10-10-10 (10-10-10; Spanish Edition): 10 Minutos, 10 Meses, 10 Años: Un método para tomar decisions que transformará su vida

10-10-10 (10-10-10; Spanish Edition): 10 Minutos, 10 Meses, 10 Años: Un método para tomar decisions que transformará su vida

by Suzy Welch
10-10-10 (10-10-10; Spanish Edition): 10 Minutos, 10 Meses, 10 Años: Un método para tomar decisions que transformará su vida

10-10-10 (10-10-10; Spanish Edition): 10 Minutos, 10 Meses, 10 Años: Un método para tomar decisions que transformará su vida

by Suzy Welch

Paperback(Spanish-language Edition)

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Overview

10-10-10 es un método nuevo para tomar decisiones. Es una herramienta para reclamar su vida en la casa, en el amor y en el trabajo. El proceso es claro, directo y transparente. Es más, frente a un dilema, lo único que necesita para comenzar es hacerse tres preguntas: ¿Cuáles son las consecuencias de mi decisión en 10 minutos? ¿En 10 meses? ¿Y en 10 años?

¿Suena simple? No lo es. Mediante el recuento de conmovedoras historias Suzy Welch revela cómo el análisis del impacto de nuestras decisiones trae invariablemente a la superficie nuestros temores, necesidades y deseos inconscientes, y nos ayuda en definitiva a identificar nuestras metas y vivir acorde con nuestros valores más profundos.



El método 10-10-10 es utilizado por estudiantes universitarios, padres de familia y empresarios. Si usted está a punto de tomar una decisión y no sabe qué hacer, 10-10-10 le ayudará a encontrar su camino.

Product Details

ISBN-13: 9781439109243
Publisher: Atria Books
Publication date: 04/06/2010
Series: Atria Espanol
Edition description: Spanish-language Edition
Pages: 268
Product dimensions: 8.48(w) x 5.64(h) x 0.70(d)
Language: Spanish

About the Author

About The Author
Suzy Welch is a three-time bestselling author, noted CEO advisor, and Professor of Management Practice at Stern School of Business where she is also the Director of the NYU | Stern Initiative on Purpose and Flourishing. She serves as a Senior Advisor to the Brunswick Group, sits on the board of ANGI, is a regular contributor on CNBC and the Today show, and a frequent speaker and moderator at corporate events. She has a large family and lots of dogs and lives in New York.

Read an Excerpt

10-10-10 (10-10-10; Spanish Edition)

10 Minutos, 10 Meses, 10 Años: Un método para tomar decisions que transformará su vida
By Suzy Welch

Atria

Copyright © 2010 Suzy Welch
All right reserved.

ISBN: 9781439109243

CAP?TULO UNO


?Qu? era?


C?mo naci? el 10-10-10


A decir verdad, yo no sab?a exactamente qu? era el 10-10-10 en el momento de su creaci?n; simplemente sent?a (aunque de manera tenue) que, de repente, ten?a a mi alcance un principio operativo nuevo, diferente y muy superior. Parec?a haber encontrado una especie de proceso mental mejorado, una metodolog?a para ser sistem?tica respecto a las cosas. Esa ma?ana en mi balc?n hawaiano, me di cuenta de que lo que realmente deb?a hacer para retomar mi vida era empezar a tomar mis decisiones de una manera diferente ?proactivamente?, evaluando con atenci?n sus consecuencias en el presente inmediato, el mediano plazo y el futuro lejano.


En diez minutos? diez meses? y diez a?os.


Si hac?a eso, imagin? con cierto grado de asombro, podr?a llegar a tener mi propia ?herramienta para administrar la vida?.


Y trece a?os despu?s, ese t?rmino sigue siendo la forma en que defino el 10-10-10 de manera r?pida y sencilla. Ciertamente he escuchado otras descripciones del 10-10-10. Conozco a un devoto practicante del 10-10-10 que lo llama ?hoja de ruta para la claridad y el coraje?, y a otro que lo describe como ?mi peque?o borrador de culpas?. Una abuela de Houston me dijo una vez que ella se refiere al 10-10-10 como su ?empujoncito para descongelarse?. Un pastor canadiense que ha predicado sobre el 10-10-10 lo describe como el ?gran puente que nos permite poner las cosas en perspectiva?.


