No más derrumbes: Estrategias positivas para manejar y prevenir el comportamiento fuera de control de niños: Spanish Edition of No More Meltdowns:Positive Strategies for Managing and Preventing Out-Of-Control Behavior

No más derrumbes: Estrategias positivas para manejar y prevenir el comportamiento fuera de control de niños: Spanish Edition of No More Meltdowns:Positive Strategies for Managing and Preventing Out-Of-Control Behavior

by Jed Baker
No más derrumbes: Estrategias positivas para manejar y prevenir el comportamiento fuera de control de niños: Spanish Edition of No More Meltdowns:Positive Strategies for Managing and Preventing Out-Of-Control Behavior

No más derrumbes: Estrategias positivas para manejar y prevenir el comportamiento fuera de control de niños: Spanish Edition of No More Meltdowns:Positive Strategies for Managing and Preventing Out-Of-Control Behavior

by Jed Baker

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Overview

Podría suceder en cualquier lugar: en la tienda de comestibles, en un restaurante, en la escuela o en casa. Los derrumbes son estresantes tanto para los niños como para los adultos, ¡pero el Dr. Baker puede ayudar! Autor del galardonado libro Social Skills Picture Book, el Dr. Jed Baker ofrece a los padres y maestros estrategias para prevenir y manejar las crisis. ¡Más de veinte años de experiencia trabajando con niños en el espectro del autismo combinados con sus experiencias personales al criar a sus propios hijos han arrojado estrategias probadas por el tiempo, y resultados! El Dr. Baker ofrece un modelo de cuatro pasos fácil de seguir que mejorará sus relaciones diarias con los niños en su vida, incluido el manejo de sus propias emociones ajustando sus expectativas, aprendiendo estrategias para calmar una crisis en el momento, entendiendo por qué se produce un derrumbe y se crean planes para evitar futuros derrumbes.

Los capítulos útiles incluyen:

  • Derrumbes: cuando las recompensas y los castigos no son lo suficientes
  • ¿De qué están hechos los derrumbes?
  • Aceptar y apreciar a nuestros hijos.
  • De-escalando una fusión
  • Entender por qué ocurren problemas de repetición
  • Crear un plan de prevención.
  • ¡Y más!
  • It could happen anywhere: at the grocery store, at a restaurant, at school, or at home. Meltdowns are stressful for both child and adult, but Dr. Baker can help! Author of the award-winning Social Skills Picture Book series, Dr. Jed Baker offers parents and teachers strategies for preventing and managing meltdowns. Over twenty years of experience working with children on the autism spectrum combined with his personal experiences raising his own children have yielded time-tested strategies―and results! Dr. Baker offers an easy-to-follow, four-step model that will improve your everyday relationships with the children in your life, including managing your own emotions by adjusting your expectations, learning strategies to calm a meltdown in the moment, understanding why a meltdown occurs, and creating plans to prevent future meltdowns.

    Helpful chapters include:

  • Meltdowns: when rewards and punishments are not enough
  • What are meltdowns made of?
  • Accepting and appreciating our children
  • De-escalating a meltdown
  • Understanding why repeat problems occur
  • Creating a prevention plan
  • And more!

  • Product Details

    ISBN-13: 9781949177275
    Publisher: Future Horizons, Inc.
    Publication date: 01/03/2020
    Pages: 150
    Product dimensions: 6.00(w) x 9.00(h) x (d)
    Language: Spanish

    About the Author

    Habiendo obtenido su maestría y doctorado en psicología clínica de la Universidad de Albany, el Dr. Jed Baker es un consultor conductual para varios distritos escolares de Nueva Jersey donde, hace casi dos décadas, organizó un grupo para ayudar a los niños con problemas de comunicación social. ese grupo se expandió y finalmente se convirtió en el Proyecto de Capacitación en Habilidades Sociales bajo la dirección del Dr. Baker. El Dr. Baker también da conferencias en todo el mundo sobre capacitación en habilidades sociales. Su trabajo ha aparecido en programas estadounidenses ABC News y Nightline.


    Having earned his MA and Ph.D. in clinical psychology from the Universityof Albany, Dr. Jed Baker is a behavioral consultant for several New Jersey school districts where, nearly two decades ago, he organized a group to help children with social communication problems. that group expanded and ultimately became the Social Skills Training Project under Dr. Baker's directorship. Dr. Baker also lectures all over the world on social skills training. His work has been featured on ABC News and Nightline.

    Read an Excerpt

    CHAPTER 1

    DERRUMBES: Cuando las recompensas y los castigos no son suficientes

    ¿Qué es un derrumbe?

