Poemas humanos
César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 1892-1938, París). Perú.
Sus padres eran Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de once hermanos. Su tez mestiza se debe que sus abuelas fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos. Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó.
Vallejo estudió en el Centro Escolar No. 271 de Santiago de Chuco, y desde abril de 1905 hasta 1909 hizo la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco. En 1910 se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo y en 1911 viajó a Lima para estudiar en la Escuela de Medicina de San Fernando. Tras varios trabajos, Vallejo terminó en 1915 la carrera de Letras.
En 1916 frecuentó la juventud intelectual de la "bohemia trujillana" y se enamoró de María Rosa Sandoval. En 1917 conoció a "Mirto" (Zoila Rosa Cuadra), pero el romance duró poco y al parecer César intentó suicidarse tras un desengaño. Poco después se embarcó en el vapor Ucayali con rumbo a Lima donde conoció a lo más selecto de la intelectualidad limeña. Llegó a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a quien los jóvenes consideraban un maestro y guía. Asimismo, publicó algunos de sus poemas en la Revista Suramérica.
En 1918 trabajó en el colegio Barros y tras la muerte de su director, Vallejo se hizo cargo de la dirección del mismo. Luego, en 1919 fue profesor en el Colegio Guadalupe. Ese año ven la luz los poemas de Los Heraldos Negros, que muestran cierta influencia modernista.
Su madre murió en 1918 y al volver a Santiago de Chuco Vallejo fue encarcelado durante 105 días, acusado de haber participado en el saqueo de una casa. En la cárcel escribió la mayoría de los poemas de Trilce y en 1921 recibió la libertad condicional.
Entonces fue admitido otra vez en el Colegio Guadalupe. Con el dinero que le debía el Ministerio de Educación se marchó a Europa en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923 y llegó a París el 13 de julio.
En París hizo amistad con Juan Larrea y Vicente Huidobro; y tuvo contacto con Pablo Neruda y Tristán Tzara.
En 1926 conoció a Henriette Maisse, con quien convivió hasta octubre de 1928. Fundó junto al poeta español Juan Larrea una revista mientras colaboraba con Variedades y Amauta, la revista de José Carlos Mariátegui. Por entonces profundizó en sus estudios de marxismo. En 1927 conoció a Georgette Marie Philippart Travers y ese año viajó a Rusia.
Hacia 1929 mantiene sus colaboraciones con Variedades, Mundial y el diario El Comercio. En 1930 el gobierno español le concedió una modesta beca para escritores. Poco después viajó a la Unión Soviética para participar en el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el régimen soviético. Tras su regreso a París se casó con Georgette Philippart en 1934 y se integró en el Partido Comunista del Perú fundado por Mariátegui. En 1937 Vallejo y Neruda fundaron en España el Grupo Hispanoamericano de Ayuda a España en plena Guerra Civil.
En 1938 trabajó como profesor de Lengua y Literatura, pero en marzo sufrió un agotamiento físico. El 24 de marzo fue internado padeciendo una enfermedad desconocida y murió en París el 15 de abril de 1938.
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Poemas humanos
César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 1892-1938, París). Perú.
Sus padres eran Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de once hermanos. Su tez mestiza se debe que sus abuelas fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos. Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó.
Vallejo estudió en el Centro Escolar No. 271 de Santiago de Chuco, y desde abril de 1905 hasta 1909 hizo la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco. En 1910 se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo y en 1911 viajó a Lima para estudiar en la Escuela de Medicina de San Fernando. Tras varios trabajos, Vallejo terminó en 1915 la carrera de Letras.
En 1916 frecuentó la juventud intelectual de la "bohemia trujillana" y se enamoró de María Rosa Sandoval. En 1917 conoció a "Mirto" (Zoila Rosa Cuadra), pero el romance duró poco y al parecer César intentó suicidarse tras un desengaño. Poco después se embarcó en el vapor Ucayali con rumbo a Lima donde conoció a lo más selecto de la intelectualidad limeña. Llegó a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a quien los jóvenes consideraban un maestro y guía. Asimismo, publicó algunos de sus poemas en la Revista Suramérica.
En 1918 trabajó en el colegio Barros y tras la muerte de su director, Vallejo se hizo cargo de la dirección del mismo. Luego, en 1919 fue profesor en el Colegio Guadalupe. Ese año ven la luz los poemas de Los Heraldos Negros, que muestran cierta influencia modernista.