Pero ninguno de estos calificativos del 10-10-10 ?ni siquiera el m?o? describe realmente la verdadera log?stica del proceso. As? que, antes de seguir, vamos a analizarla.


C?MO FUNCIONA EL 10-10-10


Todo proceso 10-10-10 se inicia con una pregunta. Es decir, todo 10-10-10 comienza con el planteamiento de un dilema, una crisis o un problema en forma de pregunta. ?Debo renunciar a mi trabajo? ?Debo comprar la casa con el gran jard?n interior y el techo con goteras? ?Debo retrasar a mi hijo un a?o en el colegio? ?Debo seguir con mi relaci?n o terminarla?


He llegado a descubrir que tener una pregunta definida es esencial para el 10-10-10, ya que muchos problemas complejos est?n relacionados con temas colaterales, con asuntos menores, con distracciones y divagaciones, con falsas suposiciones y actores secundarios. Por lo tanto, los procesos 10-10-10 m?s efectivos tienden a iniciarse siempre con la identificaci?n exacta de qu? asunto, subyacente a todo, es el que se est? tratando de resolver.


La siguiente etapa del 10-10-10 es la recolecci?n de datos. No hay de qu? preocuparse; esta parte del proceso se puede hacer en la cabeza, en un computador, con papel y l?piz, o en una charla con un amigo o socio, lo que mejor funcione. El ?nico ?requisito? real es ser honesto y exhaustivo al responder las siguientes preguntas:


Dada mi pregunta inicial, ?cu?les son las consecuencias de cada una de mis opciones en diez minutos?


?En diez meses?


?En diez a?os?


Ahora bien, para ser claros, no hay nada literal en cada diez del 10-10-10. El primer 10 representa b?sicamente el ?ahora? ?por ejemplo, un minuto, una hora o una semana. El segundo 10 representa ese momento en el futuro previsible o inmediato en que el efecto inicial de su decisi?n ha pasado, pero sus consecuencias se siguen sintiendo en formas que usted puede predecir razonablemente. Y el tercer 10 representa un momento en el futuro que es tan lejano que sus detalles son completamente vagos. As?, 10-10-10 en realidad podr?a referirse a 9 d?as, 15 meses y 20 a?os, o 2 horas, 6 meses y 8 a?os. El nombre del proceso es solamente una figura que busca sugerir intervalos progresivos de tiempo durante la exaltaci?n del momento, un poco despu?s y cuando todo est? consumado.


El ?ltimo paso del proceso 10-10-10 es el an?lisis. Para esta etapa, debe tomar toda la informaci?n que acaba de recopilar y contrastarla con sus valores m?s profundos: sus creencias, metas, sue?os y necesidades. En resumen, esta parte del 10-10-10 lo lleva a preguntarse: ?Sabiendo lo que s? ahora sobre todas mis opciones y sus consecuencias, ?Cu?l decisi?n es la que m?s me ayudar? a decidir mi propia vida??.


Y con la respuesta a esa pregunta, usted tiene su soluci?n 10-10-10.


EL COMIENZO


Como ya dije, esa ma?ana en Haw?i no me lleg? como si fuera un rel?mpago la versi?n totalmente conceptualizada del 10-10-10, con todo y log?stica. Pensaba m?s bien en algo como ?Tengo que dejar de correr como una loca, apagando incendios e intentando complacer a todo el mundo. Cuando los ni?os tengan veinte a?os, me van a adorar u odiar por haber tomado decisiones mucho m?s importantes que ?sta de haberlos llevado a un viaje de negocios de cuatro d?as en febrero de 1996. ?Por Dios! Estoy viviendo demasiadas cosas en este momento?.


Y con eso cre? el concepto de ?10-10?. Iba a comenzar a tomar mis decisiones en base a un balance entre consideraciones de corto y largo plazo. Qu? insensatez, me dije, hab?a sido desplazar a los ni?os ocho mil kil?metros por unos insignificantes ba?os de mar juntos. Si los hubiera dejado en casa, su berrinche hubiera durado a lo sumo un d?a, en caso de que se hubiera presentado.


