Es un futuro con fecha indeterminada para la Tierra. Sobre esta han aparecido habitantes con poderes únicos, algunos de ellos, con toda honestidad, bastante inútiles. El líder de Merlón, Primer, también con una habilidad poco común, es el encargado de poner freno, junto con la FAT y el Gobierno Planetario (las máximas autoridades a las que debe obediencia), a las ambiciones de su homólogo, Síndico, jefe de La Base.
Sin embargo, Primer duda de que la batalla que está llevando a cabo sea la correcta, intuye que algo no va del todo bien y no sabe de quién sospechar. Síndico, por el contrario, quiere llevar a cabo su plan para usurpar el mando planetario, sin embargo, está agobiado por problemas domésticos, mundanos, demasiado pedestres, que sin resolver le imposibilitan el camino para lograr tal deseo.
Todo esto tiene lugar entre autoridades espirituales que no lo son tanto, una plétora de superhumanos con poderes dudosos, un ejército de artefactos que espían a todos y que cambian de forma a voluntad. Por esta razón, cualquier objeto doméstico, un salero, por ejemplo, puede ser un delator potencial.
Víctor Véliz nos muestra en esta historia cómica de ciencia ficción, llena de absurdo, la insignificancia de sus personajes principales, a pesar de lo poderosos y famosos que son, frente a la superestructura del poder.
Por ello, no se espere de estos superhéroes y supervillanos un comportamiento de acuerdo a lo que representan, porque El Pacto -Merlón y La Base-, es lo opuesto a la forma común en que operan los superhéroes.
