Devocional en un año para niños

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Overview

Este Devocional en un año para niños contiene 365 lecturas diarias que incluye una historia basada en el pasaje bíblico del día, seguido por la pregunta ¿Y tú qué tal?, que le pide a los niños aplicar la lectura diaria a sus vidas. Cada historia trae un mensaje sencillo, directo y concreto.

Además, cada pagina contiene un versículo bíblico para memorizar que usualmente esta también relacionado a la Escritura que leyeron.

Los devocionales“en un año” le ayudan a pasar tiempo cada día en la Palabra de Dios.



The One Year Devotions for Kids contains 365 daily readings that include stories based on each day’s Scripture reading. Following each story is a “How about you?” section that asks children to apply the daily reading to their life. Each story brings a simple, direct, and concrete message.

There is also a memory verse for each day, usually taken from the Scripture reading.

The One Year devotional helps you spend time each day in God’s Word.

Product Details

ISBN-13: 9781414387024
Publisher: Tyndale House Publishers
Publication date: 07/22/2013
Sold by: Barnes & Noble
Format: eBook
Pages: 400
File size: 2 MB
Age Range: 8 - 12 Years
Language: Spanish

Read an Excerpt

Devocional en un año para niños


By Mafalda E. Novella

Tyndale House Publishers, Inc.

Copyright © 2013 Children's Bible Hour
All rights reserved.
ISBN: 978-1-4143-8356-9


CHAPTER 1

ENERO 1

EL SECRETO Lee Hechos 4:13-20


—Por favor, dime —le suplicó Dominick a Giovanni durante el recreo—. ¿Qué los hace saltar? —Giovanni tenía en sus manos unos frijoles saltarines. Al principio estaban quietos. Luego uno se movió.

—Es mi secreto —dijo Giovanni—. No te lo diré.

—Mamá —dijo Dominick cuando llegó a casa—, Giovanni tenía frijoles saltarines en la escuela, pero no me quiso decir qué es lo que hace que se muevan. Dijo que es un secreto.

—No es un secreto —dijo mamá—. Son vainas de frijoles que albergan polilla. La larva de la polilla que se mueve adentro ocasiona los saltos.

—Eso me estuvo volviendo loco todo el día —dijo Dominick—, y no tenía que haber sido un secreto en absoluto. Quisiera tener un secreto y no compartirlo con él, para que sepa cómo se siente.

—Creo que ya tienes un secreto que no le has dicho —respondió mamá—. Así como hay algo en ese frijol que lo hace saltar, hay algo en ti que te hace hacer las cosas que haces, pero no le has dicho a Giovanni qué es, ¿verdad? Cuando no quisiste burlarte del chico nuevo en la escuela, ¿cuál fue la razón que le diste a Giovanni? —preguntó mamá.

—Le dije que no tenía ganas de hacerlo —dijo Dominick.

—Y cuando recaudaste comida enlatada para los necesitados, ¿qué razón le diste a Giovanni? —preguntó mamá.

—Bueno ... dije que solo tenía ganas de hacerlo —dijo Dominick.

—Y cuando oramos por papi para que mejorara y mejoró inmediatamente, ¿qué le dijiste a Giovanni en cuanto a eso? —preguntó mamá.

Dominick encogió los hombros.

—Nada —dijo.

—Entonces yo diría que tienes un secreto que no le has dicho a Giovanni —le dijo mamá—. Y es mucho más importante que él sepa tu secreto que tú supieras el de él. No se supone que debe ser un secreto que Jesús es tu Salvador y que su amor en tu corazón te impulsa a hacer las cosas que haces —dijo ella—. Tú sabes el secreto de Giovanni. ¿Vas a decirle el tuyo?

—Esa es una excelente idea. Me daba un poco de miedo decírselo, pero lo haré —dijo Dominick sonriendo. NEK


¿Y TÚ?

¿Tienes guardado el secreto de que Jesús es tu Salvador? Nunca debería ser un secreto que eres cristiano. ¿Les contarás a otros la maravillosa noticia?


ENERO 2

LA BARRA DE EQUILIBRIO Lee Proverbios 4:20-27


Alisha se balanceaba sobre la barra de equilibrio. Aunque el piso tenía una colchoneta de gimnasio, ella detestaba caerse de la angosta barra.

—¡Esto es difícil! —se quejó después de dar unos cuantos pasos—. Nunca seré lo suficientemente buena para el equipo de gimnasia.

—Enfócate —dijo mamá—. Enfoca tus ojos en ese cuadro que colgaste.