Casi de inmediato, fui consciente de que mi incipiente idea estaba incompleta. Durante los pr?ximos meses me iba a ausentar de casa dos veces m?s, por una boda a la que hab?a sido invitada y por otra conferencia. Tal vez mi viaje a Haw?i, visto en conjunto, me hizo sentir que me alejar?a demasiado tiempo de los ni?os. Tal vez en aras de hacer un balance y tener una perspectiva m?s real, mi nuevo proceso de toma de decisiones tambi?n necesitaba contemplar un horizonte a mediano plazo.


As?, naci? oficialmente el 10-10-10.


Sin nada qu? perder, empec? a aplicar el proceso a todo tipo de dilemas tan pronto regresamos a Boston, tanto en casa como en el trabajo. ?Debo quedarme en la oficina por si ocurre una emergencia cuando les promet? a los ni?os que regresar?a a las seis? ?Debo pasar las fiestas con mis padres o con mis suegros? ?Debo confrontar a un escritor problem?tico con respecto a la entrega tard?a de un texto? ?Debo dedicarle mi tiempo al art?culo entregado por un novato con talento o al que entreg? un veterano confiable? Para mi sorpresa, descubr? que el proceso me llevaba invariablemente a decisiones m?s r?pidas, claras y l?gicas. Y como bono inesperado, tambi?n me ofrec?a una manera de explicarme frente a todos los ?constitu-yentes? relevantes ?mis hijos, mis padres o mi jefe? con claridad y confianza. Finalmente pod?a decir ?perm?tanme contarles c?mo llegu? a esta decisi?n? y seguir a partir de ah?.


Al cabo de meses, el 10-10-10 me hab?a servido tanto que no pude resistir la tentaci?n de compartirlo con mis hermanas, Elin y Della, y con un grupo de amigos y colegas cercanos.


Y as? fue c?mo el proceso se empez? a difundir. Uno de mis colegas le cont? a su esposa; ella lo utiliz? para salir de un estado de par?lisis en su b?squeda de un empleo. Un amigo le ?dio? el 10-10-10 a su hija reci?n casada, quien estaba indecisa entre seguir trabajando o hacer un posgrado. Otra conocida m?a le describi? el 10-10-10 a su esposo, un m?dico; ?l lo llev? al trabajo y all? un grupo de enfermeras lo adopt? para enfrentar ?y resolver? una pugna sobre las horas de visita a los pacientes, que hab?a estado sin resolver durante meses.


Finalmente empezaron a llegarme, gota a gota, historias del 10-10-10 ajenas a mi c?rculo inmediato. Un d?a, por ejemplo, al contestar el tel?fono escuch?: ??Es usted la se?ora del 10-10-10??.


Cuando ca? en cuenta de que s? lo era y lo expres?, mi interlocutora dej? escapar una risa amistosa y se identific? como Gwen, hermana de una de las enfermeras. ?Lamento sorprenderla?, dijo, ?pero estoy llamando porque me gustar?a que pudiera verme. Estoy sonriendo por primera vez en meses?.


Result? que Gwen era un ama de casa que viv?a en Chicago. Al igual que su hermana, hab?a comenzado su carrera como enfermera pero a los pocos a?os cambi? de rumbo y se dedic? a ser representante de ventas de una empresa del sector farmac?utico. El trabajo encajaba perfectamente con su personalidad extrovertida y su profesionalismo. ?Nadie me pod?a alejar de mis visitas de ventas?, me dijo. ?Para m? no eran trabajo. Eran diversi?n. ?Ah, y el dinero! No podr?a haber sido mejor?.


Gwen disfrutaba tanto su profesi?n que escasamente se alej? de ella durante los embarazos y partos de sus tres hijos. Claro, hubo momentos desafiantes en que el trabajo y la maternidad entraban en conflicto, pero Gwen siempre se sinti? respaldada por su esposo ?tambi?n representante de ventas? en su decisi?n de seguir trabajando. La pareja contrat? una ni?era interna y se comunicaba constantemente con ella por celular. Pasaban los fines de semana reactivando los v?nculos con sus ni?os.


Sin embargo, una noche en la que Gwen regres? despu?s de otra larga ausencia, la ni?era le coloc? en los brazos a su hijo de quince meses; el beb? no la reconoci? y la apart? con un llanto rabioso. Gwen se conmovi? hasta el alma, al igual que su esposo que observaba la escena.


Abrumada por una creciente sensaci?n de culpa, Gwen renunci? a su trabajo. ?Regresar? en unos meses?, le prometi? a su jefe, ?tan pronto las cosas vuelvan a la normalidad en casa?.