    La familia de un niño de primer grado vino a verme porque estaban preocupados por su hijo. Había tenido un año de kinder desafiante. La escuela le describía como un niño brillante con arrebatos impredecibles. Me entrevisté con su madre a solas para tener una información de fondo sobre el niño. Me explicó lo amable que era, aunque era un incomprendido por todos los de la escuela. A la semana siguiente la señora me lo trajo para verle.

    Entró en la sala de espera con un juego de video GameBoy en la mano. Le dije en un tono alegre, "Hola Chris, un placer conocerte". No levantó la vista hacia mí ni me respondió, sólo continuó con su GameBoy. Sabía por su historial que podía oírme. Traté de ganármelo, "¿Qué es eso Chris? ¿Un GameBoy? "Puedo verlo?" Ninguna respuesta. Le di je "¿Podemos hablar un momento, puedes traer tu GameBoy contigo?" Ninguna respuesta.

    Me volví hacia la madre y le pregunté qué hacía normalmente cuando esto ocurre. Dijo en voz alta, que debería quitarle el GameBoy. Le dije, tratando de ser positivo, "Espera, no hagas eso. Chris, por qué no traes tu GameBoy contigo" Entonces se puso los dedos en los oídos mientras yo hablaba y dijo, "no, no, no", ignorándome.

    Me sentí bastante indefenso, tanto como lo había estado la noche anterior con mis propios hijos cuando ignoraron mis esfuerzos por llevarlos a la cama. Esto no estaba bien. Empecé a pensar si sería más fácil trabajar con adultos, y dejar que el resto de mi equipo trabajase con los niños. Sin embargo, intenté otra cosa más. Me quité un zapato, me puse un lápiz entre el labio y la nariz y hablé dentro del zapato, "Chris, hola Chris, estás aquí?" Vi que sonreía. Sin decir una palabra, me siguió a mi despacho.

    Sabía que todavía no estábamos libres como en casa, aún, visto nuestro tambaleante comienzo. Decidí incorporar rápidamente un programa de pequeñas recompensas para que estuviera de mejor humor. Su madre me dijo que le gustaba el chocolate así que le dije, "cada vez que hables conmigo te daré uno de estos dólares de mentira y cuando tengas cinco de estos, puedes coger cualquiera de mis chocolates de la bolsa de allí". Empecé haciéndole preguntas que no le intimidaran, como cuál era el nombre de su padre, el de sus hermanos, etc. Al cabo de un minuto se ganó cinco dólares de mentira. Le dije, "Mira cuantos tienes: 1, 2, 3,4, 5. Ve, puedes coger cualquiera de los chocolates que te gusten. "En este punto, miró de soslayo con una mirada enfadada, gateó bajo mi escritorio, tiró mi silla, y empezó a golpear su codo en la pared de yeso de mi oficina lo suficientemente fuerte como para hacer un agujero. No me respondió cuando empezó a destruir mi oficina. Se trató de un derrumbe en toda regla, de la misma clase que las que vieron en la escuela cuando llegó al primer grado. ¿Este niño sólo necesitaba una disciplina más firme? ¿Era un recuerdo de la falta de disciplina en casa o en la escuela? Según lo que me contaron, tanto en la escuela como en casa le habían ofrecido recompensas y repartidos castigos a este niño con mucha frecuencia. Los temores de su madre acerca de más castigos después de la sesión, ciertamente no le calmaron. Una serie de embarazosas danzas de hula-hop que realicé fueron suficientes para hacerle reír de nuevo y calmarse, pero la pregunta seguía allí: ¿por qué pasaba, y pasaría de nuevo?

    Su madre me dio la clave de lo que podía haber pasado. El luchaba en la escuela con la suma de números y, como pensé que yo le estaba recompensando cuando le dije, "mira cuantos dólares tienes", pensó, "Este tipo está haciendo matemáticas", como si le pidiera que luchara o huyera de su temor. Estos momentos desafiantes son extenuantes para todos. Esos momentos pueden implicar cualquier tipo de comportamientos molestos que son difíciles de controlar, como dando patadas y gritar, rehusar escuchar, agresiones físicas lenguaje soez.

    Desde mi punto de vista:

    "Los Derrumbes" aumentan las reacciones emocionales negativas.

    El consejo normal para los padres: Empieza con Normas y Consecuencias Constantes

    La mayoría de los libros para los padres nos dicen que necesitamos crear normas y ser constantes en llevarlas a cabo. Según este sencillo consejo, necesitamos controlar nuestros temperamentos y de forma calmada seguir con las normas que nosotros mismos hemos establecido si queremos que nuestros hijos se comporten. No solo es difícil estar calmado ante los derrumbes, sino que seguir con las normas y consecuencias no siempre es suficiente, como pronto podremos examinar. No obstante, crear normas y consecuencias es un punto de partida importante, y el consejo merece repetirse aquí.

