Los De En Medio De La Guerra

Los De En Medio De La Guerra

by Edith Wu-Bi
Los De En Medio De La Guerra

Los De En Medio De La Guerra

by Edith Wu-Bi

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Overview

La historia de Margarita es la historia de una niña que vivió asediada por el ambiente del conflicto armado interno de Guatemala, y se puede comparar con la historia de cualquier niño que ha vivido los embates de un enfrentamiento bélico; desde su punto de vista, recuerda cómo sufrió la violencia, la problemática política, las muertes y el constante miedo de vivir en un país en guerra.
Esta historia es una muestra del daño emocional que una guerra siembra en el alma y el espíritu de un niño, las secuelas que lleva durante su vida, ocasionadas por todos esos traumas y vivencias negativas que le toca soportar debido a la irresponsabilidad de los adultos que solamente satisfacen sus frustraciones personales y sus deseos de pleito y crecimiento económico, a costo de lastimar a toda una generación de aquellos que están en medio de la guerra.

Margarita was born in the highlands of Guatemala, soon after her family relocated to the city, where she and her sisters were raised during the internal armed conflict between the years of 1960 - 1996. Her story is similar to many others around the world, where innocent children develop into life immersed in the besieged atmosphere of a political armed confrontation. She narrates impactful anecdotes of fright, death, surveillance and repression experienced as a direct result of her familial upbringing in a country at war, the emotional damage planted in her soul, and the long term scars and traumas that weighed on her spirit.
As any war, this war was caused by the pursue power justified as an aim for social equality and economic growth, at the expense countless innocent casualties, perhaps represented by a whole generation scarred individuals who trapped in the midst of war.


Product Details

ISBN-13: 9781982204457
Publisher: Balboa Press
Publication date: 06/01/2018
Sold by: Barnes & Noble
Format: eBook
Pages: 176
File size: 13 MB
Note: This product may take a few minutes to download.
Language: Spanish

About the Author

Crecio en Guatemala durante el conflicto armado entre el Ejercito y la Guerrilla durante los años 60’s. Estudió Humanidades en la Universidad de San Carlos de Guatemala y se desarrollo profesionalmente en el campo educativo. En su madurez, Edith ha utilizado estrategias holisticas para superar las secuelas profundas que el miedo y la violencia del país impactaron en su niñez y desarrollo. Cuenta la historia de la guerra dentro de un marco neutral presentando hechos históricos sin influencias políticas de ningún partido. Considera que la guerra y la violencia amenazan el ambiente donde los niños, merecen crecer para poder desarrollar todo su potencial. Actualmente reside fuera de Guatemala.

Read an Excerpt

CHAPTER 1

LA RAÍZ DEL MIEDO

El niño guarda sus miedos para no parecer débil ante los demás, pero estos le acompañan mientras crece y solamente al reconocerlos encuentra las armas para superarlos.

MARGARITA

Isabel había sido asignada como maestra en un pequeño, frío y remoto pueblo de Guatemala cercano a la frontera con México, vivían allí su esposo y sus dos hijas de uno y tres años. Su embarazo transcurrió sin mayores problemas. Sin embargo, el día del nacimiento, el médico del pueblo se encontraba atendiendo a otro paciente en una población no muy cercana y fueron las comadronas quienes se encargaron de atender el parto en casa, mientras esperaban que regresara el doctor.

El parto se complicó inesperadamente, una retención de placenta provocó una hemorragia severa que puso a las comadronas en alerta, ellas pusieron todos sus esfuerzos en salvar a la madre, y dejaron a la criatura recién nacida por un lado. En el pueblo no había hospital ni otro tipo de infraestructura que les permitiera tratar la emergencia con más personal, implementos o recursos. No fue sino hasta la madrugada, cuando el doctor regresó al pueblo y pudo atender la emergencia de la madre que seguía sangrando y corría un alto riesgo de perder la vida. Así nació Margarita, en 1953.

Luego de varios meses de recuperación, por razones de salud y conveniencia para las niñas, la familia decidió regresar a la capital donde residían los abuelos; y fue allí, en la ciudad, donde Margarita vivió y creció hasta hacerse adulta.