Su madre murió en 1918 y al volver a Santiago de Chuco Vallejo fue encarcelado durante 105 días, acusado de haber participado en el saqueo de una casa. En la cárcel escribió la mayoría de los poemas de Trilce y en 1921 recibió la libertad condicional.
Entonces fue admitido otra vez en el Colegio Guadalupe. Con el dinero que le debía el Ministerio de Educación se marchó a Europa en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923 y llegó a París el 13 de julio.
En París hizo amistad con Juan Larrea y Vicente Huidobro; y tuvo contacto con Pablo Neruda y Tristán Tzara.
En 1926 conoció a Henriette Maisse, con quien convivió hasta octubre de 1928. Fundó junto al poeta español Juan Larrea una revista mientras colaboraba con Variedades y Amauta, la revista de José Carlos Mariátegui. Por entonces profundizó en sus estudios de marxismo. En 1927 conoció a Georgette Marie Philippart Travers y ese año viajó a Rusia.
Hacia 1929 mantiene sus colaboraciones con Variedades, Mundial y el diario El Comercio. En 1930 el gobierno español le concedió una modesta beca para escritores. Poco después viajó a la Unión Soviética para participar en el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el régimen soviético. Tras su regreso a París se casó con Georgette Philippart en 1934 y se integró en el Partido Comunista del Perú fundado por Mariátegui. En 1937 Vallejo y Neruda fundaron en España el Grupo Hispanoamericano de Ayuda a España en plena Guerra Civil.
En 1938 trabajó como profesor de Lengua y Literatura, pero en marzo sufrió un agotamiento físico. El 24 de marzo fue internado padeciendo una enfermedad desconocida y murió en París el 15 de abril de 1938.
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César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 1892-1938, París). Perú.
Sus padres eran Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de once hermanos. Su tez mestiza se debe que sus abuelas fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos. Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó.
Vallejo estudió en el Centro Escolar No. 271 de Santiago de Chuco, y desde abril de 1905 hasta 1909 hizo la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco. En 1910 se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo y en 1911 viajó a Lima para estudiar en la Escuela de Medicina de San Fernando. Tras varios trabajos, Vallejo terminó en 1915 la carrera de Letras.
En 1916 frecuentó la juventud intelectual de la "bohemia trujillana" y se enamoró de María Rosa Sandoval. En 1917 conoció a "Mirto" (Zoila Rosa Cuadra), pero el romance duró poco y al parecer César intentó suicidarse tras un desengaño. Poco después se embarcó en el vapor Ucayali con rumbo a Lima donde conoció a lo más selecto de la intelectualidad limeña. Llegó a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a quien los jóvenes consideraban un maestro y guía. Asimismo, publicó algunos de sus poemas en la Revista Suramérica.
En 1918 trabajó en el colegio Barros y tras la muerte de su director, Vallejo se hizo cargo de la dirección del mismo. Luego, en 1919 fue profesor en el Colegio Guadalupe. Ese año ven la luz los poemas de Los Heraldos Negros, que muestran cierta influencia modernista.
Su madre murió en 1918 y al volver a Santiago de Chuco Vallejo fue encarcelado durante 105 días, acusado de haber participado en el saqueo de una casa. En la cárcel escribió la mayoría de los poemas de Trilce y en 1921 recibió la libertad condicional.
Entonces fue admitido otra vez en el Colegio Guadalupe. Con el dinero que le debía el Ministerio de Educación se marchó a Europa en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923 y llegó a París el 13 de julio.
En París hizo amistad con Juan Larrea y Vicente Huidobro; y tuvo contacto con Pablo Neruda y Tristán Tzara.
En 1926 conoció a Henriette Maisse, con quien convivió hasta octubre de 1928. Fundó junto al poeta español Juan Larrea una revista mientras colaboraba con Variedades y Amauta, la revista de José Carlos Mariátegui. Por entonces profundizó en sus estudios de marxismo. En 1927 conoció a Georgette Marie Philippart Travers y ese año viajó a Rusia.
Hacia 1929 mantiene sus colaboraciones con Variedades, Mundial y el diario El Comercio. En 1930 el gobierno español le concedió una modesta beca para escritores. Poco después viajó a la Unión Soviética para participar en el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el régimen soviético. Tras su regreso a París se casó con Georgette Philippart en 1934 y se integró en el Partido Comunista del Perú fundado por Mariátegui. En 1937 Vallejo y Neruda fundaron en España el Grupo Hispanoamericano de Ayuda a España en plena Guerra Civil.
En 1938 trabajó como profesor de Lengua y Literatura, pero en marzo sufrió un agotamiento físico. El 24 de marzo fue internado padeciendo una enfermedad desconocida y murió en París el 15 de abril de 1938.

