El anhelo en mí: Cómo todo lo que deseas lleva al corazón de Dios

La autora best seller y maestra bíblica Sheila Walsh revela los anhelos más profundos del corazón de una mujer y alienta a los lectores a descubrir la incansable búsqueda de Dios a través de esos mismos anhelos.

Sheila Walsh ha escrito su libro más personal hasta ahora, usando una de las experiencias más dolorosas de su vida como el terreno para predicar una sencilla verdad: pese a lo que nos empuje a los mismos viejos patrones y errores, Dios es lo que anhelamos.

No hay necesidad de mirar en ningún otro lugar. Trazando profundos paralelismos de la vida del rey David, Walsh describe una vida gastada llenando con todas las cosas equivocadas un vacío con forma de Dios. Una y otra vez.

Desde el pináculo de la escena de la música cristiana hasta una asombrosa carrera como escritora y conferencista, Sheila Walsh ha tocado las vidas de incontables mujeres que buscan abrigo, consuelo y seguridad en los brazos del Señor. Esta es la historia de cómo Sheila entendió qué era lo que siempre había anhelado, y una invitación a que tú descubras lo mismo.

Bestselling author and Bible teacher Sheila Walsh unpacks the deepest longings of a woman’s heart and encourages readers to discover God’s relentless pursuit of them through those very longings.

Sheila Walsh has written her most personal book yet, using one of the most painful experiences of her life as ground for preaching a simple truth: No matter what is drawing you into the same old patterns and mistakes, God is what you long for. There’s no need to look anywhere else.

Drawing profound parallels from the life of King David, Walsh describes a life spent filling a God-shaped void with all the wrong things. Over and over again.

From the pinnacle of the Christian music scene to a breathtaking career as a writer and speaker, Sheila Walsh has touched the lives of countless women looking for shelter, comfort, and safety in the arms of the Lord. The Longing in Me is the story of how Sheila realized what it was she had always longed for—and an invitation for you to discover the same.

1123948880
El anhelo en mí: Cómo todo lo que deseas lleva al corazón de Dios

La autora best seller y maestra bíblica Sheila Walsh revela los anhelos más profundos del corazón de una mujer y alienta a los lectores a descubrir la incansable búsqueda de Dios a través de esos mismos anhelos.

Sheila Walsh ha escrito su libro más personal hasta ahora, usando una de las experiencias más dolorosas de su vida como el terreno para predicar una sencilla verdad: pese a lo que nos empuje a los mismos viejos patrones y errores, Dios es lo que anhelamos.

No hay necesidad de mirar en ningún otro lugar. Trazando profundos paralelismos de la vida del rey David, Walsh describe una vida gastada llenando con todas las cosas equivocadas un vacío con forma de Dios. Una y otra vez.

Desde el pináculo de la escena de la música cristiana hasta una asombrosa carrera como escritora y conferencista, Sheila Walsh ha tocado las vidas de incontables mujeres que buscan abrigo, consuelo y seguridad en los brazos del Señor. Esta es la historia de cómo Sheila entendió qué era lo que siempre había anhelado, y una invitación a que tú descubras lo mismo.

Bestselling author and Bible teacher Sheila Walsh unpacks the deepest longings of a woman’s heart and encourages readers to discover God’s relentless pursuit of them through those very longings.

Sheila Walsh has written her most personal book yet, using one of the most painful experiences of her life as ground for preaching a simple truth: No matter what is drawing you into the same old patterns and mistakes, God is what you long for. There’s no need to look anywhere else.

Drawing profound parallels from the life of King David, Walsh describes a life spent filling a God-shaped void with all the wrong things. Over and over again.

From the pinnacle of the Christian music scene to a breathtaking career as a writer and speaker, Sheila Walsh has touched the lives of countless women looking for shelter, comfort, and safety in the arms of the Lord. The Longing in Me is the story of how Sheila realized what it was she had always longed for—and an invitation for you to discover the same.

