La guía para el ganador de almas

Ayuda a los creyentes a compartir la gracia salvadora de Dios con otros.

Este libro de referencia sobre las Escrituras ha sido diseñado para ayudar a todos los cristianos a dar testimonio de su salvación y a compartir las buenas nuevas del evangelio y del amor de Dios. Esta guía ofrece respuestas a las desafiantes preguntas que hacen con frecuencia las personas no cristianas y les muestra el sendero a la salvación. Incluye también 40 temas de las Promesas de Dios, para ayudar al lector a ser un mejor conocedor de la Palabra de Dios. 

 

Con el respaldo del Dr. Ronnie Floyd, el Dr. Johnny Hunt y Bryant Wright.

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La guía para el ganador de almas

Ayuda a los creyentes a compartir la gracia salvadora de Dios con otros.

Este libro de referencia sobre las Escrituras ha sido diseñado para ayudar a todos los cristianos a dar testimonio de su salvación y a compartir las buenas nuevas del evangelio y del amor de Dios. Esta guía ofrece respuestas a las desafiantes preguntas que hacen con frecuencia las personas no cristianas y les muestra el sendero a la salvación. Incluye también 40 temas de las Promesas de Dios, para ayudar al lector a ser un mejor conocedor de la Palabra de Dios. 

 

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by Grupo Nelson
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Ayuda a los creyentes a compartir la gracia salvadora de Dios con otros.

Este libro de referencia sobre las Escrituras ha sido diseñado para ayudar a todos los cristianos a dar testimonio de su salvación y a compartir las buenas nuevas del evangelio y del amor de Dios. Esta guía ofrece respuestas a las desafiantes preguntas que hacen con frecuencia las personas no cristianas y les muestra el sendero a la salvación. Incluye también 40 temas de las Promesas de Dios, para ayudar al lector a ser un mejor conocedor de la Palabra de Dios. 

 

Con el respaldo del Dr. Ronnie Floyd, el Dr. Johnny Hunt y Bryant Wright.

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Product Details

ISBN-13: 9781602558205
Publisher: Grupo Nelson
Publication date: 05/14/2012
Sold by: HarperCollins Publishing
Format: eBook
Pages: 128
File size: 351 KB
Language: Spanish

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La guía para el ganador de almas


Grupo Nelson

Copyright © 2012 Grupo Nelson
All right reserved.

ISBN: 978-1-60255-820-5


Chapter One

Escrituras para las excusas y dificultades de la gente

Rendición de cuentas del creyente.

Mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. —1 Juan 1.7–9 (BLA)

Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias. —2 Corintios 5.10–11 (RVR1960)

Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo. —1 Juan 2.1–2 (DHH)

Temo que no puedo vivirlo.

¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia! —Judas 24 (NVI)

Estoy convencido de que Dios empezó una buena obra entre ustedes y la continuará hasta completarla el día en que Jesucristo regrese. —Filipenses 1.6 (PDT)

Pero con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. —Gálatas 2.20 (RVC)

Siempre he sido cristiano.

He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. —Salmo 51.5 (RVR1960)

Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. —Juan 1.12 (RVR1995)

Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios. —Juan 3.3 (RVA)

Distracciones (mundanas).

No quieran ustedes ser como los pecadores del mundo, ni tampoco hacer lo que ellos hacen. Quienes lo hacen, no aman a Dios el Padre. Las cosas que ofrece la gente del mundo no vienen de Dios, sino de los pecadores de este mundo. Y éstas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el orgullo de poseer muchas riquezas. Pero lo malo de este mundo, y de todo lo que ofrece, está por acabarse. En cambio, el que hace lo que Dios manda vive para siempre. —1 Juan 2.15–17 (TLA)

Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. —1 Corintios 10.31 (BLA)

Absteneos de toda especie de mal. —1 Tesalonicenses 5.22 (RVR1960)

Un creyente que no se arrepiente.

No se engañen ustedes: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, se cosecha. El que siembra en los malos deseos, de sus malos deseos recogerá una cosecha de muerte. El que siembra en el Espíritu, del Espíritu recogerá una cosecha de vida eterna. —Gálatas 6.7–8 (DHH)

Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. —Hebreos 12.6 (RVR1995)

Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. —1 Corintios 11.30 (RVR1960)

La Biblia es la Palabra de Dios.