Product Details

ISBN-13: 9788498975116
Publisher: Linkgua
Publication date: 08/31/2010
Series: Poesía , #137
Sold by: Bookwire
Format: eBook
Pages: 124
File size: 670 KB
Language: Spanish

About the Author

César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 1892-1938, París). Perú. Sus padres eran Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de once hermanos. Su tez mestiza se debe que sus abuelas fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos. Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó. Vallejo estudió en el Centro Escolar No. 271 de Santiago de Chuco, y desde abril de 1905 hasta 1909 hizo la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco. En 1910 se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo y en 1911 viajó a Lima para estudiar en la Escuela de Medicina de San Fernando. Tras varios trabajos, Vallejo terminó en 1915 la carrera de Letras. En 1916 frecuentó la juventud intelectual de la "bohemia trujillana" y se enamoró de María Rosa Sandoval. En 1917 conoció a "Mirto" (Zoila Rosa Cuadra), pero el romance duró poco y al parecer César intentó suicidarse tras un desengaño. Poco después se embarcó en el vapor Ucayali con rumbo a Lima donde conoció a lo más selecto de la intelectualidad limeña. Llegó a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a quien los jóvenes consideraban un maestro y guía. Asimismo, publicó algunos de sus poemas en la Revista Suramérica. En 1918 trabajó en el colegio Barros y tras la muere de su director, Vallejo se hizo cargo de la dirección del mismo. Luego, en 1919 fue profesor en el Colegio Guadalupe. Ese año ven la luz los poemas de Los Heraldos Negros, que muestran cierta influencia modernista. Su madre murió en 1918 y al volver a Santiago de Chuco Vallejo fue encarcelado durante 105 días, acusado de haber participado en el saqueo de una casa. En la cárcel escribió la mayoría de los poemas de Trilce y en 1921 recibió la libertad condicional. Entonces fue admitido otra vez en el Colegio Guadalupe. Con el dinero que le debía el Ministerio de Educación se marchó a Europa en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923 y llegó a París el 13 de julio. En París hizo amistad con Juan Larrea y Vicente Huidobro; y tuvo contacto con Pablo Neruda y Tristán Tzara. En 1926 conoció a Henriette Maisse, con quien convivió hasta octubre de 1928. Fundó junto al poeta español Juan Larrea una revista mientras colaboraba con Variedades y Amauta, la revista de José Carlos Mariátegui. Por entonces profundizó en sus estudios de marxismo. En 1927 conoció a Georgette Marie Philippart Travers y ese año viajó a Rusia. Hacia 1929 mantiene sus colaboraciones con Variedades, Mundial y el diario El Comercio. En 1930 el gobierno español le concedió una modesta beca para escritores. Poco después viajó a la Unión Soviética para participar en el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el régimen soviético. Tras su regreso a París se casó con Georgette Philippart en 1934 y se integró en el Partido Comunista del Perú fundado por Mariátegui. En 1937 Vallejo y Neruda fundaron en España el Grupo Hispanoamericano de Ayuda a España en plena Guerra Civil. En 1938 trabajó como profesor de Lengua y Literatura, pero en marzo sufrió un agotamiento físico. El 24 de marzo fue internado padeciendo una enfermedad desconocida y murió en París el 15 de abril de 1938.

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Poemas Humanos


By César Vallejo

Red Ediciones

Copyright © 2016 Red ediciones S.L.
All rights reserved.
ISBN: 978-84-9897-511-6



CHAPTER 1

    ALTURA Y PELOS

    ¿Quién no tiene su vestido azul?
    ¿Quién no almuerza y no toma el tranvía,
    con su cigarrillo contratado y su dolor de bolsillo?
    ¡Yo que tan solo he nacido!
    ¡Yo que tan solo he nacido!

    ¿Quién no escribe una carta?
    ¿Quién no habla de un asunto muy importante,
    muriendo de costumbre y llorando de oído?
    ¡Yo que solamente he nacido!
    ¡Yo que solamente he nacido!

    ¿Quién no se llama Carlos
    o cualquier otra cosa?
    ¿Quién al gato no dice gato gato?
    ¡Ay, yo que solo he nacido solamente!
    ¡Ay, yo que solo he nacido solamente!


