El primer año de su bebé

El primer año de su bebé

by Steven P. Shelov
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eBook

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Overview

Brinda el sano consejo en todos los aspectos del cuidado del bebé de la Asociación Americana de Pediatría. Este manual completo y sencillo de usar aborda preguntas médicas, preocupaciones de los padres, e aspectos de seguridad. Incluyendo temas que van desde las etapas a alcanzar por mes, el cuidado infantil básico, cómo enfrentar emergencias, y problemas del sueño, haste la instalación del asiento de bebé para el auto y la elección de un pediatra, esta guía contiene una abundancia de información para padres que buscan tanto datos clínicos como avisos para una vida enfocada en la familia.

Covering everything from preparing for childbirth to baby’s first steps, this easy-to-use Spanish translation of Your Baby's First Year addresses medical worries, safety concerns, well-baby questions, and so much more. Includes a month-to-month guide to growth, behavior, and development for baby’s first year.

Product Details

ISBN-13: 9781581104745
Publisher: American Academy of Pediatrics
Publication date: 04/01/2005
Sold by: Barnes & Noble
Format: eBook
Pages: 740
File size: 4 MB
Language: Spanish

About the Author

Steven P. Shelov, MD, MS, FAAP, is chairman of pediatrics at Maimonides Medical Center and Lutheran Medical Center, a professor of pediatrics at Mount Sinai School of Medicine, and vice president of the Infants' and Children's Hospital of Brooklyn. He has edited several books from the American Academy of Pediatrics. M. Rosario González de Rivas, MD, is a professor in pediatrics at the University of Puerto Rico School of Medicine.

Read an Excerpt

CHAPTER 1

Preparativos para un nuevo bebé

El embarazo es un período de anticipación, emoción, preparativos, y, en muchos casos, de incertidumbre. Usted sueña con un bebé sano, fuerte y brillante, y quiere proporcionarle todo lo que necesitará a fin de que crezca bien. Probablemente también tendrá miedos y dudas, sobre todo si se trata de su primer hijo, o si ha tenido algún problema en éste u otro embarazo. ¿Y si algo va mal durante el embarazo? ¿Y si las cosas se complican durante el parto? ¿Y si resulta que ser madre no es lo que había soñado? Afortunadamente, la mayoría de estas preocupaciones son innecesarias. Los nueve meses de embarazo serán suficientes para que sus preguntas encuentren respuesta, calme sus temores y se prepare para la maternidad.

Parte de estos preparativos empiezan cuando usted recibe la noticia de que está embarazada. La mejor forma de ayudar a su hijo a desarrollarse bien es cuidar de sí misma. La atención médica y una buena nutrición beneficiarán directamente la salud de su hijo. Descansar mucho y hacer ejercicio con moderación, la ayudarán a superar el estrés físico asociado al embarazo. Pregúntele a su médico sobre las vitaminas prenatales y la importancia de no fumar ni tomar alcohol.

A medida que el embarazo avance, deberá enfrentarse a una larga lista de decisiones, desde prepararse para el parto hasta decorar la habitación del futuro bebé. Probablemente usted ya habrá tomado muchas de estas decisiones y habrá pospuesto otras porque su bebé todavía no le parece "real". Aún así, cuanto más se prepare para la llegada del bebé, más real le parecerá su hijo y más corto se le hará el embarazo.

Al final, tendrá la sensación de que toda su vida gira alrededor del bebé que está por nacer. Esta creciente preocupación es sana y completamente normal y, de hecho, la ayudará a prepararse emocionalmente para los retos que implica la maternidad. Después de todo, ¡usted va a estar tomando decisiones sobre su hijo por las dos próximas décadas! Ahora es el mejor momento para empezar.

