Obras de sor Juana Inés de la Cruz

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Overview

La presente antología comprende poemas y cartas de sor Juana Inés de la Cruz que constituyen un relevante panorama del México del siglo XVII.

Product Details

ISBN-13: 9788499537771
Publisher: Linkgua
Publication date: 08/31/2010
Series: Historia , #121
Sold by: Bookwire
Format: eBook
Pages: 190
File size: 688 KB
Language: Spanish

About the Author

Sor Juana Inés de la Cruz (San Miguel de Nepantla, 1651-Ciudad de México, 1695). México. Su nombre seglar fue Juana Inés de Asbaje Ramírez, y nació el 12 de noviembre de 1651 en San Miguel de Nepantla, cerca de Amecameca (en el actual estado de México), de padre vasco y madre mexicana, de origen andaluz. Su padre, el capitán Pedro Manuel de Asbaje, tuvo tres hijos naturales con Isabel Ramírez y murió en 1669. Su madre se casó después con Diego Ruiz Lozano, tuvo otros tres hijos y falleció en 1678. Ya a temprana edad, Juana Inés se entregó a la lectura y, como ella misma escribiría después, se le "encendió el deseo de saber". Hacia 1660 fue enviada a vivir con unos familiares a Ciudad de México. Gracias a la extensa biblioteca de su abuelo materno, Juana Inés pudo leer a los escritores culteranos barrocos españoles y a los clásicos griegos y latinos, pero también aprendió la lengua indígena náhuatl y estudió latín. A los catorce o quince años de edad fue dama de la marquesa de Mancera en el palacio del virrey, donde, además de por su gran belleza, fue admirada ya por su locuacidad y sus conocimientos. Debió escribir sus primeros textos hacia los doce años de edad, aunque sólo los escritos a partir de los dieciséis o diecisiete años presentan un pleno concepto literario. Juana Inés, que había mostrado tempranos deseos de estudiar en la universidad, y ante las dificultades que ello suponía para una mujer, acabó optando (por motivos no del todo diáfanos) por ingresar en el convento carmelita de Santa Teresa la Antigua, en 1667; dos años después, debido a la extrema austeridad de las carmelitas, cambió sus votos por los de las jerónimas y vivió en el convento de San Jerónimo. Desde allí siguió en contacto con virreinas, virreyes y personajes de la cultura del México colonial, participando en diversas manifestaciones literarias, teatrales y musicales. La peculiaridad de esta monja escritora es que, junto a sus textos religiosos, dejó una abundante y sorprendente producción de prosa y poesía profana, mucha de ella de tono amoroso y, por momentos, hasta erótico. Su hambre de saber la llevó a profundizar en la teología, terreno reservado entonces a los hombres; pero ella se entregó como autodidacta también a ello, como a todo lo que emprendió. No se sabe aún cómo, en 1690, comenzó a difundirse un escrito suyo en el que expresaba brillantemente ideas teologales, y especialmente sobre el amor humano y el divino. El obispo publicó entonces aquel escrito, precedido de un prólogo de él mismo a modo de respuesta admonitoria, y que iba firmado con el seudónimo de sor Filotea de la Cruz; se trata de la llamada Carta atenagórica. Pero, sor Juana Inés respondió en una larga carta (Respuesta a sor Filotea de la Cruz), en la que argumenta que el saber no debería estar vetado a la mujer, aportando numerosos ejemplos bíblicos y de la historia de la cristiandad en que las mujeres han contribuido al desarrollo humano y espiritual. Es probable que este gesto no sentara bien en las instancias eclesiásticas, y que fuera el motivo de que la obligaran a vender sus útiles científicos, sus instrumentos musicales y casi toda su biblioteca ("quita pesares", como ella la llamaba), para dedicar después el dinero que obtuviera a la caridad.

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Obras


By Juana Inés de la Cruz

Red Ediciones

Copyright © 2015 Red ediciones S.L.
All rights reserved.
ISBN: 978-84-9953-777-1



CHAPTER 1

SONETOS

PROCURA DESMENTIR LOS ELOGIOS QUE A UN RETRATO DE LA POETISA INSCRIBIÓ LA VERDAD, QUE LLAMA PASIÓN

Éste que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentado los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;

éste en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido:

es un vano artificio del cuidado;
es una flor al viento delicada;
es un resguardo inútil para el hado;

es una necia diligencia errada;
es un afán caduco, y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.

