Las Mujercitas Se Casan
Para retomar nuestra historia y poder asistir al casamiento de Meg con conocimiento de las cosas conviene primero ponernos al día con las noticias de los March, para enterarnos de toda la chismografía del caso. Creo probable que algunas personas mayores piensen que hay demasiado "amor" en el relato (ni por un momento se me ocurre que los jóvenes verán en ello inconveniente) pero, de acuerdo con la señora de March, sólo puedo decirles: "¡Qué se puede esperar con cuatro muchachas alegres en la casa y viviendo enfrente un vecino joven, elegante y lleno de bríos!…" Han pasado tres años y son pocos los cambios ocurridos en la modesta familia. Ha terminado la guerra y el señor March está de vuelta en el seguro puerto de su hogar, ocupándose de sus libros y de su pequeña parroquia, que encuentra en él al verdadero pastor, por naturaleza y por gracia de Dios. Por lo tanto, pese a su pobreza y a su rigurosa integridad, que le vedaron los éxitos más mundanos, aquellos atributos atrajeron junto al señor March a mucha gente admirable, con la misma naturalidad con que las hierbas dulces atraen a las abejas. Y con igual naturalidad les dio él la miel destilada en cincuenta años de dura experiencia, sin que se colase una sola gota de acíbar.....................
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Las Mujercitas Se Casan
Para retomar nuestra historia y poder asistir al casamiento de Meg con conocimiento de las cosas conviene primero ponernos al día con las noticias de los March, para enterarnos de toda la chismografía del caso. Creo probable que algunas personas mayores piensen que hay demasiado "amor" en el relato (ni por un momento se me ocurre que los jóvenes verán en ello inconveniente) pero, de acuerdo con la señora de March, sólo puedo decirles: "¡Qué se puede esperar con cuatro muchachas alegres en la casa y viviendo enfrente un vecino joven, elegante y lleno de bríos!…" Han pasado tres años y son pocos los cambios ocurridos en la modesta familia. Ha terminado la guerra y el señor March está de vuelta en el seguro puerto de su hogar, ocupándose de sus libros y de su pequeña parroquia, que encuentra en él al verdadero pastor, por naturaleza y por gracia de Dios. Por lo tanto, pese a su pobreza y a su rigurosa integridad, que le vedaron los éxitos más mundanos, aquellos atributos atrajeron junto al señor March a mucha gente admirable, con la misma naturalidad con que las hierbas dulces atraen a las abejas. Y con igual naturalidad les dio él la miel destilada en cincuenta años de dura experiencia, sin que se colase una sola gota de acíbar.....................
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by Louisa May Alcott
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Para retomar nuestra historia y poder asistir al casamiento de Meg con conocimiento de las cosas conviene primero ponernos al día con las noticias de los March, para enterarnos de toda la chismografía del caso. Creo probable que algunas personas mayores piensen que hay demasiado "amor" en el relato (ni por un momento se me ocurre que los jóvenes verán en ello inconveniente) pero, de acuerdo con la señora de March, sólo puedo decirles: "¡Qué se puede esperar con cuatro muchachas alegres en la casa y viviendo enfrente un vecino joven, elegante y lleno de bríos!…" Han pasado tres años y son pocos los cambios ocurridos en la modesta familia. Ha terminado la guerra y el señor March está de vuelta en el seguro puerto de su hogar, ocupándose de sus libros y de su pequeña parroquia, que encuentra en él al verdadero pastor, por naturaleza y por gracia de Dios. Por lo tanto, pese a su pobreza y a su rigurosa integridad, que le vedaron los éxitos más mundanos, aquellos atributos atrajeron junto al señor March a mucha gente admirable, con la misma naturalidad con que las hierbas dulces atraen a las abejas. Y con igual naturalidad les dio él la miel destilada en cincuenta años de dura experiencia, sin que se colase una sola gota de acíbar.....................

Product Details

BN ID: 2940148197386
Publisher: Nook Classics
Publication date: 07/04/2013
Sold by: Barnes & Noble
Format: eBook
Pages: 209
File size: 1 MB
Language: Spanish

About the Author

About The Author
Louisa May Alcott nació en Germantown, Pennsylvania el 29 de noviembre de 1832. Ella y sus tres hermanas, Anna, Elizabeth y mayo fueron educadas por su padre, el filósofo / maestro, Bronson Alcott y levantado en el cristianismo práctico de su madre, Abigail May.

Louisa pasó su niñez en Boston y en Concord, Massachusetts, donde sus días fueron iluminados por visitas a la biblioteca de Ralph Waldo Emerson, excursiones en la naturaleza con Henry David Thoreau y theatricals en el granero en ladera (ahora de Hawthorne "camino").

Como su personaje, marzo de Jo en mujercitas, Louisa joven era un marimacho: "ningún niño podría ser mi amigo hasta que había golpeado en una carrera", afirmó, "y ninguna niña si ella se negaba a trepar a los árboles, salto de vallas..."

Por Louisa, escribir era una pasión temprana. Ella tenía una rica imaginación y a menudo sus historias se convirtieron en melodramas que ella y sus hermanas actuaría hacia fuera para los amigos. Louisa preferido tocar las partes de "espeluznantes" en estos juegos, "los villanos, fantasmas, bandidos y reinas desdeñosas."

A los 15, preocupado por la pobreza que plagaron su familia, ella juró: "voy a hacer algo y. No lo cuidado, teach, coser, actuar, escribir, cualquier cosa para ayudar a la familia; y voy a ser rico y famoso y feliz antes de morirme, ven si no voy!"

Frente a una sociedad que ofrece pocas oportunidades a las mujeres que buscan empleo, Louisa determinado "...Va hacer un estropicio-ram de mi cabeza y mi manera a través de este áspero y caída mundial." Ya sea como una maestra, costurera, institutriz o sirviente doméstico, durante muchos años Louisa hizo cualquier trabajo que pudo encontrar.

Carrera de Louisa como autor comenzó con poesía y cuentos aparecidos en revistas populares. En 1854, cuando tenía 22, se publicó su primer libro flor fábulas. Un hito a lo largo de su trayectoria literaria fue Hospital Sketches (1863) basado en las cartas que ella había escrito Inicio desde su puesto como enfermera en Washington, DC como enfermera durante la Guerra Civil.

Cuando Louisa tenía 35 años de edad, su editor Thomas Niles en Boston le pidió que escriba "un libro para las niñas". Mujercitas fue escrito
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