las paredes y en los pasillos hay numerosas pinturas y estatuas de los doce apóstoles, todas ellas imponentes. De hecho, algunas de ellas son enormes. Creo que podría decirse, sin temor a equivocarse, que los artistas y escultores captaron la forma en la que tendemos a pensar en los apóstoles: sobresalientes hombres de fe que se levantaron y cambiaron el mundo.

Pero los apóstoles no eran nada extraordinario: eran de carne y hueso como tú y yo. De algún modo, debido a que se encuentran en la Biblia, pensamos que no fueron como nosotros. Pero eso no es cierto. Ellos fueron hombres normales y corrientes, con esposas, hijos, facturas y todos los desafíos de la vida.

En el libro de 1 de Reyes 17 y 18, el veterotestamentario profeta Elías fue un hombre con una gran fe, al que admiro profundamente, pero el apóstol Santiago nos dice que también "era un hombre con debilidades como las nuestras" (Santiago 5.17; 1 Reyes 17.1). Debilidades significa "pasiones y sufrimientos". Era un hombre normal y corriente, como tú y yo, sujeto a las mismas pasiones que nosotros tenemos.

Pero Elías tenía tal fe que cuando oró para que dejase de llover, así fue ... ¡durante tres años y medio! "Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos" (Santiago 5.17–18; 1 Reyes 18.42–45).

Probablemente estés pensando: Pastor Osteen, ¿cómo puede una persona tener la fe suficiente para detener la lluvia, simplemente? Y ya no digamos durante tres años y medio.

Para responder a eso, empecemos donde empieza la Palabra de Dios. La Biblia dice: "En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan" (Hebreos 11.6). También declara que sin fe en Dios es imposible nacer de nuevo o ir al cielo: "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte" (Efesios 2.8–9).

Así que todos tenemos la misma capacidad de recibir el don de la salvación, Dios nos ha dado a cada uno de nosotros la misma medida de fe. El apóstol Pablo escribió: "según la medida de fe que Dios le haya dado" (Romanos 12.3). Dios quiere que todos lleguemos a la fe redentora, y todos empezamos con la misma medida, el mismo tamaño de fe: la capacidad suficiente para llevarnos a la salvación.

Una vez que aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, mediante nuestra salvación somos "hechos justicia de Dios en Él" (2 Corintios 5.21 RV60), y jamás seremos más justificados que eso. No podemos crecer en rectitud.

Pero podemos y debemos crecer en fe. Claramente, la Biblia dice: "su fe se acrecienta cada vez más" (2 Tesalonicenses 1.3). Llegar a ser un hombre de fe inquebrantable requiere que crezcas extremadamente en tu fe como lo hizo Elías en su vida.


Cómo crece la fe

Cuanto más usas tus brazos y piernas, cuanto más caminas, corres y te ejercitas, más fuertes y en forma están tus músculos. Pero si no usas un músculo, lo perderás.

Así es como funciona la fe. La fe crecerá conforme la uses. Cuanto más la uses, más fuerte crecerá. Pero este crecimiento es un proceso gradual.

No te decepcionas con un bebé porque no puede permanecer de pie o correr un maratón. No esperas que un bebé haga eso, pero sí esperas que crezca, que se haga más fuerte, que empiece a gatear, que se levante y se agarre a las cosas y que por último dé uno o dos pasos. Al final, sabes que el niño será capaz de caminar y de correr.

Así es tu fe. Crece de forma gradual cuando la usas. Mucha gente comete el error de tratar de saltar y correr en su vida de fe cuando aún son solo bebés aprendiendo a gatear.

Una vez le pregunté a un hombre: "¿A qué se dedica?". Él me dijo: "No trabajo. Solo vivo por fe". No fue ninguna sorpresa que el hombre estuviera enterrado en deudas. Ese tipo de comportamiento no es fe, es ignorancia. La Biblia dice que si alguien no trabaja, tampoco debería comer (2 Tesalonicenses 3.10).

Recuerdo cuando mi congregación y yo empezamos a creer en Dios para nuestros primeros edificios nuevos. Nuestro primer templo era una tienda de comestibles reformada y tenía lugar para 234 personas. En 1969 había tenido grandes encuentros evangelísticos por todo el país y las cosas habían ido bien. Durante mi ausencia necesitamos expandirnos, así que se construyó una nueva iglesia en una propiedad adyacente con espacio para 700 personas.
(Continues...)


Excerpted from SÃ? un HOMBRE de FE INQUEBRANTABLE by Joel Osteen. Copyright © 2013 by Grupo Nelson. Excerpted by permission of Grupo Nelson.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
Excerpts are provided by Dial-A-Book Inc. solely for the personal use of visitors to this web site.

Table of Contents

Contents

Prólogo....................     vii     

Introducción....................     xi     

1. Un hombre de fe puede cambiar su destino....................     1     

2. Un hombre de fe cree en la Palabra de Dios....................     13     

3. Un hombre de fe ve y oye lo que el mundo no puede ver ni oír............     29     

4. Un hombre de fe ora de todo corazón aunque ya haya escuchado la
respuesta....................     41     

5. Un hombre de fe es fuerte cuando no hay pruebas de la respuesta.........     57     

6. ¡Un hombre de fe nunca se da por vencido!....................     69     

7. Un hombre de fe sigue adelante cuando solo hay una pequeña evidencia....     89     

8. Un hombre de fe cree en lo grande cuando ve lo pequeño..................     103     

9. Un hombre de fe empieza sin nada, pero acaba haciendo grandes cosas.....     115     

10. Fe para nuestros amigos y familia....................     125     

11. El mensaje que Dios confía a los hombres de fe....................     141     

12. Qué hacer cuando parece que nada funciona....................     155     

13. Jesús, el autor y consumador de nuestra fe....................     175     

Acerca de los autores....................     185     

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