Cuando Ollie se encuentra con una misteriosa mujer que, entre lágrimas, amenaza con tirar un libro al arroyo, no lo piensa dos veces, se lo arrebata de las manos y huye con él. A las pocas páginas Ollie queda enganchada con la escalofriante historia que cuenta Espacios pequeños: Hace cientos de años en una granja vivía una niña, los dos chicos que estaban enamorados de ella y un extraño «hombre sonriente» —un espectro siniestro capaz de complacer tus sueños más deseados pero solo a cambio de un precio muy alto. Al día siguiente Ollie y su clase tienen una excursión a Misty Valley, una granja local que también tiene una historia embrujada. Al llegar Ollie no solo descubre que la dueña de la granja es la mujer que conoció en el arroyo, sino que también encuentra las tumbas de los personajes que aparecen en el libro. Y todo se torna aún más alarmante cuando se descompone el autobús de regreso a la escuela y el profesor Easton decide volver a la granja para buscar ayuda. El grupo se queda a solas con el conductor más extraño que hayan conocido y este únicamente les advierte que «al anochecer vendrán por el resto de los chicos». Al mismo tiempo, el reloj de Ollie, que había estado descompuesto por meses, muestra un mensaje en la pantalla «CORRE». Conforme se acerca la noche y los espantapájaros parecieran reunirse alrededor del campo, Ollie empieza a creer que el mensaje en su reloj no es coincidencia. Entonces, acompañada por dos de sus compañeros, se dirige hacia el bosque no sin antes escuchar un último consejo del conductor: «Evita los lugares grandes de noche, limítate a los pequeños». «¿Es una historia de misterio? ¿De hadas? ¿Un thriller de terror? Mientras el suspenso se apoderaba de mí, sólo quería saber una cosa “¿QUÉ PASA DESPUÉS?”. Terrorífica y divertida». — L. R. Stine, autor de la series Escalofríos y Fear Street.