Muchos años de su vida estuvieron saturados por conflictos familiares donde recibió desprecios y humillaciones, y por eso se decidió a no decir nada cuando los niños, influenciados por las conversaciones de los adultos, la rechazaban y se negaban a jugar con ella; a pesar de su corta edad, se daba cuenta de que la trataban de forma diferente porque no pensaba como ellos y, aunque la lastimaban con sus burlas y comentarios, guardó silencio para que el rechazo no se incrementara.

Margarita también vivió situaciones tristes y violentas, que ocurrieron durante la época en la que Guatemala sufrió los embates de la guerra interna entre los guerrilleros, que luchaban por implementar el comunismo o como ellos le llamaban "socialismo", y el Ejército de Guatemala, que no podía aceptar que el sistema comunista se introdujera en el país. Esta guerra la sufrió la población por más de treinta años.

Margarita fue una más de "Los de en medio de la guerra". Una más de aquellos que por las circunstancias de un país en guerra, se vio afectada por los distintos hechos de violencia, intriga, zozobra, persecución y peligro que esto conllevaba; por ello vivió llena de miedo y angustia ante la posibilidad de sufrir las consecuencias de todo aquello que sucedía a su alrededor en el país y a personas cercanas a ella, e incluso lo que sucedía en otros países de Latinoamérica.

Ella se acostumbró a ver ese panorama como algo natural y normal, y el sentir angustia y miedo se hizo tan frecuente que se volvió parte de su vida diaria.

Emocionalmente vivió afectada por los crueles y violentos asesinatos que sucedían constantemente y poco a poco, quizá como mecanismo de defensa o supervivencia ante el temor al dolor y la muerte, aprendió a ser fuerte sin llegar a perder su sensibilidad por la violencia cotidiana de los acontecimientos.

Hubo muchas vidas perdidas en el camino; algunas personas a quienes había conocido de cerca y apreciaba, que ni siquiera imaginaba que podían estar involucradas en el movimiento socialista, y que provocaría un ataque brutal que los privara de la vida de esa forma tan salvaje y dolorosa.

Las fotografías amarillistas de los periódicos que enseñaban los cuerpos destrozados por la tortura o ametrallados, las noticias de las huelgas y manifestaciones donde la población planteaba su descontento y tanto el ejército como la policía las disolvía con bombas lacrimógenas, disparos y golpes, eran el pan de cada día, y también el alimento diario a su temor y angustia.

Así fue como Margarita vivió y creció, sobre informada del acontecer político nacional por los medios de comunicación y por los comentarios de personas que opinaban sin saber, o que sabían demasiado.

COMUNISTAS

La mamá de Isabel se llamaba Raquel, era una persona de carácter fuerte, baja estatura, sonrisa sonora y franca. Tenía personalidad de líder, voluntad férrea y un corazón noble. Margarita recuerda poco de Raquel, porque la relación de la abuela con los niños era vaga, pero sí se acuerda muy bien de los vestidos de seda que usaba con colores de fondo sólido como negro, café, gris o verde, porque le gustaban las flores pequeñas que los vestidos tenían estampadas en su diseño.

El abuelo se llamaba Miguel, trabajaba en el turno de noche en una imprenta, era alto y serio. Siguiendo las costumbres tradicionales, delegó a la abuela la misión de educar y formar a los siete hijos, cinco hombres y dos mujeres, fueron educados con libertad y democracia por sus padres, de acuerdo a su filosofía de vida, porque esa era la forma en que la abuela consideraba que el ser humano debía crecer.

El pensamiento de Raquel era diferente al de las personas de su época. Ella creía en la justicia social y se preocupaba por el beneficio de la comunidad. Perteneció a una asociación femenina que promovía la igualdad de derechos de la mujer, asistía a las manifestaciones populares a pronunciarse en contra de los cambios del gobierno cuando este emitía leyes que, en su opinión, perjudicaban al pueblo.

Era muy estimada por diferentes grupos de la sociedad, especialmente por aquellos por los que velaba. Margarita lo comprobó cuando acompañaba a su mamá al mercado y las personas se acercaban a saludarla y a hablarle de la abuela Raquel con mucho respeto, cariño y agradecimiento. Mencionaban la ayuda y apoyo que ella les había dado, y agradecían que siempre las motivó a luchar por sus derechos.

