Ernestina de Champourcin (Vitoria, 10 de julio de 1905-Madrid, 27 de marzo de 1999).
Es una de las figuras femeninas más interesantes de la literatura española de la primera y segunda mitad del siglo xx, autora de una obra lo suficientemente significativa como para que, muy joven, fuera incluida en la segunda antología de Gerardo Diego y mereciera tanto el reconocimiento de los sectores más exigentes de la crítica como el del siempre difícil Juan Ramón Jiménez.
Casada con el poeta Juan José Domenchina, se mantuvo fiel a la república y sufrió un largo exilio en México, del que a principios de los años setenta regresó. Su vuelta marcó el inicio de una nueva etapa de creación poética en la que su escritura —que, antes y después del destierro, había pasado ya por diferentes fases— se orientó cada vez más hacia lo trascendente, modificando su práctica de la imagen visionaria y sustituyéndola por otra —más íntima y, a la vez, también más solidaria— que resolvía sus dicotomías anteriores en la unión mística con dios.
Poesía tal vez más espiritual que propiamente religiosa, la suya —que simplifica la expresión tanto como vuelve complejo el contenido— ha atraído en los últimos años la atención de múltiples estudiosos que han visto en ella tanto una versión muy personal del feminismo como un modo muy moderno de asumir la realidad a través de la poetización de la experiencia religiosa.