Éstas son algunas recomendaciones que la ayudarán con los preparativos más importantes:

Déle a su bebé un comienzo sano

Prácticamente todo lo que usted ingiera o inhale mientras esté embarazada acabará llegando al feto. Este proceso empieza desde el momento de la concepción. De hecho, el embrión es mucho más vulnerable durante los dos primeros meses, cuando están empezando a formarse las principales estructuras corporales (brazos, piernas, manos, pies, hígado, corazón, genitales, ojos y cerebro). Algunas sustancias químicas, como las contenidas en el tabaco, el alcohol, las drogas o ciertas medicinas, pueden interferir en el proceso de formación del embrión, así como en el desarrollo ulterior del feto; y algunas de ellas pueden, incluso, provocar malformaciones congénitas.

Consideremos, por ejemplo, el tabaco. Si usted fuma durante el embarazo, su hijo pesará menos de lo que debería pesar. Hasta el mero hecho de inhalar el humo del tabaco fumado por terceros (los denominados "fumadores pasivos") puede influir negativamente sobre el feto. Aléjese de las zonas de fumadores y pida que nadie fume cuando usted esté cerca. Si usted fumaba antes de quedar embarazada y sigue haciéndolo, éste es el mejor momento para dejar de fumar; no hasta que dé a luz, sino para siempre. Los niños que crecen en un hogar en el que uno de los padres es fumador tienen más infecciones de oído y más problemas respiratorios durante la infancia y la niñez temprana. Además tienen más probabilidades de fumar cuando sean mayores.

El consumo de alcohol es exactamente igual de perjudicial. Beber en exceso durante el embarazo incrementa notablemente el riesgo de aborto. También puede provocar un trastorno denominado Síndrome alcohólico fetal, que causa defectos congénitos y retraso mental. Hasta la fecha, nadie ha determinado con exactitud qué cantidad de alcohol es excesiva para una mujer embarazada, pero existen pruebas de que, cuanto más alcohol se bebe, mayores son los riesgo para el feto. Mientras no dispongamos de datos más precisos, lo más recomendable es no probar el alcohol durante el embarazo.

También deberá evitar medicinas y suplementos vitamínicos, a menos que su médico le recomiende específicamente que los utilice durante el embarazo. Esta recomendación no se refiere exclusivamente a las medicinas con receta médica que podría usted estar ingiriendo, sino a cualquier medicina que se pueda adquirir sin receta, como la aspirina, las medicinas para el resfriado o los antihistamínicos. Hasta las vitaminas pueden resultar perjudiciales si se consumen en exceso. (Por ejemplo, se ha comprobado que el consumo excesivo de vitamina A provoca malformaciones congénitas). Antes de tomar alguna medicina o suplemento vitamínico durante el embarazo, consúltelo con su médico.

También debe limitar el consumo de cafeína durante el embarazo. Aunque no se ha demostrado que el consumo de las dosis habituales de cafeína se asocie a efectos adversos, su consumo suele provocar que nos sintamos más alertas e irritables, lo que puede hacerle las cosas más difíciles en un momento en que se necesita precisamente descanso y relajación.

Otra de las causas de malformaciones congénitas son las enfermedades contraídas por la madre durante el embarazo. Algunas de las enfermedades más peligrosas de las que usted se debería proteger son:

La rubéola, o sarampión alemán, que puede provocar retraso mental, malformaciones cardíacas, cataratas y sordera. Afortunadamente, hoy en día esta enfermedad se puede prevenir mediante vacunación, pero no se debe poner la vacuna de la rubéola cuando esté embarazada.

La mayoría de las mujeres adultas son inmunes a la rubéola porque tuvieron la enfermedad de pequeñas o fueron vacunadas en su momento. Si usted no está segura de si tuvo la enfermedad o se vacunó, pídale a su obstetra que le realice un análisis de sangre. En el caso improbable de que el análisis indique que usted no es inmune a la rubéola, haga todo lo posible por evitar el contacto con niños enfermos, sobre todo durante los tres primeros meses de embarazo. Es recomendable que, después de dar a luz, se vacune contra esta enfermedad para evitar este tipo de inquietud en futuros embarazos.