Isabel le contó que la abuela era muy activa y muy conocida en los grupos de lucha por la justicia social. Era simpatizante del candidato a Presidente Jacobo Árbenz Guzmán, que ganó la presidencia por votación popular en las elecciones de noviembre de 1950, para el período de 1951 a 1955, pero que finalmente en 1954 fue derrocado por un golpe de estado dirigido por el coronel Carlos Castillo Armas, porque uno de los planes de gobierno de Árbenz era implementar la Reforma Agraria, que era el primer paso para introducir el comunismo en Guatemala.

Cuando Árbenz perdió la presidencia, alguien pintó afuera, en una de las paredes de la casa de los abuelos, con letras negras y grandes la palabra "Comunistas", y los abuelos le avisaron inmediatamente a la mamá de Margarita. Isabel se asustó mucho al escuchar sobre la pintura en la pared, porque al derrocar al presidente Árbenz, se estaban llevando presos a todos sus simpatizantes y a algunos los fusilaban en el momento. Además, tener una marca en la casa con una palabra como la que habían escrito en la pared, abría la posibilidad de que se llevaran presos a los abuelos y a todos los miembros de la familia que vivían en la casa.

Como tenían que actuar rápido, Isabel llegó a la casa y, en taxi, llevó a los tíos y a los abuelos a la Embajada Argentina, que abrió sus puertas como santuario, porque se había iniciado una persecución contra todos aquellos acusados de ser simpatizantes o colaboradores del presidente derrocado; por lo tanto, todo aquel a quien consideraban sospechoso de tener ideas socialistas o comunistas, lo capturaban sin saber cuál sería su destino.

La mamá de Margarita le contó a ella que los abuelos argumentaron no estar involucrados en política, pero ella les explicó que era por su seguridad, porque la marca de la casa complicaba todo y la confusión provocada por el golpe de estado, no ofrecía garantía de la seguridad de ningún ciudadano, por lo que era mejor prevenir y resguardarse de cualquier ataque.

Dadas las circunstancias de inseguridad y peligro, todos los miembros de la familia que vivían en esa casa, los tíos, sus respectivas esposas e hijos, que eran 22 en total, se refugiaron en la Embajada Argentina para preservar su vida y mantener a la familia unida.

Isabel y un hermano fueron los únicos que no se refugiaron, porque no vivían en la casa marcada. Ellos no estaban en peligro de que los hubieran asociado con los comunistas, así que permanecieron en sus hogares.

Repentinamente la sede diplomática se encontró abarrotada con más de cien personas que temían por su vida. Raquel, que siempre estaba anuente a colaborar, habló con el embajador Nicasio Sánchez Toranzo y le ofreció que su hija, Isabel, que no se asiló, podría ayudarle a hacer las compras del mercado, necesarias para la alimentación de los refugiados. Al mismo tiempo, organizó a las mujeres para que ayudaran en la cocina en la preparación de los alimentos, y solucionó así el problema de la alimentación de tantas personas.

Esta situación se extendió por tres meses, hasta que se logró obtener el salvoconducto de los refugiados para salir del país en calidad de asilados políticos.

Afuera de la sede diplomática, la convulsión política había crecido, y el ejército había tomado el poder. El ex presidente Árbenz se había refugiado en la Embajada de México junto a su familia, así como algunos de sus funcionarios que también estaban en peligro por sus ideales socialistas. Ellos obtuvieron el salvoconducto para viajar a México.

Cuando Árbenz salió al exilio, sufrió una de las humillaciones públicas más grandes y embarazosas en la historia de Guatemala; en el aeropuerto, antes de subir al avión, fue obligado a quitarse la ropa frente a la prensa, para asegurarse de que no llevara con él nada que perteneciera a las arcas nacionales. El hecho fue captado en fotos por la prensa y dolió mucho no solo a sus seguidores, sino a la población en general.

Humildemente el ex presidente, militar de carrera y elegido por el voto popular, acató la orden que se le daba. La foto del lamentable agravio dio la vuelta al mundo.

Mientras afuera las cosas tomaban la forma que el ejército deseaba, en la Embajada Argentina se tramitaba la documentación necesaria para sacar a los refugiados de Guatemala, quienes pasaban la espera socializando con otras personas que se encontraban en una situación igual o similar a la de ellos, sin salir del santuario.

