El Ávila -Un Museo Viviente

El Ávila -Un Museo Viviente

by Bruno Manara
El Ávila -Un Museo Viviente

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eBook

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Overview

En este trabajo, el Profesor Bruno Manara nos hará un recorrido por el Ávila para hablarnos de su historia, mostrarnos unos sitios de interés y la variada flora de los distintos ambientes de nuestro Parque Nacional capitalino. De paso, nos enseñará varios animales que viven en el Parque, y también nos hablará de la tragedia de 1999, como recordatorio de que existen unas leyes naturales inexorables. En esta primera parte: El Área de Estudio.

Documentar toda la información de este libro exigió muchos años de búsqueda. En efecto las plantas que aquí se reúnen en pocas páginas crecen en ambientes muy disímiles entre sí, y su floración dura solo pocas semanas, en distintas épocas del año.

Además, los animales silvestres no suelen estar dispuestos a posar ante una cámara.

De todos modos, esperamos que en conjunto el trabajo dé una visión del Ávila que sea del agrado del lector.


Product Details

BN ID: 2940045678421
Publisher: thelittlefrench@zoho.com
Publication date: 02/05/2014
Series: El Ávila -Un Museo Viviente , #1
Sold by: Smashwords
Format: eBook
File size: 2 MB
Language: Spanish

About the Author

Habitante del jardín, y del herbario, dueño de lápiz y cámara, ilustrador de plantas, botánico sin estudios formales, profesor de dibujo técnico, maestro de latín y griego, investigador de la cultura popular, todo eso es Bruno Manara, este italiano nacido en Verona en 1939 y enraizado en Venezuela a mediados de los 50. Está contento de lo que es. A Bruno Manara su gusto por la naturaleza y el dibujo le vienen de siempre. Su padre, un campesino, sería su primer maestro. “Marcas la línea centra primero, después haces así, el contorno”. Luego vendría el contacto con otros maestros, Julián Steyermark en primerísimo lugar. Cuando Bruno Manara, estudiante entonces del Pedagógico de Caracas, se acercara al Jardín Botánico allá en 193 con la simple intención de dibujar unas plantas –ya había dibujado todas las que encontró en los jardines de Santa Mónica– no tenía la menor sospecha de que ocuparía la posición dejada por Julián Steyermark, botánico y pintor. Fue Augusto Braun, jardinero jefe, quien se lo propuso. Y fue Tobías Lasser, el director, quien le incorporó a la tarea, no sin una observación: “aquí no trabajamos con colores, hay que trabajar con tinta china”. Steyermark le pondría en contacto con libros sobre a flora de Centroamérica. A partir de allí comenzaría a desarrollar su propio estilo. “Procuro hacer un trabajo lo más claro posible, lo más limpio posible. No tanta línea, tanto rayado para darle sombra. No me gusta así. Simplemente un dibujo. Me guié mucho por el del señor Dunsterville que hizo el libro Las Orquídeas de Venezuela”. Dunsterville había sido presidente de Shell en Venezuela hasta 1956. Una vez jubilado, se dedicó a viajar por el país buscando orquídeas para luego cultivarlas en su orquidiario de El Hatillo y para dibujarlas. Otro de los guías de Bruno Manara sería Ernesto Foldats con quien trabajó tres años para los cinco volúmenes de la obra sobre las orquídeas de Venezuela.

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