II. QUÉJASE DE LA SUERTE: INSINÚA SU AVERSIÓN A LOS VICIOS Y JUSTIFICA SU DIVERTIMIENTO A LAS MUSAS

¿En perseguirme, mundo, qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando solo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas,
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas.

Yo no estimo hermosura que vencida
es despojo civil de las edades
ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor en mis verdades
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.

III. MUESTRA SENTIR QUE LA BALDONEN PAR LOS APLAUSOS DE SU HABILIDAD

¿Tan grande, ¡ay hado!, mi delito ha sido
que por castigo de él o por tormento
no basta el que adelanta el pensamiento
sino el que le previenes al oído?

Tan severo en mi contra has procedido,
que me persuado, de tu duro intento,
a que solo me diste entendimiento
porque fuese mi daño más crecido.

Dísteme aplausos para más baldones,
subir me hiciste, para penas tales;
y aun pienso que me dieron tus traiciones

penas a mi desdicha desiguales
porque viéndome rica de tus dones
nadie tuviese lástima a mis males.

IV. CADENA POR CRUELDAD DISIMULADA EL ALIVIO QUE LA ESPERANZA DA

Diuturna enfermedad de la esperanza
que así entretienes mis cansados años

y en el fiel de los bienes y los daños
tienes en equilibrio la balanza;

que siempre suspendida en la tardanza
de inclinarse, no dejan tus engaños
que lleguen a excederse en los tamaños
la desesperación o la confianza:

¿quién te ha quitado el nombre de homicida
pues lo eres más severa, si se advierte
que suspendes el alma entretenida

y entre la infausta o la felice suerte
no lo haces tú por conservar la vida
sino por dar más dilatada muerte?

V. EN QUE DA MORAL CENSURA A UNA ROSA, Y EN ELLA A SUS SEMEJANTES

Rosa divina que en gentil cultura
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura;

amago de la humana arquitectura,
ejemplo de la vana gentileza
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura:

¡cuán altiva en tu pompa, presumida,
soberbia, el riesgo de morir desdeñas;
y luego, desmayada y encogida,

de tu caduco ser das mustias señas!
¡Con qué, con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas!

VI. MUESTRA SE DEBE ESCOGER ANTES MORIR QUE EXPONERSE A LOS ULTRAJES DE LA VEJEZ

Miró Celia una rosa que en el prado
ostentaba feliz la pompa vana
y con afeites de carmín y grana
bañaba alegre el rostro delicado;

y dijo: Goza, sin temor del hado,
el curso breve de tu edad lozana,
pues no podrá la muerte de mañana
quitarte lo que hubieres hoy gozado.

Y aunque llega la muerte presurosa
y tu fragante vida se te aleja,
no sientas el morir tan bella y moza;

mira que la experiencia te aconseja
que es fortuna morirte siendo hermosa
y no ver el ultraje de ser vieja.

VII. CONTIENE UNA FANTASÍA CONTENTA CON AMAR DECENTE

Detente, sombra de mi bien esquivo
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.

VIII. EN QUE SATISFAGA UN RECELO CON LA RETÓRICA DEL LLANTO

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.

Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos:
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.

IX. EFECTOS MUY PENOSOS DE AMOR, Y QUE NO POR GRANDES IGUALAN CON LAS PRENDAS DE QUIEN LE CAUSA

¿Vesme, Alcino, que atada a la cadena
de amor, paso, en sus hierros aherrojada,
mísera esclavitud desesperada,
de libertad y de consuelo ajena?

¿Ves de dolor y angustia el alma llena,
de tan fieros tormentos lastimada,
y entre las vivas llamas abrasada,
juzgarse por indigna de su pena?

¿Vesme seguir sin alma un desatino
que yo misma condeno por extraño?
¿Vesme derramar sangre en el camino

siguiendo los vestigios de un engaño?
¿Muy admirado estás? ¿Pues ves, Alcino?
Más merece la causa de mi daño.

