Para comprender qué es beneficioso, ya sea para un sistema o un individuo, se necesitan razones que evidencien su beneficio, y no justificaciones fundamentadas, solamente, en el beneficio de un sistema económico o político. Sin embargo, el proceso de implantación y mejoramiento curricular aún depende de los estándares que estos sistemas exhortan como 'pertinentes' para el "bienestar" y el "progreso humano". ¿Es realmente así? ¿Qué evidencia existe que aquello que satisface una necesidad inmediata y temporera es la mejor alternativa para el beneficio y la proliferación intelectual de una sociedad?"La Muerte de la Educación" es un intento para redefinir y reflexionar sobre qué realmente contribuye a la formación de seres humanos íntegros y completos. Los autores disertan sobre qué elementos se han obviado y/o evitado, a través de los siglos, pero fundamentales para entender cómo y en qué pensar. Si no discernimos sobre cómo y en qué pensar, aún con las destrezas que nos brindan los programas educativos del presente, el ser humano vagará, ciegamente, bajo el egoísmo primitivo de satisfacer, sus indefinidos deseos.