    La mayoría de nosotros entendemos que los niños necesitan estructuras y disciplina para que les ayuden a aprender y a comportarse. Establecemos normas para que sepan lo que se espera. Tenemos consecuencias, tanto en forma de recompensa como de castigo, para dejar claro la importancia de seguir dichas normas. Sin normas y consecuencias, nuestras vidas serían un caos.

    Una familia con la que trabajé se quejaba de la dificultad que tenían para que sus dos hijos cenaran con ellos en la mesa. Después de alguna discusión, reconocieron que sus normas sobre cenar no habían sido claras ni constantes durante algún tiempo. Si ambos padres estaban cansados después de trabajar hasta tarde, a veces se rendían de dejaban que los niños comieran delante del televisor. Entonces, cuando querían que todos comieran juntos, se convertía en una batalla hacer que se sentaran a la mesa. Con un poco de persuasión, acordaron hacer que comieran juntos en la mesa como una norma constante. La consecuencia positiva de seguir la norma fue ver un poco de televisión más tarde. Si los niños violaban esa norma, no había televisión después. Esta constancia trajo orden a su casa después de dos días, durante los cuales los niños probaron la nueva norma. Un triunfo para la estructura y disciplina vieja y buena.

    Los límites de la disciplina, cuando las recompensas y los castigos ya no funcionan

    A veces, cuando no se siguen nuestras normas, intensificamos nuestros esfuerzos disciplinarios ofreciendo aún más consecuencias. Volvamos a Chris, nuestro niño de primer grado. Un día no quiso hacer sus deberes en clase. La profesora le dijo que no podría salir al patio a menos que terminara los deberes. Se enfadó y tiró la silla. Entonces ella le dijo que tenía que ir al despacho del director y el respondió diciéndole que la odiaba. El director le amonestó por su comportamiento y le dijo que no tendría permiso para salir al patio durante dos días. Chris se enfadó tanto que trató de salir del edificio del colegio. Como resultado, fue suspendido. Cuando volvió al colegio, otra vez empezó a no querer hacer sus deberes y el ciclo volvió a empezar.

    Otro ejemplo, un niño de siete años con el que trabajé tenía problemas para sentarse a la mesa durante la cena y se levantaba con frecuencia, a veces jugaba con la comida y, a veces, tiraba la comida. Sus padres le decían que siguiera las normas de permanecer sentado y comerse la comida, lo que le daría uno de sus postres favoritos y tiempo para ver la televisión, pero incluso después de perderse el poder ver la televisión y el postre, el comportamiento molesto continuaba. Tirar la comida traía como consecuencia ser enviado a tiempo muerto. Después de volver del tiempo muerto el patrón continuaba de nuevo, y entonces se volvía al tiempo muerto durante más rato. Cuando lo hizo por tercera vez, sus padres le retiraron uno de sus juguetes favoritos. Nada parecía alterar su comportamiento. Ciertamente esto añadía estrés a la vida familiar y dejaba a sus padres preguntándose uno a otro acerca de los estilos de disciplina.

    Esta clase de lucha de poder y aumentar la disciplina está bien si conduce a un cambio positivo en el comportamiento. Pero si no es así, no sirve de nada continuar en este sentido. Demasiado a menudo oigo adultos en estas situaciones decir que el niño sólo está malcriado, o que sólo necesita mano firme.

    Cuando las recompensas y castigos constantes no funcionan, es hora de probar una nueva estrategia.

    ¿Pero los derrumbes no son sólo un comportamiento manipulador?

    Algunas personas distinguen entre derrumbes y berrinches, sugiriendo que los derrumbes siempre están fuera de control mientras que los berrinches pueden ser comportamientos manipuladores intencionados. Volviendo al ejemplo de Chris, que se derrumbó en mi despacho y en el colegio, podríamos preguntarnos si su comportamiento estaba dentro de su control. ¿Planeó "actuar" conmigo para que no tuviera que ir a terapia? ¿Hizo berrinches intencionadamente en el colegio para que lo echaran de clase porque no quería hacer sus deberes, o eran reacciones emocionales que le ocurrían cuando estaba frustrado?