15.99 In Stock
El anhelo en mí: Cómo todo lo que deseas lleva al corazón de Dios

El anhelo en mí: Cómo todo lo que deseas lleva al corazón de Dios

by Sheila Walsh
El anhelo en mí: Cómo todo lo que deseas lleva al corazón de Dios

El anhelo en mí: Cómo todo lo que deseas lleva al corazón de Dios

by Sheila Walsh

Paperback

$15.99 
  • SHIP THIS ITEM
    Qualifies for Free Shipping
  • PICK UP IN STORE

    Your local store may have stock of this item.

Related collections and offers


Overview

La autora best seller y maestra bíblica Sheila Walsh revela los anhelos más profundos del corazón de una mujer y alienta a los lectores a descubrir la incansable búsqueda de Dios a través de esos mismos anhelos.

Sheila Walsh ha escrito su libro más personal hasta ahora, usando una de las experiencias más dolorosas de su vida como el terreno para predicar una sencilla verdad: pese a lo que nos empuje a los mismos viejos patrones y errores, Dios es lo que anhelamos.

No hay necesidad de mirar en ningún otro lugar. Trazando profundos paralelismos de la vida del rey David, Walsh describe una vida gastada llenando con todas las cosas equivocadas un vacío con forma de Dios. Una y otra vez.

Desde el pináculo de la escena de la música cristiana hasta una asombrosa carrera como escritora y conferencista, Sheila Walsh ha tocado las vidas de incontables mujeres que buscan abrigo, consuelo y seguridad en los brazos del Señor. Esta es la historia de cómo Sheila entendió qué era lo que siempre había anhelado, y una invitación a que tú descubras lo mismo.

Bestselling author and Bible teacher Sheila Walsh unpacks the deepest longings of a woman’s heart and encourages readers to discover God’s relentless pursuit of them through those very longings.

Sheila Walsh has written her most personal book yet, using one of the most painful experiences of her life as ground for preaching a simple truth: No matter what is drawing you into the same old patterns and mistakes, God is what you long for. There’s no need to look anywhere else.

Drawing profound parallels from the life of King David, Walsh describes a life spent filling a God-shaped void with all the wrong things. Over and over again.

From the pinnacle of the Christian music scene to a breathtaking career as a writer and speaker, Sheila Walsh has touched the lives of countless women looking for shelter, comfort, and safety in the arms of the Lord. The Longing in Me is the story of how Sheila realized what it was she had always longed for—and an invitation for you to discover the same.


Product Details

ISBN-13: 9780718085438
Publisher: Grupo Nelson
Publication date: 02/28/2017
Pages: 208
Product dimensions: 5.95(w) x 8.95(h) x 1.05(d)
Language: Spanish

About the Author

Sheila Walsh es una poderosa comunicadora, maestra bíblica, y autora best seller con más de cinco millones de libros vendidos. Es autora de los galordonados títulos: Gigi, Princesita de Dios, Peace for Today, Loved Back to Life, La tormenta interior, y Five Minutes with Jesus. Vive en Dallas, Texas, con su esposo, Barry, y su hijo, Christian.

Read an Excerpt

El Anhelo En Mí

Cómo todo lo que ansías te dirige al corazón de Dios


By Sheila Walsh

Grupo Nelson

Copyright © 2017 Grupo Nelson(r)
All rights reserved.
ISBN: 978-0-7180-8543-8



CHAPTER 1

El anhelo de ser elegidas


Por completo, cien por ciento elegidos, y completamente, cien por ciento conocidos. Todo lo bueno y todo lo malo ... ¡conocidos! Eso no le impidió darse todo por nosotros, y todavía sigue dándolo. Muchos no conocerán el poder de este privilegio sagrado hasta que hayan luchado lo suficiente en la vida como para entender cuánto lo necesitan.

— Mike Colaw

No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.

— Juan 15.16 — 17


ÉL ERA TÉCNICO EN EL LABORATORIO DEL DEPARTAMENTO de física de mi escuela secundaria. No recuerdo su nombre, pero sí me acuerdo de su rostro, porque soñaba con él por las noches. Tenía el cabello negro, largo, rozando el cuello blanco de su delantal de laboratorio, ojos grandes marrones y lo suficiente de una barba como para ubicarlo en mi fértil imaginación como un hombre misterioso. No era particularmente alto, medía entre un metro setenta y siete y un metro ochenta, pero yo consideraba que Dios había puesto demasiado en cada centímetro masculino.