X. NO QUIERO PASAR POR OLVIDO LO DESCUIDADO

Dices que yo te olvido, Celio, y mientes,
en decir que me acuerdo de olvidarte,
pues no hay en mi memoria alguna parte
en que, aun como olvidado, te presentes.

Mis pensamientos son tan diferentes
y en todo tan ajenos de tratarte,
que ni saben ni pueden olvidarte,
ni si te olvidan saben si lo sientes.

Si tú fueras capaz de ser querido,
fueras capaz de olvido; y ya era gloria
al menos la potencia de haber sido.

Mas tan lejos estás de esa victoria,
que aqueste no acordarme no es olvido
sino una negación de la memoria.

XI. PROSIGUE EL MISMO PESAR Y DICE QUE AÚN NO SE DEBE ABORRECER TAN INDIGNO SUJETO, POR NO TENERLE AÚN ASÍ CERCA DEL CORAZÓN

Silvio, yo te aborrezco y aun condeno
el que estés de esta suerte en mi sentido,
que infama el hierro el escorpión herido
y a quien lo huella mancha inmundo cieno.

Eres como el mortífero veneno,
que daña quien lo vierte inadvertido;
y en fin, eres tan malo y fementido,
que aun para aborrecido no eres bueno.

Tu aspecto vil a mi memoria ofrezco,
aunque con susto me lo contradice,
por darme yo la pena que merezco,

pues cuando considero lo que hice,
no solo a ti, corrida, te aborrezco,
pero a mí, por el tiempo que te quise.

XII. DE AMOR, PUESTO ANTES EN SUJETO INDIGNO, ES ENMIENDA BLASONAR DEL ARREPENTIMIENTO

Cuando mi error y tu vileza veo,
contemplo, Silvio, de mi amor errado,
cuán grave es la malicia del pecado,
cuán violenta la fuerza de un deseo.

A mi misma memoria apenas creo
que pudiese caber en mi cuidado
la última línea de lo despreciado,
el término final de un mal empleo.

Yo bien quisiera, cuando llego a verte,
viendo mi infame amor poder negarlo;
mas luego la razón justa me advierte
que solo me remedia en publicarlo;
porque del gran delito de quererte
solo es bastante pena confesarlo.

XIII. UN CELOSO REFIERE EL COMÚN PESAR, QUE TODOS PADECEN, Y ADVIERTE A LA CAUSA EL FIN QUE PUEDE TENER LA LUCHA DE AFECTOS ENCONTRADOS

Yo no dudo, Lisarda, que te quiero,
aunque sé que me tienes agraviado;
mas estoy tan amante y tan airado,
que afectos que distingo no prefiero:

De ver que odio y amor te tengo, infiero
que ninguno estar puede en sumo grado,
pues no le puede el odio haber ganado
sin haberle perdido amor primero.
Y si piensas que el alma que te quiso
ha de estar siempre a tu afición ligada,
de tu satisfacción vana te aviso.

Pues si el amor al odio ha dado entrada,
el que bajó de sumo a ser remiso
de lo remiso pasará a ser nada.

XIV. QUE CONSUELA UN CELOSO EPILOGANDO LA SERIE DE LOS AMORES

Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos;
susténtase de llantos y de ruego.

Doctrínanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste:
¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia, que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste?
Pues no te engaño amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso.

XV. DE UNA REFLEXIÓN CUERDA CON QUE MITIGA EL DOLOR DE UNA PASIÓN

Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.

Toda en su mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.

Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro.

no sé por qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?

XVI. SOLO CON AGUDA INGENIOSIDAD ESFUERZA EL DICTAMEN DE QUE SEA LA AUSENCIA MAYOR MAL QUE LOS CELOS

El ausente, el celoso, se provoca,
aquél con sentimiento, éste con ira;
presume éste la ofensa que no mira
y siente aquél la realidad que toca:

Éste templa tal vez su furia loca
cuando el discurso en su favor delira;
y sin intermisión aquél suspira,
pues nada a su dolor la fuerza apoca.

Éste aflige dudoso su paciencia
y aquél padece ciertos sus desvelos;
éste al dolor opone resistencia;

aquél, sin ella, sufre desconsuelos:
y si es pena de daño, al fin, la ausencia,
luego es mayor tormento que los celos.

