Era un maestro de escuela que ambicionaba realizar una gran empreso. ¿Cuál podia ser?
Su espíritu romántico, con algo de aventurer y no poco de héroe, lo espoleaba de continuo. Se decidió por fin.
Aimé Tschiffely era entre nosotros uno de esos extranjeros con corazón argentino: amaba lo nuestro, y, como algo muy nuestro, al "caballito criollo". Formuló un aserto y se propuso demostrarlo: "El caballo criollo argentino es de una guapeza y resistencia a toda prueba - dijo - y no cede a ninguno en el trabajo duro y continuardo en cualquier condición".
Para demonstralo eligió a Mancha y Gato, y llevado por ellos unió en un raid sin precedentes en los anales de la equitación, las dos extremas capitales de las repúblicas americanas: Buenos Aires y Wáshington. Confió, como él mismo lo dice, su salud y aun su vida al generoso y noble aguante de estos dos caballos, hijos de la Patagonia.
Ni la humedad insalubre de las selvas tropicales y de las regiones lacustres y pantanosas, ni el sol abrasador de los desiertos ni los precipicios y ventisqueros de las montañas ni el hambre ni la sed ni el frío fueron suficientes para debilitar el entusiasmo del hombre ni para doblegar el aguante de sus dos caballos. Mancha y Gato llevaron a su dueño hasta la meta después de un recorrido de 18.000 kilómetros. Odisea admirable que sólo pudieron realizar la voluntad de un idealista y la guapeza del "caballito criollo".
Era un maestro de escuela que ambicionaba realizar una gran empreso. ¿Cuál podia ser?
Su espíritu romántico, con algo de aventurer y no poco de héroe, lo espoleaba de continuo. Se decidió por fin.
Aimé Tschiffely era entre nosotros uno de esos extranjeros con corazón argentino: amaba lo nuestro, y, como algo muy nuestro, al "caballito criollo". Formuló un aserto y se propuso demostrarlo: "El caballo criollo argentino es de una guapeza y resistencia a toda prueba - dijo - y no cede a ninguno en el trabajo duro y continuardo en cualquier condición".
Para demonstralo eligió a Mancha y Gato, y llevado por ellos unió en un raid sin precedentes en los anales de la equitación, las dos extremas capitales de las repúblicas americanas: Buenos Aires y Wáshington. Confió, como él mismo lo dice, su salud y aun su vida al generoso y noble aguante de estos dos caballos, hijos de la Patagonia.
Ni la humedad insalubre de las selvas tropicales y de las regiones lacustres y pantanosas, ni el sol abrasador de los desiertos ni los precipicios y ventisqueros de las montañas ni el hambre ni la sed ni el frío fueron suficientes para debilitar el entusiasmo del hombre ni para doblegar el aguante de sus dos caballos. Mancha y Gato llevaron a su dueño hasta la meta después de un recorrido de 18.000 kilómetros. Odisea admirable que sólo pudieron realizar la voluntad de un idealista y la guapeza del "caballito criollo".
Mancha y Gato Cuentan sus Aventuras
336Mancha y Gato Cuentan sus Aventuras
336Paperback
Product Details
ISBN-13: | 9781590481677 |
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Publisher: | Long Riders' Guild Press |
Publication date: | 12/12/2004 |
Pages: | 336 |
Product dimensions: | 4.90(w) x 7.90(h) x 0.90(d) |
Language: | Spanish |