Dentro de mí sabía que estaba fuera de mi alcance. Él era, después de todo, técnicamente parte del "personal" y yo era tan solo una torpe estudiante del último año de secundaria. Tenía el cabello engrasado y acné en el mentón, que trataba de tapar con una crema Clearasil, un corrector color piel (lo cual seguramente hubiera funcionado bien si yo no hubiera nacido con el mentón anaranjado).

No obstante, me atrevía a soñar. Imaginaba que estaba caminando sola por el pasillo de la escuela, llevando mis libros, y que él se topaba conmigo, chocándome y haciendo que estos volaran en todas las direcciones. Luego, claro está, se deshacía en disculpas mientras se agachaba para recogerlos. Nuestros ojos se encontraban; me sostenía la mirada por unos cuantos segundos más de lo normal, y aunque mi rostro se ruborizaba en una femenina y atractiva tonalidad rosada, él tomaba mi mano y me ayudaba a incorporarme.

— ¿Irás al baile de los de último año? — averiguaría.

— Sí, iré — respondería yo, con un leve temblor en mi voz, el cual había decidido que a los hombres les resultaba atractivo.

— ¿Bailarías conmigo un tema? — me preguntaría.

Aquí era donde me trababa un poco. ¿Debería responder: "¡Bailaré todos los que tú quieras!", o "Trataré de guardarme un tema para ti"? No quería sonar como desesperada o demasiado disponible, pero tampoco desinteresada. No hay nada en la crianza bautista escocesa que prepare a una muchacha para los senderos del amor.

Durante los tres días anteriores al baile yo pasé tantas veces caminando por su laboratorio, toda cargada de libros, que tuve que tomar dos aspirinas de la enfermería de la escuela por el dolor de hombros que tenía ..., pero todo fue en vano. Él ni siquiera apareció, mucho menos nos encontramos.

Yo ni siquiera sabía si él estaría en el baile de los futuros egresados, hasta que escuché que Laura (el nombre está cambiado por razones obvias) mencionó el nombre de él mientras esperábamos en la fila del colectivo escolar. Laura era hermosa. Tenía un cabello largo, sedoso, color castaño; un par de ojos marrones muy sexis, y un mentón espectacularmente impecable. Ella y yo habíamos estado juntas en varias clases, pero ni siquiera creo que supiera mi nombre. Yo no formaba parte de la multitud de gente bella que la veneraba como su líder. Solo pude captar fragmentos de su conversación en la fila del bus, lo suficiente como para enterarme de que "él" iba a asistir al baile de los mayores. Como una estúpida se me escapó: "¡Eso es fantástico!".

Laura y sus dos amigas se dieron vuelta para ver quién era la que había pinchado la burbuja dorada de su conversación con un arrebato semejante.

"Disculpen", atiné a decir. "Solo que creo que él es un técnico de laboratorio tan maravilloso, y eso debe ser cansador, así que debe ser bueno para él salir y divertirse un poco". Con cada palabra patética que se escapaba de mis labios y de mi mentón poblado de granos, las chicas se iban retrayendo lentamente. Por fortuna, la liberación llegó en la forma del bus escolar, el cual rugía un poco más fuerte que yo.

La noche del baile yo esperaba con entusiasmo la escena más romántica de toda mi vida: estaba vestida y lista tres horas antes de la hora de partida. No sabía qué hacer conmigo misma, así que iba y venía de un lado a otro de la sala de estar, hasta que mi madre me suplicó que parara o si no iba a tener que cambiar la alfombra. Finalmente llegó el momento de irnos, y el papá de mi amiga Moira vino con su auto para llevarnos a las dos al salón de la escuela.

El comité social había hecho un trabajo fantástico transformando la sala donde cada mañana nos sentábamos para la reunión en una discoteca extravagante con luces de colores y la necesaria bola de espejos. Las primeras dos canciones fueron rápidas, y la mayoría de los estudiantes bailaban juntos sin una pareja en particular. Pero luego comenzó una canción lenta. Los que no estaban de novios abandonaron la pista, dejando a unas nueve o diez parejas bailando bajo las luces tenues. Yo me retiré a una esquina y me apoyé contra una pared, sintiendo esa soledad que me era tan familiar, un sentimiento que conocía bien desde el suicidio de mi padre, cuando era una niña. Yo tenía cinco años cuando él se ahogó, y una parte de mi ser se había estado ahogando continuamente desde entonces.

