Podemos proclamar la democracia en los países.
Idear un símbolo en forma de paloma.
Firmar tratados de paz entre naciones.
Inventar una paz preventiva mediante las armas.
Declarar un día de fiesta mundial en favor de la paz.
Pero de nada servirá todo esto si no conocemos las verdaderas causas de la violencia y la agresividad humana. Y estas causas no hay que buscarlas fuera de nosotros, sino dentro. Porque de adentro del hombre es de donde sale la violencia, y mientras no conozcamos el origen que nos conduce a este proceder, inútil será inventar todo tipo de formas externas hipócritas.
Ya lo dijo Jesús El Cristo o, por lo menos, está escrito en la Biblia, que «... lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias».
El presente trabajo está basado, en especial, en el estudio y la práctica de la psicología y la antropología gnóstica, tratando de aportar con el mismo una visión nueva por completo del fenómeno de la violencia, que nos ayudará a entender mejor el cómo y el porqué de este anómalo comportamiento humano.
Considero necesario, si de verdad queremos saber el origen de la violencia, investigar hasta el fondo, sea cual sea ese fondo. Y ver en qué nos atañe de manera individual y social como especie humana.
Aquí tienes amigo lector multitud de ideas útiles, de ti depende llevarlas o no a la práctica.