Pero pasaron semanas, luego meses, poco a poco Gwen se vio m?s enfrascada en el ?regreso a la normalidad? que estaba intentando construir; sus d?as se iban en llevar a sus hijos a clase o a casa de sus amigos, cumplir citas diversas, y sus noches pasaban entre organizar la cena, supervisar las tareas y el ba?o, y leer a los ni?os a la hora de dormir. Su oficina ubicada en el garaje de la casa, repleta de revistas de negocios que Gwen hab?a jurado seguir leyendo, se empez? a llenar de afiladores de cuchillas de patines y disfraces de obras teatrales de colegio.


Despu?s de un a?o en casa, el coraz?n de Gwen tambi?n se empez? a llenar; no de tristeza, sino de una vaga y persistente a?oranza por la gran carrera que pudo haber hecho. Ocasionalmente, rele?a un correo electr?nico de su antiguo jefe que no pod?a decidirse a borrar de su buz?n: ?Te recibiremos cuando quieras?, dec?a. ?Tu antiguo equipo te necesita y te extra?a?.


Gwen tambi?n lo extra?aba, ?pero cu?nto? Pasaron semanas en las que su mente oscilaba en el debate: ?Hab?a elegido realmente ser ama de casa? ?Hab?a ca?do en ello por la indecisi?n?


En medio de este dilema, la hermana de Gwen le habl? del 10-10-10 y le sugiri? usarlo la pr?xima vez que se sintiera dudosa.


Eso sucedi? a los pocos d?as. ?Estaba limpiando la nevera; ten?a la cara y las manos llenas de detergente, hab?a agua por todos lados y Sammy lloraba desesperadamente. Perd? el control?, me dijo Gwen. ?Ten?a que decidir de una vez por todas si deb?a seguir siendo mam? de tiempo completo?.


Gwen calm? a Sammy y lo acost? para que tomara una siesta; termin? de limpiar la nevera y se sirvi? una taza de caf?. Despu?s, con una hora de margen antes de que llegara su hija del colegio, se sent? en la cocina e inici? su 10-10-10.


Su primera sensaci?n al desarrollar el proceso fue de temor. ?A corto plazo, si me quedaba en casa, tendr?a que lidiar con un mont?n de pa?ales sucios, y mi cerebro realmente andar?a a baja velocidad?, me dijo. ?Me esperaba un poco de aburrimiento y mucha especulaci?n sobre lo que podr?a haber sido?. En cuanto al escenario de diez a?os, el de largo plazo, ?sab?a que a esas alturas los ni?os estar?an b?sicamente de salida?, dijo Gwen. ?Se habr?an ido, al igual que mi carrera?.


Pero al contemplar el escenario de diez meses, empez? a surgir una revelaci?n diferente. ?De repente, mientras pensaba en eso, me di cuenta de lo mucho que significaba para m? el lapso de tiempo entre el primer y el ?ltimo 10?, dijo. ?Cuando Sammy haga su primer gol, Emma su primer recital de flauta y Alex aprenda a afeitarse, yo estar? presente. Me di cuenta de que estaba abandonando un sue?o, pero a cambio estaba construyendo una realidad a la cual no le pod?a dar la espalda?.


Otra madre podr?a haber llegado a una conclusi?n diferente ese d?a en la cocina, pero para Gwen el 10-10-10 concret? sus prioridades. Su decisi?n no le implicaba brincar de alegr?a cada vez que el beb? llorara; ni gozar durante horas esperando a que terminara el entrenamiento de hockey. Significaba simplemente que, en base a sus valores, Gwen hab?a elegido una opci?n con la cual pod?a ?y quer?a? vivir.


LO DIF?CIL


Con raz?n Gwen estaba sonriente cuando me localiz? por primera vez. Su ambivalencia hab?a desaparecido y en su lugar, ten?a la serenidad que da tener una intenci?n clara. Pero en aras de una divulgaci?n completa, el lector debe saber que no todo proceso 10-10-10 termina tan ordenadamente. A veces la soluci?n a la cual se llega es una total sorpresa ya que el proceso puede revelar valores, agendas, temores y sue?os no encarados anteriormente, o puede conducir por senderos evitados durante mucho tiempo con el fin de mantener el mundo bajo control. Algunas soluciones 10-10-10 pueden ser incluso profundamente desafiantes ya que ?exigen? confesar ante los dem?s lo que realmente se piensa y la manera en que se quiere vivir. Lo cierto es que la transformaci?n no siempre es f?cil.