XVII. RESUELVE LA CUESTIÓN DE CUÁL SEA PESAR MÁS MOLESTO EN ENCONTRADAS CORRESPONDENCIAS: AMAR O ABORRECER

Que no me quiera Fabio al verse amado
es dolor sin igual, en mi sentido;
mas que me quiera Silvio aborrecido
es menor mal, mas no menor enfado.

¿Qué sufrimiento no estará cansado,
si siempre le resuenan al oído,
tras la vana arrogancia de un querido,
el cansado gemir de un desdeñado?

Si de Silvio me cansa el rendimiento,
a Fabio canso con estar rendida:
si de éste busco el agradecimiento,

a mí me busca el otro agradecida:
por activa y pasiva es mi tormento,
pues padezco en querer y ser querida.

XVIII. PROSIGUE EL MISMO ASUNTO Y DETERMINA QUE PREVALEZCA LA RAZÓN CONTRA EL GUSTO

Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor hallo diamante;
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata
y mato a quien me quiere ver triunfante.

Si a éste pago, padece mi deseo:
si ruego aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.

Pero yo por mejor partido escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que de quien no me quiere, vil despojo.

XIX. CONTINÚA EL ASUNTO Y AUN LE EXPRESA CON MÁS VIVA ELEGANCIA

Feliciano me adora y le aborrezco;
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno, no apetezco:

a quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro
y al que le hace desprecios enriquezco;

si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí ofendido
y al padecer de todos modos vengo;

pues ambos atormentan mi sentido:
aquéste con pedir lo que no tengo
y aquél con no tener lo que le pido.

XX. ENSEÑA CÓMO UN SOLO EMPLEO EN AMAR ES RAZÓN Y CONVENIENCIA

Fabio, en el ser de todos adoradas
son todas las beldades ambiciosas,
porque tienen las aras por ociosas
si no las ven de víctimas colmadas.

Y así, sí de uno solo son amadas,
viven de la fortuna querellosas;
porque piensan que más que ser hermosas
constituyen deidad al ser rogadas.

Mas yo soy en aquesto tan medida,
que en viendo a muchos mi atención zozobra
y solo quiero ser correspondido.

de aquel que de mi amor réditos cobra;
porque es la sal del gusto al ser querido:
que daña lo que falta y lo que sobra.

XXI. ALABA CON ESPECIAL ACIERTO EL DE UN MÚSICO PRIMOROSO

Dulce deidad del viento armoniosa,
suspensión del sentido deseada,
donde gustosamente aprisionada
se mira la atención más bulliciosa;

perdona a mi zampoña licenciosa
si al escuchar tu lira delicada
canta con ruda voz desentonada
prodigios de la tuya milagrosa.

Pause su lira el Tracio, que aunque calma
puso a las negras sombras del olvido,
cederte debe más gloriosa palma,

pues más que a ciencia el arte has reducido
haciendo suspensión de toda un alma
el que solo era objeto de un sentido.

XXII. CONTRAPONE EL AMOR AL FUEGO MATERIAL Y QUIERE ACHACAR REMISIONES A ÉSTE, CON OCASIÓN DE CONTAR EL SUCESO DE PORCIA

¿Qué pasión, Porcia, qué dolor tan ciego
te obliga a ser de ti fiera homicida?
¿O en qué te ofende tu inocente vida
que así le das batalla a sangre y fuego?

Si la fortuna airada al justo ruego
de tu esposo se muestra endurecida,

bástale el mal de ver su acción perdida;
no acabes, con tu vida, su sosiego.

Deja las brasas, Porcia, que mortales
impaciente tu amor elegir quiere;
no al fuego de tu amor el fuego iguales;

porque si bien de tu pasión se infiere,
mal morirá a las brasas materiales
quien a las llamas del amor no muere.


(Continues...)