Fue allí cuando muchos simpatizaron con un individuo argentino que estaba también refugiado, y que había viajado a Guatemala para apoyar al gobierno, porque simpatizaba con la causa del coronel Árbenz Guzmán.

Raquel y los tíos de Margarita estaban realmente impresionados por el carisma y personalidad del doctor argentino que había dejado su país para ayudar a la causa del pueblo guatemalteco. Todos le llamaban Ché, y contaban que estaba enfermo de los pulmones, y que cuando le faltaba el aire parecía que se ahogaba; tenía que usar medicina para poder respirar. Raquel, según instrucciones del Ché, le preparaba una dieta especial de vegetales cocidos sin grasa, que Isabel dedicadamente compraba en el mercado cada semana.

El Ché conversaba con Raquel, y cuando finalmente se fueron a Argentina, les dio a algunos de los refugiados una nota para que contactaran a su familia allá, cosa que por motivos desconocidos los abuelos nunca hicieron, pero conservaron la nota durante muchos años como un atesorado recuerdo.

El amigo Ché no viajó con ellos a Argentina, sino que siguió su rumbo errante y finalmente se dirigió hacia Cuba, donde se incorporó a la lucha de Fidel Castro para sacar a Fulgencio Batista del poder. Entonces su identidad se hizo más pública, y el querido y respetado Ché, amigo de la abuela y los tíos, era el conocido Ché Guevara.

VIDA EN ARGENTINA Y RETORNO A GUATEMALA

Finalmente, a mediados de octubre, cuando se completó la documentación necesaria para el traslado de los exilados, el presidente Perón envió aviones a Guatemala para llevarlos a Argentina. Todos volaron y, al cruzar el ecuador, a los niños les dieron un diploma con su nombre para constatar que habían cruzado la línea que divide el mundo.

Llegaron a Argentina y fueron trasladados al Hotel de Inmigrantes en Buenos Aires, donde se refugiaron por un tiempo mientras lograban conseguir trabajo y establecerse en una casa con su familia.

Los tíos de Margarita durante toda su vida recordaron esa época con nostalgia, y admiraban el apoyo que les brindaron a su llegada a Argentina. Cuentan que cuando dejaron el Hotel de Inmigrantes, les proporcionaron ropa y enseres para la casa, para que empezaran una nueva vida. Comentaron que toda la ayuda que recibieron fue de la Fundación Eva Perón, y a Perón lo catalogaron como un presidente admirable, pero su admiración siempre fue más grande para Eva, porque ella luchaba por las clases menos afortunadas, las protegía y ayudaba.

Los tíos aprendieron muchas cosas en Argentina, sobre todo aprendieron a hablar con el acento argentino, que algunos de ellos nunca olvidaron. Muchos años después, cuando ya se encontraban de nuevo en Guatemala y se reunían para compartir experiencias al calor de una botella, había especialmente un tío de Margarita que cuando los tragos le hacían efecto, le cambiaba el acento chapín y empezaba a hablar con acento argentino. Todos lo querían y lo tomaban como una parte de su personalidad, porque los hacía reír con sus ocurrencias.

La familia se integró a la vida del país como parte de la clase obrera, pero como les suele suceder a los guatemaltecos que están afuera del país, añoraban la patria, donde ellos pertenecían a un nivel social más acomodado, además de que tenían su propio negocio, mientras que en Argentina vivían de un salario.

Contaban que para Navidad, a todos los niños, la Fundación Eva Perón les daba un pan de Navidad y una botella de vino, y aunque en Guatemala esa no era la costumbre, admiraron siempre ese apoyo a los niños y a la clase obrera.

Las cartas que mandaban a Guatemala eran tristes y siempre recordaban con nostalgia su vida de familia y lo lindo de su país. Isabel sabía que tenía que ayudarlos a volver a Guatemala, y cuando la situación política cambió, ella solicitó una audiencia al presidente para pedirle que diera la autorización de que regresaran al país.

