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Mujer Apasionante
Transfórmate En La Mujer Que Siempre Soñaste Ser
By Milenka Peña, Graciela Lelli Grupo Nelson
Copyright © 2016 Grupo Nelson
All rights reserved.
ISBN: 978-0-7180-3576-1
CHAPTER 1
Azul
Todavía recuerdo la primera vez que estuve frente al mar.
Era casi una niña, pero su inmensidad cautivó mis sentidos. Ese horizonte de azul infinito que parecía unirse con el cielo, me hablaba de esperanza, futuro, sueños e ilusiones, despertando en mí un deseo de crecer, aprender y descubrir nuevos caminos. Al pasar los años pude comprobar que cuando tenemos la oportunidad de viajar y conocer otros países, idiomas y culturas, la mente se abre a nuevas perspectivas y el alma aprende de nuevas experiencias. No es lo mismo ver una fotografía o imágenes grabadas, que respirar el aire, degustar la comida, o estrechar la mano de alguien que se convertirá en un amigo.
Al salir de nuestra zona de comodidad y aventurarnos a dejar "lo viejo conocido por lo nuevo por conocer" nos damos cuenta de que nuestra percepción de las cosas no siempre es la única realidad, y que a pesar de las distancias geográficas o culturales existen principios, deseos y necesidades afines que nos unen como raza humana. Al hacerlo, los lazos se estrechan y los horizontes se extienden. Las palabras del escritor Mark Twain son muy ciertas, cuando afirmó que "el viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente [...] un criterio amplio de la gente y la vida nunca será alcanzable si nos sentamos a vegetar en nuestro propio rincón del mundo".
Viajar ha sido siempre parte de mi carrera profesional en los medios de comunicación, y en estos últimos años, en mi faceta de conferencista y escritora, he tenido la oportunidad de llegar a muchos países y ciudades de nuestra querida Iberoamérica y Estados Unidos como invitada para dar conferencias, enseñar en congresos, y hablar en iglesias lo que Dios ha hecho en mi vida. Siempre estoy dispuesta a aceptar invitaciones y conocer nuevos lugares, como el tuyo, así que no dudes en contactarme si quisieras que llevara en persona un mensaje de excelencia, equilibrio, propósito y pasión, como el que te transmito en las páginas de este libro. Una de las cosas que más me llena de alegría es trabajar para ver vidas transformadas, y al retornar a casa siempre traigo conmigo el cariño de la gente, preciosos recuerdos y experiencias, y las amistades forjadas que continúan pese al tiempo y la distancia.
El azul evoca cielo, mar, aire, espacio abierto. Nos habla de esperanza, futuro, planes y progreso. De brazos extendidos. De nuevos horizontes. De un mundo sin límites. De alcanzar nuestros sueños sin importar la edad. De dar sin recibir nada a cambio.
Y de eso y más vamos a hablar en este capítulo.
CAFÉ poético
Quiero compartir contigo un poema que precisamente habla de aquellas cosas que a muchas de nosotras nos gustaría encontrar en ese horizonte infinito. A través de estos versos, hablo de un lugar utópico que quizás se encuentre en la distancia. Sin embargo, tal vez está más cerca de lo que imaginas, escondido en los ojos de la persona que amas.
Lontananza
Tiene que haber un lugar
escondido en lontananza
a donde se van los sueños,
ilusiones y esperanzas.
Donde residen intensas
palabras que lleva el viento,
los secretos y experiencias
que nos dejan sin aliento.
Tiene que existir un puerto
donde utopías se anclen
con el eco de las ansias
en senderos impensables.
Donde fábulas dormidas
se refugien en silencio
junto a anhelos impasibles
que jamás se sabrán ciertos.
Una esfera en lo infinito
que capture inobjetable
las miradas encontradas,
la efusión inexplicable,
espejismos que se esfuman,
los suspiros impalpables,
las preguntas sin respuesta,
las dudas que nos invaden,
las melodías de siempre,
poemas incomparables,
las añoranzas de antaño,
las pasiones indomables,
las fantasías traviesas,
recuerdos inconfesables,
las quimeras inconclusas,
los castillos en el aire ...
Y si ese lugar no existe,
me conformo con mirarte.
LA IMPORTANCIA DE PLANEAR
Se ha dicho que cada quien es de cierta forma el arquitecto de su propio destino. Sea o no cierto, creo que es importante que aprendamos a ser intencionales en la manera en que definimos nuestros proyectos y proyectamos nuestro futuro.
Uno de los arquitectos que desempeñó un importante papel en el desarrollo de grandes ciudades — entre ellas Chicago, Washington DC y Nueva York — fue Daniel Burnham. Cuando nadie creía que era posible llevar a cabo un proyecto de tal magnitud, él diseñó y puso en acción su plan de construir los primeros rascacielos, impresionantes edificios que rompieron los paradigmas de su época. Además, su trabajo fue trascendental en la reconstrucción de Chicago después del gran incendio que devastó gran parte de esta ciudad. A él se le atribuye una de esas frases que trasciende el tiempo e inspira a generaciones: "No hagas planes pequeños; no tienen la magia de hacer bullir la sangre y probablemente no se van a convertir en realidad. Planea a lo grande, apunta alto en la esperanza, el trabajo y la excelencia". En su caso, él vivió según sus palabras. Los imponentes edificios que diseñó aún continúan demarcando el horizonte de estas y otras grandes ciudades de Estados Unidos.