Miré por todo el salón buscando a Moira. En cambio, lo vi a él dirigiéndose hacia mi lugar. Miré para ver quién estaba parado al lado de mí. ¿Sería Laura o alguna de sus amigas? Pero ellas estaban paradas justo al otro lado del salón, y estaban mirando cómo se acercaba más y más a mí. El corazón se me salía del pecho con cada latido, y cuando llegó frente a mí me preguntó: "¿Quieres bailar?".

Creo que ni siquiera le contesté. Solamente tomé su mano extendida que me guiaba a la pista de baile. Recuerdo la canción que estaba sonando: "A Whiter Shade of Pale" [Una blanca palidez], una vieja canción de Procol Harum. Me sabía toda la letra. Simplemente perfecto. Apoyé mi cabeza sobre su hombro mientras bailábamos. Luego me retiré un poco y lo miré a los ojos.

Allí fue cuando todo cambió.

Él dijo: "Lo siento. No puedo hacer esto".

Me dejó allí y se dirigió hacia donde estaban Laura y sus amigas reunidas, riéndose. Claramente había sido una apuesta, del tipo a-ver-si-bailas-con-la-chica-tonta.

Pensé en "hacer la gran Carrie", pero ahí nomás me escabullí y me escondí en el baño de mujeres hasta que Moira me encontró cuando su padre llegó a buscarnos para llevarnos a casa.

Todavía hoy, luego de transcurrir toda esta cantidad de años, recuerdo esa sensación horrible en la boca del estómago. Me sentí tan estúpida, y me enojé tanto. Estaba enojada con Laura, con sus amigas, con el técnico de laboratorio (que cuando lo miré de cerca pude distinguir, dicho sea de paso, ¡que se había dejado crecer la barba para ocultar el acné en su mentón!). Pero más que nada estaba enojada conmigo misma.

¿Por qué había imaginado, remotamente, que alguien tan atractivo me hubiera elegido a mí?

¿Por qué les había permitido que se burlaran de mí?

¿Por qué me había expuesto a que me lastimaran una vez más?

Me indigné conmigo y me sentí seria y profundamente sola.

¿Alguna vez te has sentido igual?

Te atreves a soñar por un momento que serás elegida, solo para sentirte decepcionada una vez más, y ahora encima tienes que recordarte que nunca serás "esa chica".

A menudo me pregunto si es por esa razón que a las niñas pequeñas les atraen los cuentos de hadas. ¿Será porque siempre tienen finales felices?

¿Será porque la chica con la que nos identificamos siempre resulta seleccionada, aun si ella es la menos apta de todas, la que tiene que limpiar las cenizas mientras que sus horribles y mezquinas hermanastras se alistan para el baile, y al final resulta ser la elegida? ¿O porque, después que la historia da un giro desastroso y luego que ella da un mordisco a la manzana envenenada, justo cuando todo parece perdido, llega el príncipe y la salva? Después vienen los créditos. En nuestra vívida imaginación, ellos tienen una vida perfecta.

Estas son las historias de nuestra niñez, pero parece que hoy necesitamos una historia que nos saque de la niñez y nos lleve a la vida adulta.

En 2005 la autora estadounidense Stephenie Meyer publicó el primero de cuatro libros en su serie de romance fantasía sobre vampiros y hombres lobos. La heroína de la historia es una chica común y corriente llamada Bella Swan, que se enamora de Edward Cullen, un vampiro de ciento cuatro años. La serie vendió más de ciento veinte millones de copias y fue traducida a treinta y ocho idiomas. En 2008 el último de los cuatro libros, Amanecer, ganó el British Book Award [Premio británico al libro] como Libro infantil del año, y al año siguiente la serie completa ganó el Kids Choice Award [Premio de elección infantil] como Libro favorito.