La varicela es particularmente peligrosa si se contrae en un momento cercano al parto. Si usted no ha tenido esta enfermedad, debe evitar a las personas que puedan estar afectadas o que han estado en contacto con alguien que tenga la enfermedad, particularmente a los niños pequeños que han estado alrededor de quienes tienen varicela. Si usted no ha tenido la varicela, es recomendable que se vacune antes de quedar embarazada.

La toxoplasmosis es primordialmente un peligro para las personas que tienen gatos. Esta enfermedad es provocada por una infección parasitaria bastante común en los gatos. Al defecar, el animal infectado expulsa una forma del parásito en las heces, y toda persona que entre en contacto con heces infectadas puede contraer la enfermedad.

Si usted tiene gatos en casa, hágales la prueba de la toxoplasmosis antes de quedar embarazada o lo antes posible si ya está embarazada. Puede reducir las probabilidades de que su gato contraiga la infección alimentándolo sólo con productos preparados especialmente para gatos, cuyo proceso de elaboración destruye el parásito que provoca la toxoplasmosis. Además, para reducir el riesgo de que usted se contagie, asegúrese de que sea otra persona que no esté embarazada, la que se encargue de limpiar el cajón de los excrementos del gato. (Los organismos que provocan la toxoplasmosis no pueden infectar a un humano hasta que pasen cuarenta y ocho horas desde la excreción). Si usted no tiene más remedio que encargarse de limpiar el cajón de los excrementos de su gato, asegúrese de lavarse bien las manos después de hacerlo. Evite también consumir carne o pescado crudo o a medio cocinar (como el sushi) y lávese bien las manos después de manipular carnes crudas.

La elección del pediatra

Todo pediatra tiene la responsabilidad de ayudar a los padres a criar a sus hijos con la mayor facilidad, comodidad, placer y éxito posibles. Sin embargo, cada pediatra tiene su propio enfoque, por lo que tal vez quiera entrevistar a varios pediatras antes de elegir al que mejor se ajuste a las preferencias y necesidades particulares de su familia. Haga las entrevistas antes de que nazca el niño, para que el pediatra que elija pueda ser el primero en examinarlo.

Aquí tiene algunas consideraciones que le pueden ayudar a tomar la decisión.

La formación de un pediatra

Los pediatras son graduados en medicina que, aparte de los cuatro años de carrera, han hecho tres años de residencia para formarse en la especialidad de pediatría. Durante su proceso de formación, el futuro pediatra adquiere los conocimientos y habilidades necesarios para tratar una amplia gama de trastornos, desde las molestias más leves hasta las enfermedades más graves.

Al completar su residencia, el pediatra es elegible para tomar un examen escrito impartido por la Junta Americana de Pediatría. Si pasa este examen, se le otorga un certificado, que probablemente colgará en la pared de su consultorio. Si usted ve las iniciales FAAP después del nombre del pediatra, significa que es miembro de la Academia Americana de Pediatría. Sólo los pediatras certificados pueden ser miembros de esta organización profesional.

Después de los años de residencia, algunos pediatras prefieren formarse durante tres años más en una subespecialidad, como, por ejemplo, la neonatología (atención de recién nacidos prematuros o con problemas) o la cardiología pediátrica (diagnóstico y tratamiento de problemas cardíacos en niños). Estos pediatras subespecializados son consultados por los pediatras generales cuando un paciente presenta problemas especiales o poco frecuentes. Si su bebé necesita un subespecialista pediátrico, su pediatra le ayudará a encontrar al más adecuado para su caso específico.

Cómo encontrar un pediatra para su hijo

Una buena forma de empezar a buscar un pediatra es pedir referencias a su obstetra. Éste conocerá a pediatras de su localidad que sean competentes y respetados dentro de la comunidad médica. Otros padres que estén contentos con el pediatra de sus hijos también pueden ser una buena fuente de información.

Cuando tenga varios nombres de pediatras, pida una entrevista personal con cada uno de ellos durante los últimos meses de su embarazo. La mayoría de los pediatras ofrecen este tipo de entrevista preliminar. Conviene que los dos padres estén presentes durante la entrevista para garantizar que ambos estén de acuerdo con la filosofía del pediatra sobre cómo se debe criar a un niño. No tenga miedo ni se avergüence de hacer preguntas. Aquí tiene algunas sugerencias:

¿Cuánto tardará el pediatra en ver al bebé después del parto?