    YUNTAS

    Completamente. Además, ¡vida!
    Completamente. Además, ¡muerte

    Completamente. Además, ¡todo!
    Completamente. Además, ¡nada!

    Completamente. Además, ¡mundo!
    Completamente. Además, ¡polvo!

    Completamente. Además, ¡Dios!
    Completamente. Además, ¡nadie!

    Completamente. Además, ¡nunca!
    Completamente. Además, ¡siempre!

    Completamente. Además, ¡oro!
    Completamente. Además, ¡humo!

    Completamente. Además, ¡lágrimas!
    Completamente. Además, ¡risas! ...

    ¡Completamente!


    UN HOMBRE ESTÁ MIRANDO A UNA MUJER

    Un hombre está mirando a una mujer,
    está mirándola inmediatamente,
    con su mal de tierra suntuosa
    y la mira a dos manos
    y la tumba a dos pechos
    y la mueve a dos hombres.

    Pregúntome entonces, oprimiéndome
    la enorme, blanca, acérrima costilla:
    Y este hombre
    ¿no tuvo a un niño por creciente padre?
    ¿Y esta mujer a un niño
    por constructor de su evidente sexo?

    Puesto que un niño veo ahora,
    niño ciempiés, apasionado, enérgico;
    veo que no le ven
    sonarse entre los dos, colear, vestirse;
    puesto que los acepto,
    a ella en condición aumentativa,
    a él en la flexión del heno rubio.

    Y exclamo entonces, sin cesar ni uno
    de vivir, sin volver ni uno
    a temblar en la justa que venero:
    ¡Felicidad seguida
    tardíamente del Padre,
    del Hijo y de la Madre!
    ¡Instante redondo,
    familiar, que ya nadie siente ni ama!
    ¡De qué deslumbramiento áfono, tinto,
    se ejecuta el cantar de los cantares!
    ¡De qué tronco, el florido carpintero!
    ¡De qué perfecta axila, el frágil remo!
    ¡De qué casco, ambos cascos delanteros!


    PRIMAVERA TUBEROSA

    Esta vez, arrastrando briosa sus pobrezas
    al sesgo de mi pompa delantera,
    coteja su coturno con mi traspié sin taco,
    la primavera exacta de picotón de buitre.

    La perdí en cuanto tela de mis despilfarros,
    juguéla en cuanto pomo de mi aplauso;
    el termómetro puesto, puesto el fin, puesto el gusano,
    contusa mi doblez del otro día,
    aguardéla al arrullo de un grillo fugitivo
    y despedía uñoso, somático, sufrido.
    Veces latentes de astro,
    ocasiones de ser gallina negra,
    entabló la bandida primavera
    con mi chusma de aprietos,
    con mis apocamientos en camisa,
    mi derecho soviético y mi gorra.

    Veces las del bocado lauríneo,
    con símbolos, tabaco, mundo y carne,
    deglusión translaticia bajo palio,
    al son de los testículos cantores;
    talentoso torrente el de mi suave suavidad,
    rebatible a pedradas, ganable con tan solo suspirar ...

    Flora de estilo, plena,
    citada en fangos de honor por rosas auditivas ...
    Respingo, coz, patada sencilla,
    triquiñuela adorada ... Cantan ... Sudan ...


    TERREMOTO

    ¿Hablando de la leña, callo el fuego?
    ¿Barriendo el suelo, olvido el fósil?
    Razonando,
    ¿mi trenza, mi corona de carne?
    (¡Contesta, amado Hermeregildo, el brusco;
    pregunta, Luis, el lento!)

    ¡Encima, abajo, con tamaña altura!
    ¡Madera, tras el reino de las fibras!
    ¡Isabel, con horizonte de entrada!
    ¡Lejos, al lado, astutos Atanacios!

    ¡Todo, la parte!
    Unto a ciegas en luz mis calcetines,
    en riesgo, la gran paz de este peligro,
    y mis cometas, en la miel pensada,
    el cuerpo, en miel llorada.