Excerpted from Obras by Juana Inés de la Cruz. Copyright © 2015 Red ediciones S.L.. Excerpted by permission of Red Ediciones.
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Table of Contents

Contents

CRÉDITOS, 4,
PRESENTACIÓN, 13,
SONETOS, 15,
I. PROCURA DESMENTIR LOS ELOGIOS QUE A UN RETRATO DE LA POETISA INSCRIBIÓ LA VERDAD, QUE LLAMA PASIÓN, 17,
II. QUÉJASE DE LA SUERTE: INSINÚA SU AVERSIÓN A LOS VICIOS Y JUSTIFICA SU DIVERTIMIENTO A LAS MUSAS, 18,
III. MUESTRA SENTIR QUE LA BALDONEN PAR LOS APLAUSOS DE SU HABILIDAD, 19,
IV. CADENA POR CRUELDAD DISIMULADA EL ALIVIO QUE LA ESPERANZA DA, 20,
V. EN QUE DA MORAL CENSURA A UNA ROSA, Y EN ELLA A SUS SEMEJANTES, 21,
VI. MUESTRA SE DEBE ESCOGER ANTES MORIR QUE EXPONERSE A LOS ULTRAJES DE LA VEJEZ, 22,
VII. CONTIENE UNA FANTASÍA CONTENTA CON AMAR DECENTE, 23,
VIII. EN QUE SATISFAGA UN RECELO CON LA RETÓRICA DEL LLANTO, 24,
IX. EFECTOS MUY PENOSOS DE AMOR, Y QUE NO POR GRANDES IGUALAN CON LAS PRENDAS DE QUIEN LE CAUSA, 25,
X. NO QUIERO PASAR POR OLVIDO LO DESCUIDADO, 26,
XI. PROSIGUE EL MISMO PESAR Y DICE QUE AÚN NO SE DEBE ABORRECER TAN INDIGNO SUJETO, POR NO TENERLE AÚN ASÍ CERCA DEL CORAZÓN, 27,
XII. DE AMOR, PUESTO ANTES EN SUJETO INDIGNO, ES ENMIENDA BLASONAR DEL ARREPENTIMIENTO, 28,
XIII. UN CELOSO REFIERE EL COMÚN PESAR, QUE TODOS PADECEN, Y ADVIERTE A LA CAUSA EL FIN QUE PUEDE TENER LA LUCHA DE AFECTOS ENCONTRADOS, 29,
XIV. QUE CONSUELA UN CELOSO EPILOGANDO LA SERIE DE LOS AMORES, 30,
XV. DE UNA REFLEXIÓN CUERDA CON QUE MITIGA EL DOLOR DE UNA PASIÓN, 31,
XVI. SOLO CON AGUDA INGENIOSIDAD ESFUERZA EL DICTAMEN DE QUE SEA LA AUSENCIA MAYOR MAL QUE LOS CELOS, 32,
XVII. RESUELVE LA CUESTIÓN DE CUÁL SEA PESAR MÁS MOLESTO EN ENCONTRADAS CORRESPONDENCIAS: AMAR O ABORRECER, 33,
XVIII. PROSIGUE EL MISMO ASUNTO Y DETERMINA QUE PREVALEZCA LA RAZÓN CONTRA EL GUSTO, 34,
XIX. CONTINÚA EL ASUNTO Y AUN LE EXPRESA CON MÁS VIVA ELEGANCIA, 35,
XX. ENSEÑA CÓMO UN SOLO EMPLEO EN AMAR ES RAZÓN Y CONVENIENCIA, 36,
XXI. ALABA CON ESPECIAL ACIERTO EL DE UN MÚSICO PRIMOROSO, 37,
XXII. CONTRAPONE EL AMOR AL FUEGO MATERIAL Y QUIERE ACHACAR REMISIONES A ÉSTE, CON OCASIÓN DE CONTAR EL SUCESO DE PORCIA, 38,
XXIII. ENGRANDECE EL HECHO DE LUCRECIA, 39,
XXIV. NUEVA ALABANZA DEL MISMO HECHO, 40,
XXV. REFIERE CON AJUSTE LA TRAGEDIA DE PÍRAMO Y TISBE, 41,
XXVI. CONVALECIENTE DE UNA ENFERMEDAD GRAVE, DISCRETA CON LA SEÑORA VIRREINA, MARQUESA DE MANCERA, ATRIBUYENDO A SU MUCHO AMOR AÚN SU MEJORÍA EN MORIR, 42,