Piensa en ello por un momento. Una serie de libros sobre una chica común y corriente que es perseguida por un vampiro y un hombre lobo cautivó — en vez de asustar — los corazones y las mentes de millones de niños, niñas y jovencitas en todo el mundo. ¿Por qué razón?

¿Porque Edward estaba consciente de cada movimiento de ella, ya que la observaba día y noche y sabía si ella estaba en peligro? ¿Porque de todas las chicas que había conocido en sus ciento cuatro años como muerto viviente (¡oye, eso es un montón de muchachas!), la eligió a ella?

Cualquiera sea la razón, resonó profundamente y sacó provecho del anhelo del corazón de cada chica: ese deseo de ser seleccionada entre otras, elegida.

Ya sea Bella de Crepúsculo o Cenicienta, en lo profundo de nosotras anhelamos ser vistas y conocidas, amadas y escogidas. Si esa fuera la historia que en realidad vivimos, no tendríamos necesidad de cuentos de hadas o sagas de vampiros, porque los lectores no tendrían vacíos que llenar con cuentos fantásticos.

Ahora bien, no estoy sugiriendo que cada pequeña que le encanta vestirse como su princesa favorita de Disney está tratando de llenar un vacío. Eso es parte de la diversión y fantasía de la niñez. Esos cuentos infantiles simplemente pueden ser parte de las cosas normales de la vida. Pero, para algunas de nosotras, esas historias no hacen más que poner de manifiesto y profundizar el anhelo que existe dentro de un corazón quebrantado. Cuando hemos tenido una infancia feliz y buenos padres, nuestro radar interno busca esas cualidades admirables en un compañero. Queremos alguien con buenos límites y una autoestima saludable, alguien que pueda administrar un presupuesto, que respete a los demás y nos respete a nosotras.

Sin embargo, muchas de las que hemos sido heridas en lo profundo en nuestra niñez, tenemos una imagen distorsionada de cómo deben ser nuestros vínculos. El deseo innato de ser amadas y elegidas puede conducirnos a situaciones muy peligrosas. Simplemente no tenemos una idea clara de lo que es "normal". Y esa perspectiva desviada nos puede arrastrar por muchos caminos dolorosos.

Leí que los depredadores sexuales pueden percibir cuando una jovencita está herida y necesita afecto, casi como si emitiera una señal de radar de que está buscando amor y aceptación (y tomará cualquier cosa que se le ofrezca y que tenga la forma de "amor").

El anhelo de ser elegidos es muy primitivo. Cuando una joven tiene una relación sana con su padre, cuando sabe que es amada y cuidada, entonces ese deseo instintivo toma su lugar junto a cualquier otro deseo y necesidad en la vida. Pero, cuando esa necesidad no se suple durante la niñez, el anhelo de ser elegida se convierte en una fuerza impulsora en la vida. Cuando yo era una niña pequeña no me sentía cubierta, me sentía expuesta, desprotegida. Era el preludio perfecto para luego tomar decisiones desesperadas.


* * *

Acababa de terminar de liderar la adoración con Graham Kendrick y su banda en el escenario principal del mayor festival británico de arte cristiano, el Greenbelt. Era un día de agosto inusualmente caluroso y pegajoso. Algunos amigos y yo cruzamos el campo que alojaba el escenario en una punta y los puestos de venta en otra. Necesitábamos desesperadamente algo frío para beber.

De pronto oí un ruido de motor de auto y pensé: ¿Qué clase de idiota está manejando por el campo?

Se hizo evidente cuando de pronto el automóvil se estacionó al lado de nosotros. El conductor me miró y me dijo:

— ¿Puedo hablar contigo por un instante?

Miré alrededor. ¿Me estaba hablando a mí?

Se rio y salió del auto, pisando sobre el campo embarrado. Observé las punteras de sus zapatos. El hombre me tendió su mano, dijo su nombre — lo llamaré John — y añadió:

— Soy un ejecutivo de la industria discográfica — y procedió a mencionar unos cuantos artistas con los que había trabajado.

Ahora sí presté atención.

— Tienes una voz hermosa — dijo.

Pude sentir mi rostro ruborizándose.

— Gracias — respondí, notando su acento escocés.

Regresó a su auto, con los zapatos llenos de barro.