* La mayoría de los hospitales piden el nombre del pediatra que va a atender al bebé cuando la madre ingresa para dar a luz. La enfermera de parto llamará al pediatra o a su colaborador en cuanto nazca el niño. Si usted tiene complicaciones durante el embarazo y/o durante el parto, el pediatra debería examinar al bebé al nacer. En caso contrario, el examen puede hacerse durante las primeras veinticuatro horas de vida del bebé. Pídale al pediatra que le deje estar presente durante el examen inicial. Así tendrá la oportunidad de aprender más sobre su hijo y obtener respuestas a las preguntas que le puedan surgir.

* ¿Cuándo volverá a examinar al bebé?

Los pediatras suelen examinar a los recién nacidos y hablar con los padres justo antes de que sean dados de alta. De este modo, el médico puede identificar cualquier posible problema y responder a las preguntas que puedan haber surgido durante su estancia en el hospital, antes de llevarse el bebé a casa. Su pediatra también le indicará cuándo será la primera visita en el consultorio (tan pronto como un día después de abandonar el hospital), y cómo podrían conseguirle en caso de que surgiera algún problema médico antes de esa fecha.

* ¿A qué horas podrán hablar por teléfono con el pediatra?

Muchos pediatras tienen un período de tiempo específico durante el que reciben llamadas telefónicas de los padres. Si otros miembros del equipo responden rutinariamente a estas llamadas, trate de averiguar cuál es la preparación de estas personas. Así mismo, pídale al pediatra que le dé algunas directrices sobre qué tipo de preguntas pueden resolverse por teléfono y cuáles requieren llevar al niño a la consulta.

* ¿Qué hospital recomienda?

Pregunte al pediatra a dónde deberá acudir en caso de que su bebé tenga una enfermedad seria o se lesione. Si se trata de un hospital universitario, con internos y residentes,averigüe quién se haría cargo de su hijo en el caso de que fuera necesario ingresarlo.

* ¿Qué ocurrirá en caso de emergencia?

Averigüe si es el pediatra quien se encarga de atender las llamadas de emergencia por la noche. En caso negativo, ¿quién cumplirá esa función? Pregúntele también si atiende a los pacientes fuera de horas de consulta o si, en tales casos, usted tendría que llevar al niño a una sala de emergencia. Siempre que sea posible es mejor acudir a la consulta del pediatra, pues los hospitales suelen requerir mucho papeleo y largas esperas. Por otro lado, los problemas médicos serios suelen tratarse mejor en los centros hospitalarios, que cuentan con la infraestructura necesaria y personal disponible a todas horas.

* ¿Quién lo reemplazará cuando él no pueda atenderle?

Si su pediatra forma parte de un grupo médico, es conveniente que usted conozca a sus compañeros, puesto que es muy probable que ellos se hagan cargo de su hijo cuando él no esté disponible. Si su pediatra trabaja sólo, probablemente habrá hecho algún arreglo con otros doctores de la comunidad. Generalmente, el contestador automático le remitirá al médico con quien debe ponerse en contacto, pero sigue siendo una buena idea pedirle a su pediatra los nombres y teléfonos de los médicos que cubrirán su ausencia, por si tiene problemas para ponerse en contacto con él.

Si su bebé es atendido por la noche o durante el fin de semana por otro médico, usted debe informar a su propio pediatra a la mañana siguiente (o el próximo lunes). Probablemente su pediatra ya estará informado, pero al llamarlo podrá ponerle al día de cómo van las cosas y asegurarse de que se está haciendo lo adecuado.

* ¿Con que frecuencia verá a su hijo para vacunarlo y hacerle chequeos médicos?