El presidente le indicó que para poder estudiar el caso, necesitaba una biografía de cada miembro de la familia que estaba fuera, y eso hizo que Isabel tuviera que escribir la biografía de veintidós personas, porque tuvo que incluir a las esposas de los tíos e incluso a cada uno de los niños que se encontraban en Argentina. Al finalizar el estudio, el presidente dio la autorización para el regreso de toda la familia, a excepción de la abuela, quien no podía regresar. Eso ocasionó que la familia regresara poco a poco, pero los abuelos se quedaron porque el abuelo dijo que no iba a dejar sola a la abuela.

Durante ese tiempo, cuenta Isabel que la madre de Miguel se puso muy enferma y el doctor les informó que no le quedaba mucho tiempo de vida, por lo que Isabel hizo un último intento de pedir la autorización para que dejaran entrar a Raquel, y le envió un telegrama urgente al presidente, a nombre de la bisabuela, en el que le solicitaba desde su lecho de muerte, la autorización para que dejara entrar a su hija.

Realmente era la nuera, pero la bisabuela la quería como una hija. El presidente dio la autorización y los abuelos regresaron al país, pero no llegaron a tiempo para ver a la bisabuela viva.

Raquel enfermó y murió inesperadamente. Su sepelio fue muy concurrido y mucha gente lamentó su muerte, sobre todo porque no había muchas lideresas que defendieran los derechos de las mujeres.

Miguel contó que cuando Raquel tenía aproximadamente diez días de fallecida, la llegaron a buscar en un jeep de la judicial varios hombres, le preguntaron por ella y le enseñaron una orden de captura. El abuelo, que manejaba una combinación de lógica y sarcasmo, les dijo que ella ya no vivía allí, los judiciales le pidieron la dirección para ir a buscarla. El abuelo, muy serio, les dijo, "vayan a buscarla allí, al final de la 20 calle"; al pedirle la dirección exacta, les dijo: "allí, al final de la calle, en el Cementerio General".

CHAPTER 2

EL CONCEPTO POLÍTICO ES RELATIVO

En la política, cada persona piensa que tiene la verdad en su criterio, pero cada cual tiene una razón personal para creer su verdad.

REVOLUCIONARIO - REACCIONARIO

Margarita y los otros niños de su familia, sus primos, escuchaban las conversaciones familiares de los adultos que libremente se daban en la sobremesa, cuando llegaba visita, a la hora del café, o en cualquier oportunidad que se prestara para ello. El tema de los Revolucionarios y los Reaccionarios era uno de los más populares, debido a la situación que se desarrollaba en el país. Eran palabras de uso muy común, entre ciertos allegados y miembros de su familia, para describir o etiquetar a las personas. Margarita, sin embargo, no sabía su significado, ni se atrevía a preguntar.

(Continues…)


Excerpted from "Los De En Medio De La Guerra"
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Copyright © 2018 Edith Wu-Bi.
Excerpted by permission of Balboa Press.
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Table of Contents

1. LA RAÍZ DEL MIEDO,
Margarita, 1,
Comunistas, 4,
Vida En Argentina Y Retorno A Guatemala, 11,
2. EL CONCEPTO POLÍTICO ES RELATIVO Revolucionario - Reaccionario, 17,
Explotadores Y Explotados, 20,
3. LAS PROTESTAS,
La Piscina, 25,
Trapos Con Vinagre, 32,
4. CONTRAINSURGENCIA,
La Noche De San Bartolomé, 39,
La Judicial, 43,
Las Torturas, 48,
Los Cateos, 54,
Reducto Guerrillero Zona 15, 56,
Reducto Guerrillero En Zona 2, 59,
5. GUERRILLEROS,
Los Veintiocho, 65,
Maco, 69,
Carlos, 73,
El Taxista, 76,
Estudio Abierto, 80,
6. TERRORISMO,
Cine Abril, 85,
Las Bombas, 89,
Bomba En El Parque Central, 92,
7. ASESINATOS,
Gordon Mein, 99,
Von Spreti, 103,
Fito Mijangos, 108,
Secretario De La Aeu, 112,
Manuel Colom Argueta, 116,
Embajada De España, 120,
Los Figueroa, 124,
Rita, 128,
Irma Flaquer, 131,
8. DOCUMENTOS DE LA GUERRA,
Dossier De La Muerte O Diario Militar, 137,
EL REHMI, 141,

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