    El tema de la intencionalidad a menudo se ve como crucial a la hora de considerar si hay que castigar o no a alguien. Si pensamos que se trata de un acto de manipulación, nos sentimos más seguros siguiendo con la aplicación de la norma. "¡Harás los deberes o te perderás el recreo!" Si, por otra parte, pensamos que el comportamiento es una reacción emocional incontrolable, podemos más bien ceder: "Ok, ahora vamos a hacer una pausa de los deberes." Mantenerse firmes a las normas o ceder son las dos únicas elecciones. La tercera elección es entender el problema para que podamos crear un plan para prevenir que pase. Para Chris, el plan puede ser alterar el trabajo de forma que no necesite evitarlo.

    Cuando los comportamientos desafiantes continúan a pesar de llevar a cabo las normas de forma constante, no importa ya si el comportamiento es intencional. Necesitamos entender cómo alterar los desencadenantes de estos comportamientos y/o enseñar mejores formas de manejar estos desencadenantes.

    De eso es de lo que trata este libro. Cuando la disciplina tradicional (usando recompensas y castigos) se ha quedado corta, necesitas saber qué hacer. Si estás leyendo este libro, hay posibilidades porque algunos comportamientos desafiantes continúan sucediendo a pesar de tus esfuerzos. Este libro te da las herramientas para: (1) Aceptar y amar a tu hijo, incluso cuando te vuelve loco, (2) calmar un derrumbe al instante, y (3) Desarrollar estrategias para prevenir futuros derrumbes.

    ¿Podemos esperar realmente que no se produzcan más derrumbes?

    Si pudiéramos controlar el mundo, podríamos garantizar que no se producirían más derrumbes. A los niños ya no se les pediría que hicieran cosas más allá de sus capacidades. Ya no tendrían que esperar demasiado por lo que quieren. Ya no estarían abrumados por ruidos u otros acontecimientos estimulantes. Nos aseguraríamos de que tuvieron tiempo suficiente para prepararse para las situaciones desafiantes. Podríamos controlar gérmenes y dormir para que no se produjeran más enfermedades o estuvieran demasiado cansados y asegurarnos de que nuestros hijos estarían en la mejor forma posible para manejar el estrés del día. Como no podemos controlarlo todo, tendremos derrumbes. No obstante, entendiendo lo que causa un derrumbe, podemos tener cada vez menos momentos y reducir el estrés en nuestras vidas. Las páginas siguientes señalan un modelo en cuatro etapas para gestionar y prevenir los derrumbes y otros arrebatos de comportamiento. El modelo se basa en investigar las causas de dichos arrebatos y las técnicas basadas en la evidencia para reducir los momentos desafiantes.

    Una visión general del modelo en cuatro etapas

    Etapa 1: Aceptar y apreciar a tu hijo

    Dos de los padres pueden reaccionar de la misma manera ante el comportamiento de un niño, pero uno de ellos puede hacer que el niño se comporte, mejor que el otro, por su reciente relación positiva. Muchas veces en un sistema escolar he tenido administradores diciéndome que no pueden imponer disciplina en ciertos niños y deben dejarlo para otro miembro en quien el niño confiara.

    Mantener una relación positiva es muy parecido a gestionar nuestras expectativas y percepciones de nuestros hijos. Debemos amar lo que el niño es en vez de forzarle a satisfacer unas expectativas que no son realistas. Por ejemplo, un padre recientemente me comentó haber dado a su hija de un año un "tiempo muerto" porque estaba meciéndose demasiado en su silla y balbuceando demasiado alto. Esto es lo que hace una criatura de un año, intentar que un bebé de un año esté perfectamente quieto y no se mueva no es una expectativa realista. Los esfuerzos para hacer cumplir normas que no son adecuados para tu hijo puede romper la relación entre el niño y el adulto y crear más estrés. Cuando los niños sienten que los aceptamos y queremos, están más dispuestos a escucharnos.

    El capítulo 3 describe las siguientes formas clave en las que podemos gestionar nuestras expectativas para mantener una relación sana con nuestros hijos.

    1. Primero, debemos ser capaces de controlar nuestro temperamento. Esto es más fácil cuando no vemos el comportamiento del niño como una amenaza a nuestra competencia, sino como una función de la incapacidad normal del niño por gestionar la frustración.

    2. Segundo, para reducir la frustración del niño debemos crear una atmósfera en la que éste se sienta competente. Si siempre hemos criticado al niño, empezará a desconectar de nosotros en un esfuerzo por proteger su autoestima. Muchos elogios y hacer actividades en las que puedan tener éxito ayuda a construir un sentido de competencia y confianza en el cuidador adulto.

    3. Finalmente, debemos evitar las luchas de poder constantes. Cuando los niños no siguen constantemente una norma en particular, puede que sea hora de cambiarla en vez de forzarles a cumplirla. Todos los niños son distintos, así que las mismas expectativas exactas no se aplican a todos los niños.