Yo corrí a contarles a mis amigos.

— ¿Quién era el tipo del auto rojo — me preguntó uno.

— Alguien con más dinero que sentido común — le respondí —. ¡Imagínate manejando un auto como ese a través de un campo enlodado como este!


* * *

No volví a verlo por varias semanas durante mi primer concierto como solista, algo que me aterraba. Graham Kendrick — muy famoso por escribir poderosas canciones de adoración — era mi jefe en Juventud para Cristo de Gran Bretaña. Había escrito algunos temas exclusivamente para mí. Yo había estado mucho más cómoda en el único rol que conocía bien, el de voz de apoyo, pero él me alentó a pasar al frente y ver cómo Dios podía usarme en el primer plano. Mi concierto debut tuvo lugar en Inglaterra, en un campamento de verano que habíamos organizado por un par de semanas cada año en el otoño, para ser anfitriones de una convención cristiana muy conservadora. Siendo parte del personal de Juventud para Cristo, yo era vista como segura y me llevaron para "entretener a los jóvenes". Tenía grandes dudas en cuanto a cuán entretenida podría llegar a ser, pero la noche demostró ser un evento que cambió las vidas de muchos en varias maneras.

El salón del concierto pronto se llenó de gente, ya que los rumores de una banda (todo lo contrario a la usual guitarra acústica y pandero) habían corrido como reguero de pólvora. La banda resultó fenomenal. Me encantaban las canciones que había escrito Graham. Me sorprendió que me gustara tanto cada simple minuto de ellas. Para el tema final la muchedumbre estaba de pie, gritando y aplaudiendo para que siguiéramos cantando un poco más. Fue emocionante y agotador a la vez. Esa noche experimenté un profundo sentido de propósito. Finalmente había hallado un medio para comunicar el amor de Dios en una forma que tenía sentido para mí. Pensé en todas las tardes que había caminado sola por la playa, cantándole a Dios, contándole sobre mi dolor y mis preguntas, pero, a la vez, profundamente sobrecogida por su ardiente e incansable amor. Ahora podía cantarles esa verdad a viva voz a otras personas. Era maravilloso.

Al abandonar el escenario esa noche, el hombre del auto rojo deportivo y de cero sentido común se acercó y me dijo:

— Estuviste increíble.

— ¿De veras?

Él se acercó más.

— Quiero que firmes contrato con mi compañía discográfica — propuso.

— Bueno, eso será un poco difícil — respondí —. Yo estoy con Juventud para Cristo, así que no puedo hacerlo.

En vez de oír lo que yo estaba tratando de comunicarle, me dijo:

— Puedo hacer que las cosas sucedan.

Yo tenía una fuerte convicción de que estaba en lo cierto.


* * *

Cuando finalmente regresé a mi pequeña cabaña esa noche, reproduje en mi mente los hechos (un poco de trabajo mental para una chica como yo). Nunca había sido elegida para nada, pero esa noche la multitud había votado y había elegido a la persona menos indicada. O sea, yo.

¿Te suena conocido? Parece ser la forma en que Dios obra.

Hermanos, consideren su propio llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; ni son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es. (1 Corintios 1.26 — 28)


(Continues...)

Excerpted from El Anhelo En Mí by Sheila Walsh. Copyright © 2017 Grupo Nelson(r). Excerpted by permission of Grupo Nelson.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
Excerpts are provided by Dial-A-Book Inc. solely for the personal use of visitors to this web site.

Table of Contents

Contents

Introducción, xi,
1. El anhelo de ser elegidas, 1,
2. El anhelo de ser protegidas, 19,
3. El anhelo del pasado, 39,
4. El anhelo de control, 57,
5. El anhelo de nuestros derechos, 77,
6. El anhelo de esa sola cosa que crees que necesitas para ser feliz, 95,
7. El anhelo de hacer todo bien, 113,
8. El anhelo de lo que glorifica a Dios, 129,
9. Elanhelo de compartir la gracia y la misericordia que hemos recibido de Dios, 147,
10. El anhelo por Dios solamente, 165,
Reconocimientos, 183,
Notas, 185,
Acerca de la autora, 189,

From the B&N Reads Blog

Customer Reviews