Creo que, por naturaleza, la mayoría de las mujeres tenemos la tendencia de hacer planes. Planeamos cosas relativamente sencillas, como el menú de la semana, la ropa que nos vamos a poner al día siguiente, o cuándo vamos a ir al salón de belleza. Planeamos cosas más relevantes, como el cumpleaños de nuestros hijos, las citas con el doctor, o una sorpresa para nuestra mejor amiga. Planeamos todos los detalles de las vacaciones que vamos a tomar con la familia. Nuestro nuevo corte de cabello. Cuántos kilos vamos a perder con la nueva dieta. Planeamos fiestas, reuniones, aniversarios y fechas especiales, viajes, detalles, familia, futuro ...
Parecería que queremos tener un plan para todo.
Pero pocas veces tenemos un plan para nuestra propia vida.
Y sin un plan específico para nuestra vida, comprobamos que el tiempo pasa, pesa y pisa, y vemos que nuestros sueños, proyectos e ilusiones se quedaron simplemente en eso ... sueños. Y cuando notamos que los años se nos vinieron encima, nos resignamos a un contexto que podría hacernos sentir desalentadas, frustradas, solitarias y estancadas, preguntándonos qué es lo que hicimos mal.
Pero esa no tiene que ser tu realidad.
Tener un plan para tu vida es el primer paso — y un prerrequisito indispensable — para tomar decisiones inteligentes, vivir intencionalmente y descubrir tu propósito. No es una garantía de que todo va a salir perfectamente bien, ni va a protegerte de los imprevistos o problemas que son parte de estar en esta tierra, pero si no sabes hacia dónde vas, ¿cómo vas a saber cuándo llegaste?
Tener un plan va a contribuir a que te conviertas en una participante activa de tus circunstancias, y no solo en una espectadora.
Va a permitirte diseñar de una manera intencional el futuro que quisieras tener.
Va a ayudarte a valorar lo que más importa y a establecer tus prioridades.
Va a servirte como un mapa que te guíe hacia el destino que deseas alcanzar, que te muestre dónde estás, y te alerte si te saliste de curso.
Y si tener una relación cercana con Dios es importante para ti, va a impulsarte a fortalecer tu comunión diaria con Él y a confiar más en su guía y protección, sabiendo que, al fin y al cabo, Él está en control. En el libro de Proverbios leemos que podemos planear nuestro camino, pero que al final va a ser el Señor quien guíe nuestros pasos. Y recuerda además lo que ha sido prometido: "Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, confía en Él, que Él actuará".
¡ACTÚA!
Mi amiga, si realmente quieres implementar cambios en cualquier área de tu vida, recuerda que existe una gran diferencia entre la intención y la acción. Entonces, para ayudarte, me gustaría pedirte que recuerdes una simple palabra: la palabra "ACTÚA".
Ahora, quiero mostrarte un pequeño acróstico nemotécnico que acabo de crear basado en esa palabra. No te intimides; el concepto es mucho más simple que el nombre: en caso que no lo sepas, un acróstico es un pequeño texto en el que las letras iniciales de una palabra dan sentido a otra frase o palabra. Y nemotecnia es simplemente una técnica de memorización que ayuda a recordar algunas cosas con más facilidad, al asociarlas con algo que ya conocemos. Es una de esas técnicas que aprendí hace tiempo y que me ha ayudado incontables veces.
Aquí esta el acróstico:
Analiza tu situación actual y piensa en lo que quieres lograr.
Considera cuáles son los cambios que deberías realizar.
Trabaja en un plan que te lleve a la meta que deseas alcanzar.
Únete a personas que puedan ayudarte o compartan tu visión.
Arranca con tu plan y llévalo a la acción.
Creo que cada frase se explica a sí misma. Más adelante te presentaré una manera práctica en la que puedes aplicar este acróstico en tu vida.
¿ESTÁS PRE-OCUPADA?
Actuar es importante, especialmente cuando hablamos de planificar. Sin embargo, he escuchado en más de una ocasión a personas que dicen que simplemente deberíamos tener fe y no pensar en el futuro, porque Dios está en control. Es cierto que el Señor dijo claramente que no deberíamos afanarnos por el día de mañana, porque cada día trae sus propios problemas, pero existe una gran diferencia entre afanarnos por el día de mañana y planear para el día de mañana.
Estuve investigando un poco al respecto, y descubrí que la palabra original en griego que fue traducida en algunas versiones como afán significa estar ansioso, angustiado o inquieto, y era generalmente utilizada en el contexto de estar aprehensivo por algún peligro o desgracia que podría ocurrir en el futuro. Dicho de otra manera: preocuparse.