    ¡Pregunta, Luis; responde, Hermenegildo!
    ¡Abajo, arriba, al lado, lejos!
    ¡Isabel, fuego, diplomas de los muertos!
    ¡Horizonte, Atanacio, parte, todo!
    ¡Miel de miel, llanto de frente!
    ¡Reino de la madera,
    corte oblicuo a la línea del camello,
    fibra de mi corona de carne


    SOMBRERO, ABRIGO, GUANTES

    Enfrente a la Comedia Francesa, está el Café
    de la Regencia; en él hay una pieza
    recóndita, con una butaca y una mesa.
    Cuando entro, el polvo inmóvil se ha puesto ya de pie.

    Entre mis labios hechos de jebe, la pavesa
    de un cigarrillo humea, y en el humo se ve
    dos humos intensivos, el tórax del Café,
    y en el tórax, un óxido profundo de tristeza.

    Importa que el otoño se injerte en los otoños,
    importa que el otoño se integre de retoños,
    la nube, de semestres; de pómulos, la arruga.

    Importa oler a loco, postulando
    ¡qué cálida es la nieve, qué fugaz la tortuga,
    el cómo qué sencillo, qué fulminante el cuándo!

    HASTA EL DíA QUE VUELVA

    Hasta el día en que vuelva, de esta piedra
    nacerá mi talón definitivo,
    con su juego de crímenes, su yedra,
    su obstinación dramática, su olivo.

    Hasta el día en que vuelva, prosiguiendo,
    con franca rectitud de cojo amargo,
    de pozo en pozo, mi periplo, entiendo
    que el hombre ha de ser bueno, sin embargo.

    Hasta el día en que vuelva y hasta que ande
    el animal que soy, entre sus jueces,
    nuestro bravo meñique será grande,
    digno, infinito dedo entre los dedos.


    SALUTACIÓN ANGÉLICA

    Eslavo con respecto a la palmera,
    alemán de perfil al sol, inglés sin fin,
    francés en cita con los caracoles,
    italiano ex profeso, escandinavo de aire,
    español de pura bestia, tal el cielo
    ensartado en la tierra por los vientos,
    tal el beso del límite en los hombros.

    Mas solo tú demuestras, descendiendo
    o subiendo del pecho, bolchevique,
    tus trazos confundibles,
    tu gesto marital,
    tu cara de padre,
    tus piernas de amado,
    tu cutis por teléfono,
    tu alma perpendicular
    a la mía,
    tus codos de justo
    y un pasaporte en blanco en tu sonrisa.

    Obrando por el hombre, en nuestras pausas,
    matando, tú, a lo largo de tu muerte
    y a lo ancho de un abrazo salubérrimo,
    vi que cuando comías después, tenías gusto,
    vi que en tus sustantivos creció yerba.

    Yo quisiera, por eso,
    tu calor doctrinal, frío y en barras,
    tu añadida manera de mirarnos
    y aquesos tuyos pasos metalúrgicos,
    aquesos tuyos pasos de otra vida.

    Y digo, bolchevique, tomando esta flaqueza
    en su feroz linaje de exhalación terrestre:
    hijo natural del bien y del mal
    y viviendo talvez por vanidad, para que digan,
    me dan tus simultáneas estaturas mucha pena,
    puesto que tú no ignoras en quién se me hace tarde diariamente,
    en quién estoy callado y medio tuerto.


EPÍSTOLA A LOS TRANSEÚNTES

    Reanudo mi día de conejo
    mi noche de elefante en descanso.

    Y, entre mí, digo:
    ésta es mi inmensidad en bruto, a cántaros
    éste es mi grato peso, que me buscará abajo para pájaro
    éste es mi brazo
    que por su cuenta rehusó ser ala,
    éstas son mis sagradas escrituras,
    éstos mis alarmados campeones.

    Lúgubre isla me alumbrará continental,
    mientras el capitolio se apoye en mi íntimo derrumbe
    y la asamblea en lanzas clausure mi desfile.

    Pero cuando yo muera
    de vida y no de tiempo,
    cuando lleguen a dos mis dos maletas,
    éste ha de ser mi estómago en que cupo mi lámpara en pedazos,
    ésta aquella cabeza que expió los tormentos del círculo en mis pasos,
    éstos esos gusanos que el corazón contó por unidades,
    éste ha de ser mi cuerpo solidario
    por el que vela el alma individual; éste ha de ser
    mi hombligo en que maté mis piojos natos,
    ésta mi cosa cosa, mi cosa tremebunda.

    En tanto, convulsiva, ásperamente convalece mi freno,
    sufriendo como sufro del lenguaje directo del león;
    y, puesto que he existido entre dos potestades de ladrillo,
    convalesco yo mismo, sonriendo de mis labios.


