Marcel amaba sin límites y confiaba por encima de todas las cosas en Eric, el amor de su vida, un hombre inofensivo en apariencia que simplemente tomó prestado un manojo de llaves para ayudar a los habitantes de una casa a deshacerse de unos cuantos objetos que les suponían una tremenda carga. Marcel era una mujer sin suerte en la vida, una buena persona que únicamente quería el bienestar de su familia y poder ofrecerles todo aquello que ella creía se merecían, y que estaba dispuesta, para ello, incluso a cometer un delito. Pero algo no salió según el plan y ahora Marcel se encuentra en espera de juicio, aguardando con angustia su destino, siendo el centro de mira de vecinos y conciudadanos espectadores de un programa que la sentencian sin haberla conocido y se dejan llevar por sus mentes cerradas.
Marcel se mira en el espejo, se ha olvidado de su aspecto, durante los últimos cinco años únicamente ha visto su imagen reflejada en edificios y lentes de otras personas. Ya no le interesa el maquillaje, aunque la verdad, nunca le hizo falta para resultar bonita. Esa belleza natural fue la que la llevó por el mal camino.
Marcel se ha convertido en la Bonnie de su Clyde particular. ¿Podrá su abogado y amor de juventud conseguir salvarla? ¿Seguirá Eric amándola incondicionalmente? O ¿pondrá sus intereses por delante de los de ella para salvar su propio pellejo? ¿Qué ocurrió en realidad en el hogar en el que trabajaba como limpiadora para sacar a su pequeña familia adelante?