La Academia Americana de Pediatría recomienda hacer evaluaciones médicas cuando el niño tenga un mes y luego cuando tenga dos, cuatro, seis, nueve, doce, quince, dieciocho y veinticuatro meses y, a partir de este momento, anualmente. Si su pediatra tiene un programa de visitas diferente, comente con él las diferencias. El itinerario de vacunaciones recomendado por la Academia Americana de Pediatría figura en la página 106.

* ¿Cuáles son sus honorarios?

Su pediatra debe tener unas tarifas regulares para las visitas en el hospital o consultorio, así como para las visitas fuera del horario habitual de trabajo y a domicilio (en el caso de que lo haga). Entérese de sí las tarifas de las visitas rutinarias incluyen el precio de las vacunas. En caso contrario, pregunte cuánto le van a costar. Si usted está cubierto por un plan de salud coordinado (HMO, etc.), asegúrese de que el pediatra que ha elegido está adscrito al mismo.

Después de las entrevistas, debe preguntarse si se siente cómodo con la filosofía y la forma de proceder de cada uno de los pediatras entrevistados. Debe sentir que es una persona en la que se puede confiar, que escuchará pacientemente sus dudas y preocupaciones y responderá a todas sus preguntas. También debe sentirse a gusto con el resto del personal de la consulta y con la atmósfera que en ella se respire.

En cuanto nazca su bebé, la mejor "prueba" para el pediatra que haya seleccionado será ver cómo cuida de él y cómo responde a todas las dudas y preocupaciones que usted tenga. Si no está satisfecho con algún aspecto del trato que está recibiendo usted o su bebé, exponga el problema directamente al pediatra. Si su respuesta no le convence o el problema, simplemente, no se resuelve, no dude en cambiar de pediatra.

Asuntos que debe comentar con su pediatra

Cuando encuentre un pediatra con el que se sienta a gusto, deje que le ayude a planificar los cuidados básicos y la alimentación de su bebé. Hay ciertas decisiones y preparativos que deben hacerse antes del nacimiento de la criatura. Su pediatra puede aconsejarle en asuntos tales como:

¿Cuándo deben salir del hospital?

El hecho de que para un niño sano y nacido a tiempo la hospitalización pueda ser corta (menos de cuarenta y ocho horas), no significa que esto sea lo mejor para cualquier madre ni para cualquier bebé. Cada madre y cada bebé deberían ser examinados individualmente para determinar en qué momento se les debe dar de alta. Esta decisión debe tomarla el pediatra del bebé y no la compañía de seguros.

(Continues…)


Excerpted from "El primer año de su bebé"
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Copyright © 2004 Academia Americana de Pediatría.
Excerpted by permission of American Academy of Pediatrics.
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Table of Contents

Página de título,
El primer año de su bebé,
El primer año de su bebé,
Página de Copyright,
Revisores y Colaboradores,
Agradecimientos,
Dedicación,
Nota importante:,
Recursos de la Academia Americana de Pediatría,
Prefacio,
Introducción: El regalo de ser padres,
PARTE I,
1 - Preparativos para un nuevo bebé,
2 - El parto y los momentos que le siguen,
3 - Cuidado básico del bebé,
4 - La alimentación del bebé: el pecho y el biberón,
5 - Los primeros días en la vida de su hijo,
6 - El primer mes,
7 - El segundo y el tercer mes,
8 - De los cuatro a los siete meses,
9 - De los ocho a los doce meses,
10 - Protección ante los peligros,
11 - Ayuda para cuidar de su bebé,
PARTE II,
12 - Emergencias,
13 - Aparato digestivo,
14 - Comportamiento,
15 - Pecho y pulmón,
16 - Deficiencias en el desarrollo,
17 - Oído, nariz y garganta,
18 - Ojos,
19 - Situaciones familiares,
20 - Fiebre,
21 - Aparato Uro-Genital,
22 - Cabeza, cuello y sistema nervioso,
23 - Corazón,
24 - Vacunas,
25 - Problemas músculo-esqueléticos,
26 - Piel,
27 - Enfermedades y condiciones crónicas,

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