LOS MINEROS SALIERON DE LA MINA ...

    Los mineros salieron de la mina
    remontando sus ruinas venideras,
    fajaron su salud con estampidos
    y, elaborando su función mental
    cerraron con sus voces
    el socavón, en forma de síntoma profundo.

    ¡Era de ver sus polvos corrosivos!
    ¡Era de oír sus óxidos de altura!
    Cuñas de boca, yunques de boca, aparatos de boca (¡Es formidable!)

    El orden de sus túmulos,
    sus inducciones plásticas, sus respuestas corales,
    agolpáronse al pie de ígneos percances
    y airente amarillura conocieron los trístidos y tristes,
    imbuidos
    del metal que se acaba, del metaloide pálido y pequeño.

    Craneados de labor,
    y calzados de cuero de vizcacha,
    calzados de senderos infinitos,
    y los ojos de físico llorar,
    creadores de la profundidad,
    saben, a cielo intermitente de escalera,
    bajar mirando para arriba,
    saben subir mirando para abajo.

    ¡Loor al antiguo juego de su naturaleza,
    a sus insomnes órganos, a su saliva rústica!
    ¡Temple, filo y punta, a sus pestañas!
    ¡Crezcan la yerba, el liquen y la rana en sus adverbios!
    ¡Felpa de hierro a sus nupciales sábanas!
    ¡Mujeres hasta abajo, sus mujeres!
    ¡Mucha felicidad para los suyos!
    ¡Son algo portentoso, los mineros
    remontando sus ruinas venideras,
    elaborando su función mental
    y abriendo con sus voces
    el socavón, en forma de síntoma profundo!
    ¡Loor a su naturaleza amarillenta,
    a su linterna mágica,
    a sus cubos y rombos, a sus percances plásticos,
    a sus ojazos de seis nervios ópticos
    y a sus hijos que juegan en la iglesia
    y a sus tácitos padres infantiles!
    ¡Salud, oh creadores de la profundidad ...! (Es formidable.).


    FUE DOMINGO EN LAS CLARAS OREJAS DE MI BURRO ...

    Fue domingo en las claras orejas de mi burro,
    de mi burro peruano en el Perú (Perdonen la tristeza)
    Mas hoy ya son las once en mi experiencia personal,
    experiencia de un solo ojo, clavado en pleno pecho,
    de una sola burrada, clavada en pleno pecho,

    de una sola hecatombe, clavada en pleno pecho.
    Tal de mi tierra veo los cerros retrasados,
    ricos en burros, hijos de burros, padres hoy de vista,
    que tornan ya pintados de creencias,
    cerros horizontales de mis penas.

    En su estatua, de espada,
    Voltaire cruza su capa y mira el zócalo,
    pero el sol me penetra y espanta de mis dientes incisivos
    un número crecido de cuerpos inorgánicos.

    Y entonces sueño en una piedra
    verduzca, diecisiete,
    peñasco numeral que he olvidado,
    sonido de años en el rumor de aguja de mi brazo,
    lluvia y sol en Europa, y ¡cómo toso! ¡cómo vivo!
    ¡cómo me duele el pelo al columbrar los siglos semanales!
    Y cómo, por recodo, mi ciclo microbiano,
    quiero decir mi trémulo, patriótico peinado.


(Continues...)

Excerpted from Poemas Humanos by César Vallejo. Copyright © 2016 Red ediciones S.L.. Excerpted by permission of Red Ediciones.
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Table of Contents

