Ha llegado el momento de ralentizar el frenético ritmo de producción científica. En 2011, la Universidad Católica de Lovaina despidió brutalmente a la investigadora Barbara Van Dyck por haber participado en una acción de «descontaminación» de un campo de patatas genéticamente modificadas. El despido tuvo repercusiones mediáticas y académicas notables, dando visibilidad a las reivindicaciones de la llamada slow science. Isabelle Stengers parte del «caso Van Dyck» para articular su alegato por una ciencia slow. Desde el slow food hasta el slow living, los movimientos slow denuncian el costo de «ganar tiempo» y abogan por un modelo alternativo de «desaceleración». En el ámbito académico, ésta choca con los intereses de las actuales relaciones de las universidades con sus socios industriales, que no sólo tienen prisa por conseguir resultados, sino que, además, tal y como denuncia Stengers en el caso de las patatas transgénicas, hacen sucumbir a las primeras a los fines promocionales de sus patrocinadores. Un manifiesto breve y contundente que se sitúa en el pleno de un debate más necesario que nunca: la desaceleración de las ciencias y de sus implicaciones. ¡Es hora de que los científicos tomen su tiempo!
The time has come to slow down the frenetic pace of scientific production. In 2011, the Catholic University of Leuven brutally fired the researcher Barbara Van Dyck for having participated in an action to "decontaminate" a field of genetically modified potatoes. The dismissal had notable media and academic repercussions, giving visibility to the claims of the so-called slow science. Isabelle Stengers starts from the "Van Dyck case" to articulate her argument for a slow science. From slow food to slow living, slow movements denounce the cost of "buying time" and advocate for an alternative model of "slowing down." In the academic sphere, this conflicts with the interests of the current relations between universities and their industrial partners, who are not only in a hurry to achieve results, but also, as Stengers denounces in the case of transgenic potatoes, succumb to the first for the promotional purposes of their sponsors. A brief and forceful manifesto that is situated in the midst of a debate that is more necessary than ever: the deceleration of the sciences and their implications. It's time for scientists to take their time!
