Vivimos en una era donde tenemos acceso a múltiples fuentes de información. Un atributo casi imposible considerar siglos atrás. Sin embargo, también somos propenso a ser víctimas de aceptar y compartir información errada o fraudulenta. Cuando fracasamos en comprender la distinción entre información válida y confiable, sobre la mera especulación, nos convertimos en consumidores de "Fake Info," es decir, de información que carece de evidencia y/o fundamento. Sin embargo, para distinguir entre información y desinformación, debemos nutrirnos con saberes que nos facilitan inferir, analizar y discernir. La sobrecarga informativa; el afán de obtener más información de la que realmente podemos consumir, nos ha llevado al síndrome de "fatiga por exceso de información." Inclusive, en muchas ocasiones, asumimos que simplemente con tener acceso a la información, seremos "más inteligente," o a estar mejor "informado." La literatura revisada en este libro reta dicha presunción. Por ende, si se considera el siglo XXI como la "era del conocimiento," se debe ser consciente del uso adecuado del conocimiento."Fake Info" propone alertarnos por qué debemos ser críticos a la hora de consumir y propagar información. Si perdemos la capacidad de examinar cómo pensamos, también abandonaremos la habilidad de examinar la conducta de aquellos "líderes" que nombramos a gobernar un país.