    Etapa 2: Reducir la intensidad de un derrumbe.

    Puesto que el mundo es impredecible, no podremos planificar cada cosa y habrá momentos en los que nuestros hijos tengan un derrumbe. Quizá llevemos a nuestros hijos a una tienda de juguetes para buscar uno como regalo de cumpleaños de un amigo suyo. No hemos pensado en prepararlos para el hecho de que no íbamos a comprarles un regalo a ellos también. Entonces, nuestros hijos ven algo que quieren y les decimos que no pueden tenerlo. Ahora es cuando se producen los gritos y los arrebatos en público. La gente está observando y nos sentimos juzgados y avergonzados, lo que nos irrita todavía más, así que levantamos la voz a nuestros hijos, lo que aumenta más la situación. Ahora tenemos una escena real. Podríamos tan solo salir fuera, llevándonos a nuestro hijo con nosotros. ¿Pero existe una forma menos estresante de manejar esto?

    ¿Qué herramientas tenemos para bajar el nivel de esta clase de situación? ¿Cómo podemos manejar un derrumbe emocional inesperado? En el Capítulo 4 veremos el arte de la distracción para bajar el nivel de un derrumbe que no pudimos prevenir. Aunque se trata de una habilidad crucial de gestión de crisis, no queremos tener que utilizarla demasiado a menudo. Sería mucho más productivo aprender cómo anticiparse a situaciones que puedan desencadenar derrumbes y desarrollar un plan para prevenir que éstos ocurran. Esto es de lo que trata la Etapa 3.

    Etapa 3: Entender por qué siguen ocurriendo los derrumbes

    Cuando un niño sigue sufriendo derrumbes, debemos empezar a reflexionar porqué está sucediendo. Debemos valorar si hay algo predictivo acerca del comportamiento desafiante, si ciertos tipos de sucesos tienden a desencadenarlos, y si las formas de reaccionar de los demás hacen posible este problema. Comprender por qué ocurre en derrumbes es clave para desarrollar planes para prevenirlos. Una vez vemos emerger un patrón, y podemos predecir los derrumbes, podemos empezar a desarrollar estrategias para prevenirlos.

    El Capítulo 5 muestra un método para valorar el motivo por el que continuamos teniendo los mismos derrumbes en ciertas situaciones. Este proceso tiene un nombre oficial en los escritos conductuales. Valoración Conductual Funcional

    Etapa 4: Crear planes para prevenir los derrumbes

    Una vez entendemos por qué se produce un derrumbe en una situación en particular, podemos crear un plan para prevenirlo. El Capítulo 6 describe los componentes de un buen plan de prevención, que de forma típica implicaría cuatro zonas de intervención:

    [??] Cambios en las situaciones que desencadenan los derrumbesd Enseñar habilidades para manejar las situaciones desencadenantes.

    [??] Usar recompensas o pérdidas.

    [??] Estrategias basadas en la biología.

    (Continues…)


    Excerpted from "No Más Derrumbes"
    by .
    Copyright © 2019 Jed Baker.
    Excerpted by permission of Future Horizons, Inc..
    All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
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    Table of Contents

    Prefacio, ix,
    Introducción, xiii,
    El problema,
    Capítulo 1 Derrumbes: Cuando las recompensas y los castigos no son Suficientes, 3,
    Capítulo 2 ¿De qué están formados los derrumbes?, 13,
    La Solución,
    Capítulo 3 Aceptar y apreciar a nuestros hijos, 25,
    Capítulo 4 Reducir la intesidad de un derrumbe, 37,
    Capítulo 5 Comprender el motivo por el cual ocurren los problemas Repetitivos, 49,
    Capítulo 6 Crear un plan de prevención, 61,
    Planes para los cuatro tipos de situaciones de los derrumbes,
    Capítulo 7 Peticiones, 75,
    Capítulo 8 Esperar, 99,
    Capítulo 9 Amenazas a la autoimagen, 117,
    Capítulo 10 Deseos de atención no satisfechos, 135,
    Capítulo 11 Pensamientos finales: Encontrar tu propio camino, 155,
    Referencias, 159,

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    From the Publisher

    "Jed Baker, en este excelente libro, nos brinda las herramientas para lidiar y prevenir comportamientos fuera de control. Sabiamente, nos guía a adultos a comprender cómo cambiar nuestro propio comportamiento para ayudar a nuestros hijos a cambiar el suyo. " - Carol Stock Kranowitz "Autora del libro mas vendido, The Out-of-Sync Child/ El Niño Desincronizado."

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