PREMIO NACIONAL PEN CLUB DE PUERTO RICO: MEMORIAS, 2008
Siempre le dijeron que los niños nacían «por el sobaco», que los Reyes Magos no vendrían si dejaba de creer en ellos y que si le tiraba piedras a los largatijos de día, éstos le sacarían los ojos de noche, cuando durmiera. Después llegó el primer televisor al vecindario y, más tarde, los enamoramientos «a lo adivino».
En esta memoria novelada, y con una minuciosa ambientación y un poder de observación extraordinario, Hiram Sánchez Martínez, narrador excepcional, nos hace partícipes del mundo que avanzaba a su alrededor en uno de nuestros pueblos de los años 50.
«[Cuesta de los judíos número 8] Es un libro escrito en una prosa impecable, en lenguaje sencillo, sin vuelos retóricos o eruditos innecesarios. Se trata del tipo de lectura que nos conquista desde el principio y que nos hipnotiza y ocupa hasta llegar a la última página, para entonces sentir nostalgia porque ha terminado cuando aún queríamos seguir paso a paso de la mano de Álber (Hiram Alberto) en más momentos de su vida. Su lectura, al igual que ocurre con Felices días, tío Sergio de Magali García Ramis, y con Primer viernes [de] Alberto Medina Carrero, conduce a la fantasía de que estuvimos allí con Álber y su familia porque hemos vivido experiencias similares, idénticas o paralelas a las que en estos libros se narran.»
Luz Nereida Pérez — Claridad
«Uno de los recursos literarios que maneja con mayor eficacia el autor es el humor. Le sirve, en más de una ocasión, de contrapeso o contraste a la descripción de un suceso grave, o para, simplemente, hacer más amena la historia.»
José Juan Báez Fumero — Panorama