Alisha levantó el pie cuidadosamente mientras miraba hacia el cuadro que estaba colgado en la pared, justo enfrente, pero aún se preguntaba si su pie aterrizaría en la barra, o si mamá tendría que atraparla. Cuando miró a su mamá, se inclinó a la izquierda y luego se ladeó hacia la derecha. Trató de recuperar el equilibrio, pero cayó al suelo.

—Cada vez que pierdo el enfoque me desvío totalmente —dijo Alisha—. Quisiera poder evitar que mis ojos deambularan.

—A todos nos gustaría —coincidió mamá. Alisha se paró otra vez sobre la barra, preguntándose a qué se refería mamá. Después de todo, ella era la única que estaba sobre la barra de equilibrio—. Tenemos que practicar dos clases de equilibrio: uno para la gimnasia y otro para la vida —continuó mamá—. Por ejemplo, recientemente oí que alguien dijo: "Estoy muy preocupada por mi examen de matemáticas. Estudié mucho y oré para recordar los datos, pero ¿qué si fracaso?". —Al reconocer sus propias palabras de esa mañana, Alisha se volteó y miró a mamá, y se cayó de la barra.

—¡Ups! —exclamó Alisha, y de un salto se volvió a subir.

—"Sé que debo leer mi Biblia, pero hay un programa muy bueno en la televisión hoy en la noche" —murmuró mamá suavemente.

Esta vez, Alisha reconoció sus pensamientos, si no sus palabras exactas. Giró hacia el reloj para ver si ya era la hora del programa de televisión.

—¡Ups! —dijo, cuando sus pies se volvieron a resbalar de la barra.

—Así como perder el enfoque implica perder el equilibrio sobre la barra, descuidar nuestra devoción a Dios hace que fácilmente nos distraigamos y perdamos nuestro paso en el camino pacífico y correcto que Dios tiene para nosotros —dijo mamá. NEK


¿Y TÚ?

¿Qué es lo que aleja tu atención de Dios? ¿Las actividades de la escuela? ¿Los amigos? ¿La televisión? Todo esto puede ser bueno, pero no debe ser la parte más importante de tu vida. Pon a Dios primero, hablando con él en oración, y luego lleva pensamientos de él a tus otras actividades. Pídele que te ayude a enfocarte en él y a vivir como debes hacerlo.


ENERO 3

EL BILLETE DE CINCO DÓLARES

Lee Lucas 11:9-13


"Roberto, ¿puedes venir, por favor? —dijo mamá. Roberto dejó su juego de video favorito y se apresuró hacia la cocina—. Necesito que me hagas un encargo —dijo mamá—. Lleva este dinero al otro lado de la calle, a la casa de Lupe, por favor. Su madre va a comprarnos pan cuando vaya a la tienda".

Hacía frío afuera y los pequeños copos de nieve remolineaban en la ventana. Roberto se puso su abrigo, se cubrió el cuello y se puso sus guantes. Luego tomó el billete de cinco dólares que ella le entregó y se dirigió a la puerta.

Cuando Roberto se acercaba al otro lado de la calle, una fuerte ráfaga de viento le arrebató el dinero de su mano enguantada. El billete de cinco dólares cayó en alguna parte del seto que estaba enfrente de la casa de Lupe. Roberto corrió hacia el seto. Como no podía encontrar el dinero, se sentó y se cubrió la cara con sus manos.

—¿Qué pasa? —preguntó mamá cuando Roberto levantó la cabeza y vio que ella se acercaba.

—Lo siento, mamá. Perdí el dinero —dijo Roberto—. Debería estar precisamente aquí entre estas matas, pero no puedo encontrarlo.

—Te ayudaré —dijo mamá—, y oremos para que también Dios nos ayude. Podemos hacerlo mientras buscamos. —Le sonrió a Roberto—. Sabes que puedes hablar con Dios dondequiera que estés y cuando quieras. Él siempre oye.

Comenzaron a buscar, y después de unos cuantos minutos Roberto exclamó: "¡Mira! Dios respondió nuestras oraciones. ¡El billete de cinco dólares está metido justo allí entre las hojas!". MS


¿Y TÚ?

¿Piensas en orar durante el día, cuando necesitas la ayuda de Dios? Puedes hablar con él en cualquier momento y estar seguro de que él te oye. No importa dónde estés ni cuál sea tu problema. Dios solo quiere que te acuerdes de orar.


ENERO 4

LA DIRECCIÓN DE DIOS

Lee Efesios 2:11-22


—¿Qué haces con el directorio telefónico, Erin? —preguntó mamá.

Jeff, que ayudaba con los platos, tomó uno y lo secó.

—Debe estar buscando a alguien a quien llamar —dijo, y se rió burlonamente—. Claro, eso es un poco difícil cuando todavía no sabes leer.

—A los cinco años se es un poco joven como para comenzar a llamar a la gente, cariño —dijo mamá sonriendo.

