La materia sobre la que versa este manual, la morosidad empresarial, podríamos decir que está de moda, si no fuera porque es una mala praxis que lleva décadas desarrollándose por una parte de los gestores de negocios. En todas las áreas de formación que se imparten en los campus que EAE tiene repartidos por España -todos ellos son estudios enfocados al mundo de la empresa-, y especialmente en el ámbito de las finanzas operativas, se hace mucho hincapié sobre la prioridad que tiene para cualquier empresario disponer de un buen sistema de liquidez y no depender a corto plazo de un crédito bancario excesivo. Para ello es necesario disponer del conocimiento que aporta una experta gestión en el credit management. Demasiado a menudo los emprendedores se concentran en vender, lo que conocemos como el front office, y no tienen tanto en cuenta el back office, los sistemas de cobro. Ser un experto en disponer de liquidez -entendiendo este concepto como la capacidad para cumplir con las obligaciones financieras en el corto plazo- es muy importante para no caer en morosidad. Ese profesional debe tener su ratio de liquidez siempre por encima de uno, por tanto, que los activos corrientes sean superiores a las deudas a corto plazo. Para ello resulta imprescindible cobrar las facturas en tiempo y forma. En el sentido opuesto, se debe tener la previsión de poder pagar las deudas a corto, también dentro de los plazos establecidos. Los profesionales, bien formados, deben ser capaces de saber gestionar con eficacia una serie de indicadores que permiten medir esos riesgos. Estar bien capacitado también ayuda a determinar, a largo plazo, las necesidades para afrontar las necesidades de solvencia.