Ningún profeta habló por su propia cuenta. Al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo. —2 Pedro 1.21 (TLA)

Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia. —1 Timoteo 3.16 (BLA)

Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. —1 Tesalonicenses 2.13 (RVR1960)

No puedo creer.

Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan. —Hebreos 11.6 (DHH)

Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras, y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. —Apocalipsis 21.8 (NBLH)

Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. —Proverbios 3.5–6 (NTV)

No puedo perdonar.

«¿No debiste haber mostrado compasión con tu compañero, así como yo la tuve contigo?» Por esta razón, el rey se enojó muchísimo y entregó al siervo a los torturadores hasta que pagara todo lo que le debía. Así los tratará mi Padre que está en el cielo si ustedes no perdonan de todo corazón a sus hermanos. —Mateo 18.33–35 (PDT)

Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. —Mateo 6.14 (NVI)

En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo. —Efesios 4.32 (RVC)

No puedo renunciar a mis amigos.

¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. —Santiago 4.4 (RVR1995)

Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. —1 Corintios 6.14–18 (RVR1960)

No envidies ni busques la amistad de los malvados. —Proverbios 24.1 (TLA)

No puedo entender la Biblia.

Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado. —2 Corintios 4.3 (BLA)

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. —1 Corintios 2.14 (RVR1960)

Pero ellos se negaron a entender esto, y todavía ahora, cuando leen la antigua alianza, ese mismo velo les impide entender, pues no les ha sido quitado, porque solamente se quita por medio de Cristo. Hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, un velo cubre su entendimiento. Pero cuando una persona se vuelve al Señor, el velo se le quita. —2 Corintios 3.14–16 (DHH)

No tengo que asistir a la iglesia.

No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca. —Hebreos 10.25 (NBLH)

Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad. —Hechos 2.46 (NTV)

¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril? —Santiago 2.20 (NVI)

Membresía de iglesia.

Jesús le respondió: —Te digo la verdad: el que no nace de nuevo, no puede tener parte en el reino de Dios. —Juan 3.3 (PDT)

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. —Juan 14.6 (RVC)

Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. —1 Juan 5.11–12 (RVR1995)

Con la muerte todo termina.

Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio. —Hebreos 9.27 (RVA)

Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. —Lucas 16.19–24 (RVR1960)

Entonces vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él. Y en su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, y nadie volvió a verlos. Y vi que todos los que habían muerto, tanto los humildes como los poderosos, estaban de pie delante del trono. Y fueron abiertos los libros donde está escrito todo lo que cada uno hizo. También se abrió el libro donde están escritos los nombres de todos los que vivirán con Dios para siempre. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con lo que habían hecho y con lo que decían los libros. Los que murieron en el mar se presentaron delante de Dios para que él los juzgara, y lo mismo hicieron los que estaban en el reino de la muerte. Todos los muertos fueron juzgados de acuerdo con lo que habían hecho. Luego, la Muerte y el reino de la muerte fueron lanzados al lago de fuego. Los que caen en este lago quedan separados de Dios para siempre, y allí fueron arrojados todos los que no tenían sus nombres escritos en el libro de la vida eterna. —Apocalipsis 20.11–15 (TLA)

Todos iremos al cielo.

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él. —Juan 3.36 (BLA)

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. —Marcos 16.16 (RVR1960)

A fin de que sean condenados todos los que no han querido creer en la verdad, sino que se complacen en la maldad. —2 Tesalonicenses 2.12 (DHH)

No me siento listo.

Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. —Efesios 2.8–9 (NBLH)

Sin embargo, los que el Padre me ha dado, vendrán a mí, y jamás los rechazaré. —Juan 6.37 (NTV)

Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. —1 Juan 5.11–12 (NVI)

Dios es demasiado bueno como para condenar a alguien.

Dios no dejó sin castigo a los ángeles que pecaron. Al contrario, los envió al infierno y los puso en cavernas oscuras, donde estarán hasta el día del juicio. —2 Pedro 2.4 (PDT)

El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado. —Marcos 16.16 (RVC)

A fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad sino que se complacieron en la iniquidad. —2 Tesalonicenses 2.12 (BLA)

La existencia de Dios.

Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. —Romanos 1.19–20 (RVR1960)

El cielo proclama la gloria de Dios; de su creación nos habla la bóveda celeste. —Salmo 19.1 (DHH)

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad; Él fue manifestado en la carne, vindicado en el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. —1 Timoteo 3.16 (NBLH)

¿Cómo sabemos si existe el cielo?

Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. —Mateo 6.9 (NTV)

De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. —2 Corintios 5.1 (NVI)

Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra habían desaparecido. El mar ya no existía. También vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que bajaba del cielo, desde donde está Dios. La ciudad estaba arreglada como una novia para su novio, lista para casarse. Oí una fuerte voz del cielo que decía: Ahora, el hogar de Dios está con los seres humanos y él vivirá con ellos. Serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo que existía antes ya desapareció. —Apocalipsis 21.1–4 (PDT)

¿Cómo sabemos que hay un infierno?

Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y cada día celebraba espléndidos banquetes. Había también un mendigo llamado Lázaro, que lleno de llagas pasaba el tiempo echado a la puerta de aquél, ansioso de saciarse con las migajas que caían de la mesa del rico, y hasta los perros venían y le lamían las llagas. Llegó el día en que el mendigo murió, y los ángeles se lo llevaron al lado de Abrahán. Después murió también el rico, y fue sepultado. Cuando el rico estaba en el Hades, en medio de tormentos, alzó sus ojos y, a lo lejos, vio a Abrahán, y a Lázaro junto a él. Entonces gritó: «Padre Abrahán, ¡ten compasión de mí! ¡Envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y me refresque la lengua, porque estas llamas me atormentan!» —Lucas 16.19–24 (RVC)

Entonces dirá también á los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles. —Mateo 25.41 (RVA)

Tengan más bien temor de Dios, pues él no sólo puede quitarles la vida, sino que también puede enviarlos al infierno. A él sí deben tenerle miedo. —Lucas 12.5 (TLA)

Hipócritas, demasiados.

De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo. —Romanos 14.12 (BLA)

Y lo castigará, condenándolo a correr la misma suerte que los hipócritas. Entonces vendrán el llanto y la desesperación. —Mateo 24.51 (DHH)

Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. —Colosenses 3.23 (NTV)

Yo oro cada día.

Jesús le respondió: Te digo la verdad: el que no nace de nuevo, no puede tener parte en el reino de Dios. —Juan 3.3 (PDT)

Pero a los que lo aceptaron y creyeron en él, les dio el derecho de ser hijos de Dios. —Juan 1.12 (PDT)

Mira, aquí estoy llamando a la puerta. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré, cenaré con él y él conmigo. —Apocalipsis 3.20 (PDT)

Testigos de Jehová.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. —Juan 3.3 (RVR1960)

Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe. —Efesios 2.8–9 (RVA)

Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. —1 Juan 5.20 (RVR1960)

El pueblo judío.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros. —Isaías 53.6 (NBLH)

—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. —Juan 3.3 (NVI)

Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. —Juan 3.14–18 (RVC)

Mormonismo.

Le respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. —Juan 3.3 (RVR1995)

Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló. La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso. —Efesios 2.8–9 (TLA)

Sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será justificado. —Gálatas 2.16 (BLA)

Debo mejorar primero.

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera. —Juan 6.37 (BLA)

El Señor dice: Vengan, vamos a discutir este asunto. Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, yo los dejaré blancos como la nieve; aunque sean como tela teñida de púrpura, yo los dejaré blancos como la lana. —Isaías 1.18 (DHH)

Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. —Lucas 18.13–14 (RVR1960)

(Continues...)



Excerpted from La guía para el ganador de almas Copyright © 2012 by Grupo Nelson. Excerpted by permission of Grupo Nelson. All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
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Table of Contents

Contents

Elogios....................vii
Escrituras para las excusas y dificultades de la gente....................1
Prefacio: El plan de salvación de Dios....................25
El plan de salvación de Dios....................29
Promesas de Dios para cada una de sus necesidades....................33
Lista de oración por almas....................115
Almas ganadas para Cristo....................118
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