XXVII. EN LA MUERTE DE LA EXCELENTÍSIMA SEÑORA MARQUESA DE MANCERA (1674), 43,
XXVIII. A LO MISMO, 44,
XXIX. A LA ESPERANZA, ESCRITO EN UNO DE SUS RETRATOS, 45,
XXX. ATRIBUIDO A LA POETISA, 46,
REDONDILLAS, 47,
I. QUE RESPONDE A UN CABALLERO QUE DIJO PONERSE HERMOSA LA MUJER CON QUERER BIEN, 49,
II. EN QUE DESCRIBE RACIONALMENTE LOS EFECTOS IRRACIONALES DEL AMOR, 51,
III. ARGUYE DE INCONSECUENCIA EL GUSTO Y LA CENSURA DE LOS HOMBRES, QUE EN LAS MUJERES ACUSAN LO QUE ACUSAN, 56,
IV. ENSEÑA MODO CON QUE LA HERMOSURA, SOLICITADA DE AMOR IMPORTUNO, PUEDA QUEDARSE FUERA DE ÉL, CON ENTEREZA TAN CORTÉS QUE HAGA BIENQUISTO HASTA EL MISMO DESAIRE, 59,
ROMANCES, 63,
I. ROMANCE QUE RESUELVE CON INGENUIDAD SOBRE PROBLEMAS ENTRE LAS INSTANCIAS DE LA OBLIGACIÓN Y EL AFECTO, 65,
II. ACUSA LA HIDROPESÍA DE MUCHA CIENCIA, QUE TEME INÚTIL, AUN PARA SABER, Y NOCIVA PARA VIVIR, 71,
III. DISCURRE, CON INGENUIDAD INGENIOSA, SOBRE LA PASIÓN DE LOS CELOS. MUESTRA QUE SU DESORDEN ES SENDA ÚNICA PARA HALLAR AL AMOR Y CONTRADICE UN PROBLEMA DE DON JOSÉ MONTORO, UNO DE LOS MÁS CÉLEBRES POETAS DE ESTE SIGLO,
77,
IV. ROMANCE QUE EN SENTIDOS AFECTOS PRODUCE EL DOLOR DE UNA AUSENCIA, 90,
V. EN QUE EXPRESA LOS EFECTOS DEL AMOR DIVINO, Y PROPONE MORIR AMANTE, A PESAR DE TODO RIESGO, 95,
VI. AL MISMO INTENTO, 98,
VII. A CRISTO SACRAMENTADO, DÍA DE COMUNIÓN, 100,
PINTA LA PROPORCIÓN HERMOSA DE LA EXCELENTÍSIMA SEÑORA CONDESA DE PAREDES, CON OTRA DE CUIDADOS, ELEGANTES ESDRÚJULOS, QUE AÚN LE REMITE DESDE MÉXICO A SU EXCELENCIA, 102,
ENDECHAS, 105,
I. QUE EXPRESAN CULTOS CONCEPTOS DE AFECTO SINGULAR, 107,
II. QUE EXPLICAN UN INGENIOSO SENTIR DE AUSENTE Y DESDEÑADO, 110,
III. CONSUELOS SEGUROS EN EL DESENGAÑO, 112,
IV. DEMOSTRANDO AFECTOS DE UN FAVORECIDO QUE SE AUSENTA, 114,
V. QUE PRORRUMPEN EN LAS VOCES DE DOLOR AL DESPEDIRSE POR UNA AUSENCIA, 116,
VI. QUE DISCURREN FANTASÍAS TRISTES DE UN AUSENTE, 119,
LIRAS, 123,
I. EXPRESA EL SENTIMIENTO QUE PADECE UNA MUJER AMANTE DE SU MARIDO MUERTO, 125,
II. QUE EXPRESA SENTIMIENTO DE AUSENTE, 128,
PRESTO CELOS LLORARÁS, 133,
DÉCIMAS, 135,
ESMERA SU RESPETUOSO AMOR, HABLA CON EL RETRATO, Y NO CALLA CON ÉL, DOS VECES DUEÑO, 137,
RESPUESTA DE LA POETISA A LA MUY ILUSTRE SOR FILOTEA DE LA CRUZ, 141,
LIBROS A LA CARTA, 173,

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