—Oye, Erin —dijo Jeff poniendo un plato en la despensa—, ¿tienes un novio al que quieres llamar?

Erin levantó la cabeza.

—No —dijo—. No voy a llamar a nadie. Estoy buscando una dirección.

—Pensé que habías memorizado nuestra dirección —dijo mamá.

—Sí, Erin —dijo Jeff—. Es 445 Oakwood Aven ...

—¡Yo sé nuestra dirección! —interrumpió Erin.

—¿Qué dirección estás buscando? —preguntó papá.

—Estoy tratando de encontrar la dirección de Dios.

Jeff explotó de la risa.

—Erin, eres más boba de lo que pensé —dijo—. ¡Dios no tiene dirección! Estás perdiendo el tiempo buscándola allí.

—Bueno, yo no estaría demasiado seguro de eso, Jeff —dijo papá. Sacó una silla y se sentó al lado de Erin—. ¿Quieres que te ayude? —preguntó. Erin empujó el directorio telefónico hacia su padre—. Bien, veamos —dijo papá. Hojeó el directorio telefónico—. Debe haber varios lugares distintos. —Pasó el dedo lentamente por la página, luego se detuvo—. ¡Sí! —dijo—. Como lo pensé. Aquí está, efectivamente.

—¡Ya viste! —exclamó Erin, y le dio una mirada de triunfo a Jeff. —¿Qué? No puede ser —dijo Jeff. Miró por encima del hombro de su padre—. ¡Espera! —exclamó—. ¡Esa es nuestra dirección!

Papá se acomodó y sonrió.

—Claro, es nuestra dirección, pero Dios vive con nosotros, en nuestra vida y en nuestro hogar. Eso hace que también sea su dirección. —Papá cerró el directorio telefónico—. Esperemos que cualquiera que entre a nuestra casa pueda decir inmediatamente que Dios vive aquí. AJS


¿Y TÚ?

¿Tiene Dios tu misma dirección? ¿Vive en tu hogar ... o en tu habitación? Si has aceptado a Jesús, él debería estar en cada parte de tu vida: en la iglesia, en la escuela y en casa.


ENERO 5

LA INSIGNIA DE IDENTIFICACIÓN

Lee Mateo 10:32-38


Cuando Kara y su madre examinaban el menú del restaurante, observaron a un grupo de gente con insignias. "Todos deben pertenecer a algún club", comentó Kara.

En ese momento, otro hombre con insignia entró al restaurante y miró rápidamente a su alrededor. Se unió al grupo y se presentó a ellos.

"Esa gente que está allí con insignias son políticos de otras ciudades —explicó la mesera cuando llegó a tomar la orden de Kara y su madre—. Hoy hay una reunión en nuestra ciudad".

Cuando su comida llegó, Kara y su madre inclinaron la cabeza y oraron antes de comer.

—Mamá, es fácil orar en un restaurante, pero ¿es en realidad tan importante hacerlo en la escuela? —dijo Kara entonces—. Sé que los chicos se burlarán de mí.

Con aire pensativo, mamá señaló al grupo de personas que portaban insignias.

—Aquel hombre encontró a su grupo al buscar las insignias —dijo—. Orar antes de una comida es algo así. Es una manera en la que podemos demostrar que somos cristianas.

Al día siguiente, Kara se sentó separada de los demás en el comedor. Miró a su alrededor con temor. Luego, respiró profundamente e inclinó su cabeza y le agradeció a Dios por su comida. Entonces Lindy, una compañera de clase, se sentó con ella.

—Tú debes ser cristiana —dijo Lindy—. Bueno, yo también, pero ... me da vergüenza orar enfrente de todos. ¿Puedo comer contigo? Podríamos orar juntas.

—Seguro —asintió Kara y sonrió—. "Usé mi insignia" y encontré a otra socia del club inmediatamente, ¿verdad? —Ante la mirada confundida de Lindy, agregó—: Te lo explicaré mientras comemos. MRP


¿Y TÚ?

¿Saben los chicos de la escuela que eres cristiano? Una manera sencilla que te ayuda a identificarte como hijo de Dios es orar antes de comer, incluso en la escuela. ¡Usa tu "insignia" cristiana con orgullo! Te sorprenderás al encontrar que también hay otros cristianos en tu escuela.


ENERO 6

EN LA LÍNEA

Lee Efesios 5:1-8


¿Viste los pantalones que Reese tenía puestos hoy? —preguntó Brynn, mientras sostenía el teléfono cerca de su boca—. Se veía como un bicho raro.

—Todos en su familia son raros —respondió Danielle. Las chicas se rieron—. ¿Qué de Lynn? ¿Esa chica nueva? —continuó Danielle—. ¿Oíste que cuando se ríe resopla como un cerdo?