Contents

CRÉDITOS, 4,
PRESENTACIÓN, 11,
LA VIDA, 11,
POEMAS HUMANOS, 13,
ALTURA Y PELOS, 15,
YUNTAS, 16,
UN HOMBRE ESTÁ MIRANDO A UNA MUJER, 17,
PRIMAVERA TUBEROSA, 19,
TERREMOTO, 20,
SOMBRERO, ABRIGO, GUANTES, 21,
HASTA EL DÍA QUE VUELVA, 22,
SALUTACIÓN ANGÉLICA, 23,
EPÍSTOLA A LOS TRANSEÚNTES, 25,
LOS MINEROS SALIERON DE LA MINA ..., 26,
FUE DOMINGO EN LAS CLARAS OREJAS DE MI BURRO ..., 28,
TELÚRICA Y MAGNÉTICA, 29,
GLEBA, 31,
PERO ANTES QUE SE ACABE ..., 33,
PIENSAN LOS VIEJOS ASNOS, 35,
HOY ME GUSTA LA VIDA MUCHO MENOS ..., 36,
CONFIANZA EN EL ANTEOJO, NO EN EL OJO ..., 37,
DOS NIÑOS ANHELANTES, 38,
OTRO POCO DE CALMA, CAMARADA ..., 40,
ESTO ..., 42,
AL CAVILAR EN LA VIDA, AL CAVILAR ..., 43,
QUISIERA HOY SER FELIZ DE BUENA GANA ..., 44,
LOS NUEVE MONSTRUOS, 45,
ME VIENE, HAY DÍAS, UNA GANA UBÉRRIMA, POLÍTICA ..., 48,
SERMÓN SOBRE LA MUERTE, 50,
CONSIDERANDO EN FRÍO, IMPARCIALMENTE ..., 52,
GUITARRA, 54,
ANIVERSARIO, 55,
PARADO EN UNA PIEDRA, 56,
VA CORRIENDO, ANDANDO, HUYENDO ..., 58,
POR ÚLTIMO, SIN ESE BUEN AROMA SUCESIVO ..., 59,
PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA, 60,
POEMA PARA SER LEÍDO Y CANTADO, 61,
DE DISTURBIO EN DISTURBIO ..., 62,
INTENSIDAD Y ALTURA, 64,
¡DE PURO CALOR TENGO FRÍO! ..., 65,
UN PILAR SOPORTANDO CONSUELOS ..., 66,
CALOR, CANSADO VOY CON MI ORO ..., 67,
PANTEÓN, 68,
QUEDEME A CALENTAR LA TINTA EN QUE ME AHOGO ..., 70,
ACABA DE PASAR EL QUE VENDRÁ ..., 71,
LA RUEDA DEL HAMBRIENTO, 72,
LA VIDA, ESTA VIDA ..., 74,
PALMAS Y GUITARRA, 76,
¿QUÉ ME DA, QUE ME AZOTO CON LA LÍNEA? ..., 78,
OYE A TU MASA ..., 79,
¡Y SI DESPUÉS DE TANTAS PALABRAS ...!, 80,
PARÍS, OCTUBRE 1936, 81,
DESPEDIDA RECORDANDO UN ADIÓS, 82,
Y NO ME DIGAN NADA ..., 83,
EN SUMA, NO POSEO PARA EXPRESAR MI VIDA, SINO MI MUERTE ..., 84,
LOS DESGRACIADOS, 85,
EL ACENTO ME PENDE DEL ZAPATO ..., 87,
LA PUNTA DEL HOMBRE ..., 88,
¡OH BOTELLA SIN VINO!, 89,
AL FIN, UN MONTE ..., 90,
QUIERE Y NO QUIERE SU COLOR MI PECHO ..., 91,
LA PAZ, LA AVISPA, EL TACO, LAS VERTIENTES ..., 93,
TRANSIDO, SALOMÓNICO, DECENTE ..., 94,
¿Y BIEN? ¿TE SANA EL METALOIDE PÁLIDO? ..., 95,
TERREMOTO, 96,
ALFONSO: ESTÁS MIRÁNDOME, LO VEO ..., 98,
TRASPIÉ ENTRE DOS ESTRELLAS, 100,
A LO MEJOR, SOY OTRO; ANDANDO, AL ALBA, OTRO QUE MARCHA ..., 102,
EL LIBRO DE LA NATURALEZA, 103,
TENGO UN MIEDO TERRIBLE DE SER UN ANIMAL ..., 104,
MARCHA NUPCIAL, 105,
LA CÓLERA QUE QUIEBRA AL HOMBRE EN NIÑOS ..., 106,
UN HOMBRE PASA CON UN PAN AL HOMBRO ..., 107,
HOY LE HA ENTRADO UNA ASTILLA CERCA, DÁNDOLE ..., 109,
EL ALMA QUE SUFRIÓ DE SER SU CUERPO, 111,
¡ANDE DESNUDO, EL PELO, EL MILLONARIO! ..., 113,
VINIERE EL MALO, CON UN TRONO AL HOMBRO ..., 116,
AL REVÉS DE LAS AVES DEL MONTE ..., 118,
¡DULZURA POR DULZURA CORAZONA! ..., 120,
ELLO ES QUE EL LUGAR DONDE ME PONGO ..., 122,
LIBROS A LA CARTA, 125,

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