Mark Twain, quien era conocido por siempre andar preocupado, dijo alguna vez de manera jocosa que en su vida había pasado por algunas cosas terribles, de las cuales algunas habían ocurrido en realidad.
Tanto por su etimología como por su definición, la palabra preocuparse es fácil de entender: etimológicamente hablando, proviene del latín praeoccupare; y como sabrás, el prefijo prae generalmente significa "antes" y occupare, obviamente quiere decir "ocupado". Entonces, preocuparse significa estar ocupado en algo antes de que ocurra. Es vivir en un futuro que no podemos controlar. El diccionario define la palabra preocupación como inquietud, temor o intranquilidad, y también como ofuscación del entendimiento. Pero la definición que me llamó más la atención es la que afirma que es una idea preconcebida, generalmente falsa, que tenemos acerca de una cosa futura.
Si es así, la preocupación infundada es irracional, inefectiva e ilógica. No obstante, muchas mujeres se han convertido en expertas en el arte de pasar gran parte del tiempo ansiosas por un sinfín de cosas que generalmente están fuera de su control.
Mi amiga, ¿eres una de ellas? Me atrevería a decir que tal vez en este mismo momento tienes en la mente algo que te preocupa. Probablemente quieras engañarte a ti misma diciendo que estás solo analizando o pensando en la situación, pero la verdad es que la preocupación es un problema que nos afecta a todos. Y en ocasiones permitimos que situaciones pasadas o posibilidades futuras dominen nuestros pensamientos y nos roben la paz.
Si te sientes así, no eres la única, pero tienes que aprender a lidiar con este problema. Basándonos en lo aprendido, la manera más lógica de hacerlo debería ser simple: aprende a vivir en el presente. Basta a cada día su propio afán. Precisamente, en el mismo contexto que te mencioné antes podemos leer que el Señor dijo: "¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás?".
De este tema y otros relacionados vamos a hablar en diferentes partes de este libro, pero por ahora concluyo esta sección con las palabras del cuarto capítulo de la Epístola a los Filipenses, que en la Nueva Traducción Viviente dicen así: "No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente".
Sin duda es una promesa que deberíamos tener grabada en el corazón.
Honestamente
1. ¿Eres de las personas que siempre se preocupan?
Generalmente sí [] Generalmente no []
2. Haz una lista de las cosas que a veces te preocupan o te quitan el sueño. Te doy algunos ejemplos. Añade los tuyos propios.
Mi esposo
Mis hijos
Mís finanzas
Mi salud
Mi futuro
La economía mundial
Mi peso
la capa de ozono
El final de la telenovela
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3. Ahora, marca o subraya aquellas que puedes cambiar, controlar o solucionar.
¿Te diste cuenta de que, en la mayoría de los casos, no hay nada que puedas hacer para controlar o cambiar lo que te preocupa? Y lo de la telenovela, era solo por bromear ... ¡espero que una cosa así no te quite el sueño!
4. Entonces, ¿tú crees que la mayoría de tus preocupaciones son generalmente realistas o infundadas?
Realistas [] Infundadas []
5. ¿Te es difícil dejar de preocuparte por cosas que no están bajo tu control?
Sí [] No []
Hablamos de la importancia de planear, pero eso no significa que nos deberíamos preocupar. Y para eso, quiero que leas algunos versículos que estoy segura te van a ayudar. Marca los que más te hablen al corazón, y trata de memorizarlos. Pero si no puedes hacerlo, ¡no te preocupes!
• "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas".
• "Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán".
• "Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes — afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza".
• "Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza".
UN DÍA EN LA VIDA DE UNA MUJER
Existen ocasiones en las que parecería que ni el mejor plan del mundo es suficiente para lidiar con circunstancias inesperadas. Por ejemplo, el sinfín de situaciones que se presentan un día común y corriente en la vida de una mujer.
Quiero invitarte a sonreír un poco. Dejé volar mi imaginación para describir algunas de las cosas que podrían ocurrir en un día cualquiera en la vida de una mamá y esposa, y — para este ejemplo — vamos a asumir que también trabaja fuera del hogar.
Si ese es tu caso, tal vez tu día empiece más o menos así: ¡RRRRRING!
Suena el despertador. ¿Cómo es posible que tu esposo no lo haya escuchado? Seguramente es porque sus ronquidos son más fuertes que la alarma. Aprietas el botón de espera solo para que vuelva a sonar insistentemente dentro de un par de minutos. Finalmente, le das un golpe — no a tu esposo, sino al despertador — y te levantas trastabillando.
Despiertas a tu hijo mayor, quien gruñe algo y se cubre la cabeza con las sábanas, y luego a tu hija, quien tan pronto como abre los ojos te recuerda que hoy es un día muy importante, porque van a sacar las fotografías oficiales en la escuela. Pasas por la cuna del bebé. ¡Qué dulce se ve cuando está durmiendo ... si parece un angelito! Decides que es mejor dejarlo tranquilo por unos minutos más.
(Continues...)
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