—Qué asco —dijo Brynn riéndose—. Tal vez creció en una granja de cerdos. —En ese momento el teléfono hizo un chirrido—. ¿Qué es eso? —preguntó Brynn.

—Ay, perdón, chicas —dijo la voz de la mamá de Brynn, que las interrumpió—. Iba a hacer una llamada desde el estudio y no me di cuenta de que ustedes estaban usando el teléfono. Esperaré a que terminen. —Brynn oyó el clic cuando Mamá colgó.

—¿De qué estábamos hablando? —preguntó Danielle.

—No sé, pero acabo de pensar en algo —dijo Brynn jadeando—. ¿Y si mi mamá nos oyó hablar de Reese y de Lynn? ¿Y si oyó las cosas malas que dijimos?

—No las oyó —dijo Danielle con confianza—. Nos habríamos dado cuenta.

—Sí. Bueno, será mejor que me despida —respondió Brynn.

—Mamá, ya no estamos en el teléfono —le dijo Brynn a su madre después de que colgaron. Hizo una pausa—. ¿Oíste lo que estábamos hablando cuando levantaste el teléfono?

—Sé que tus conversaciones son privadas —respondió mamá.

—¿Pero oíste las cosas que estábamos diciendo? —repitió Brynn—. Es decir, si hubiera sabido que estabas escuchando, no habría dicho algunas cosas.

Mamá levantó las cejas.

—No las oí —dijo—, pero el hecho de que eso te preocupe ¿quiere decir que dijiste cosas que no debieron decirse? Aunque yo no las oiga, cada vez que estás en el teléfono el Señor está en la línea contigo. NEK


¿Y TÚ?

¿Dices cosas de las que te avergonzarías si otros las escucharan? Recuerda que el Señor oye cada palabra que sale de tu boca. Hasta sabe tus palabras cuando todavía están en tus pensamientos. Ten cuidado con lo que dices.


ENERO 7

CRISTALES ESCONDIDOS

Lee 1 Samuel 16:6-11


Rebeca observaba con interés mientras la señora Sanders levantaba una piedra vieja y fea. "Esta parece una piedra común, ¿verdad? —dijo la señora Sanders. Luego le dio vuelta. La piedra había sido cortada y la clase podía ver los bellos cristales brillantes que tenía en el interior—. Esta clase de piedra se llama geoda —dijo la señora Sanders mientras levantaba una caja y se la entregaba a un chico que estaba sentado al frente de la clase—. Cuando les llegue la caja, cada uno puede quedarse con un trozo".

Rebeca estaba emocionada. Nunca habría adivinado que el interior brillaba tanto al ver el feo exterior de la roca. Eligió uno de los pedazos, luego se volteó y le entregó la caja a Claire, que estaba sentada detrás de ella. A Rebeca no le caía muy bien Claire. Tenía dientes grandes y torcidos y no era muy bonita. Es casi tan fea como el exterior de la geoda, pensó Rebeca.

Cuando Rebeca bajaba por las escaleras de la escuela, al final del día, alguien se topó con ella. Sus libros se cayeron por las gradas y sus papeles se regaron por todos lados. Quien la había topado ni siquiera se detuvo.

Rebeca estaba recogiendo sus pertenencias cuando oyó una voz.

—Oye, déjame ayudarte. —Rebeca levantó la cabeza y vio que Claire se arrodillaba a su lado y recogía papeles sueltos.

—Gracias —dijo Rebeca entre dientes. Estaba tan sorprendida que no podía pensar en nada más que decir mientras recogían el resto de sus cosas.

—¡Oh! ¡Aquí está tu piedra! —exclamó Claire. Recogió el pedazo de geoda de la última grada y se lo entregó a Rebeca—. Es bonita, ¿verdad?

Cuando Rebeca tomó la piedra, pensó en cómo la gente puede ser como una geoda: no muy bonita por fuera, pero bella por dentro. Como Claire.

—Tengo una colección de piedras en casa, Claire. ¿Te gustaría ir a mi casa para verla? —la invitó Rebeca.

Claire sonrió.

—Seguro —respondió. JKC


¿Y TÚ?

¿Eliges a tus amigos por su apariencia? ¿Ignoras a la gente que tiene sobrepeso, o que tiene orejas grandes o una nariz torcida? Dios mira el interior, la parte que es importante. Si quieres ser más como él, no juzgues lo que está dentro de una persona al mirar solamente su apariencia. Conócela.
(Continues...)


Excerpted from Devocional en un año para niños by Mafalda E. Novella. Copyright © 2013 Children's Bible Hour. Excerpted by permission of Tyndale House Publishers, Inc..
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