Los poemas que Julio César Blanco Rossitto nos presenta en esta propuesta llamada “A Manus Crito”, parecen transitar por un desfiladero desde donde se puede contemplar no sólo las formas y la musicalidad de cada verso, sino también un juego muy entretenido con el lenguaje que incluso, con desparpajo, transgrede las normas de ortografía con una elegancia pocas veces vista en la poesía venezolana. Sus versos vienen de cualquier parte y van hacia lugares desconocidos, como puede suceder con otros poetas; sin embargo, desde el fondo de cada uno de los poemas contenidos en la obra parece desatarse y a la vez liberarse una idea que de alguna forma nos llama la atención: volver a escribir a mano. Desde hace ya varias décadas, la mayoría de los escritores emprenden sus proyectos frente a un teclado de computadora, incluso desde el momento cuando le viene a la mente los primeros pensamientos que probablemente conducen a la creación literaria. En este caso particular, todos los poemas contenidos en este libro han sido escritos primero en papel. Quizá por ello es posible palpar la autenticidad de los mismos, pero también el deseo de volver a lo básico, a la fidelidad de una identidad primaria: el lápiz y papel. Es conveniente recordar que escribir a mano supone mejorar no sólo la caligrafía sino también el conocimiento de las normas de escritura y la potenciación de la capacidad de leer y redactar; además, según expertos, puede impulsar las habilidades de memoria, atención y concentración. De modo que A Manus Crito representa no sólo la fascinación por la poesía con el ingrediente adicional del juego en el uso del lenguaje, sino también el llamado de atención a mantener viva la tradición del lápiz y el papel como una forma de sobrevivir y seguir creando incluso cuando la tecnología se oponga.
El editor.
