Soy un ángel femenino y me llamo ‘Anael’. Mi padre me envió a una misión en la Tierra. Encontrar al joven que vivía en Oxnard, California, fue fácil. Podía oír a su madre gritándole desde la cocina para que terminara sus deberes del colegio.
Yo le observaba a través de la ventana de su habitación, sentado en su mesa, mirando una revista y dejando a un lado los deberes. Quería observarle antes de decidir mostrarme. De repente sentí un dolor agudo en mi cuello.
Inmediatamente me desmayé. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente. Cuando finalmente abrí los ojos me encontré en una extraña y oscura caverna.
Cuando me iba a levantar escuché una voz desconocida.
“¿Quién eres tú? Tu sangre sabe diferente a la de los humanos y me produce mareo”.
El extraño era un atractivo vampiro llamado ‘Kendrick’ que pensó que yo era una chica humana.
La mezcla de nuestras sangres creó una nueva raza de Ángeles Vampiros.