Hace como un a?o di una conferencia sobre el 10-10-10 en una universidad. Al finalizar, un estudiante se qued? para hablar a solas conmigo. Result? ser un empresario de Rumania llamado Razvan que quer?a iniciar una empresa de telefon?a m?vil en su pa?s. El problema, me dijo r?pidamente, era que su novia de mucho tiempo, una mesera que lo esperaba en Bucarest, quer?a entrar en el negocio con ?l. ??Qu? suceder? cuando Mihaela cometa un error con un contrato o algo as?? Ella no es muy h?bil en cuestiones de dinero; toda su familia es comunista?, me cont? con franqueza. ?Entonces, tendr? que decirle: ?Mihaela, aqu? estamos tratando de hacer utilidades?, y ella empezar? a gritar: ??Utilidades! Olv?date de las utilidades. ?Qu? pasa con los ideales??. Y entonces tendremos una pelea, como siempre. ?Sabes a qu? me refiero??.


Capt? la idea, al menos lo suficiente para empezar. Le hice un gesto a Razvan para que se acercara y as? pudi?ramos hacer juntos un 10-10-10 sobre la decisi?n de trabajar con Mihaela en su nueva iniciativa de negocios.


Al cabo de diez minutos, Razvan coment? entusiasmado que un ?s?? era una respuesta enormemente atractiva. Mihaela se calmar?a y, al menos por un tiempo, le dedicar?a toda su energ?a al proyecto. Un ?no? provocar?a, seg?n Razvan, ?la tercera guerra mundial? pues con seguridad la familia de Mihaela y la suya ?eran amigos cercanos? se involucrar?an y lo presionar?an para que cambiara de parecer.


El panorama a los diez meses era m?s restringido: ser?a nefasto, sin importar qu? opci?n eligiera. Si trabajaban juntos, dijo Razvan, ?l y Mihaela volver?an a sus disputas. Pero si se separaban, tambi?n habr?a sufrimiento: ?Hemos estado juntos por muchos a?os y nos queremos?, fue su nost?lgica reflexi?n.


Pasamos al escenario de los diez a?os, y de inmediato Razvan hizo una mueca como si estuviera viendo una fotograf?a perturbadora. Si le ped?a a Mihaela que se uniera a su iniciativa, a esas alturas seguramente estar?an casados; ese desenlace garantizaba, seg?n ?l, ?una vida de peleas diarias?.


??Porque sus esperanzas y sue?os son fundamentalmente diferentes??, pregunt?.


?Porque todo lo que realmente tenemos es historia?, respondi?. ?Y s? que eso no es suficiente. Nos pasaremos la vida haci?ndonos da?o?.


Con eso, la decisi?n 10-10-10 de Razvan estaba tomada.


?Se sent?a ?l feliz? Claro que no. De hecho, al despedirnos, pude ver un par de l?grimas brotando de sus ojos. Pero tambi?n not? que, en cierta medida, estaba aliviado y resuelto con respecto a tomar el control de su vida y de su futuro. Aparentemente sab?a que la felicidad lo esperaba. A veces eso es todo lo que el 10-10-10 puede ofrecer.


DE UN HILO A UN TORRENTE


Para el a?o 2006, hab?a escuchado suficientes historias de personas como Gwen y Razvan como para tener la sensaci?n de que, con el 10-10-10, hab?a descubierto algo. As? que decid? escribir sobre el proceso para la revista O, The Oprah Magazine, en la cual tengo una columna habitual sobre el equilibrio entre el trabajo y la vida.


Mi sensaci?n de ?haber descubierto algo?, sin embargo, no era suficiente para dar respuestas. Pronto empezaron a llegar montones de mensajes electr?nicos y cartas escritas con sinceridad. Descubr? que el 10-10-10 no era ?til solamente para uno, dos o tres grados de separaci?n (concepto de Human Web). Funcionaba para hombres y mujeres, j?venes y viejos, en la cercan?a y en la distancia, para decisiones grandes, peque?as e intermedias, en casa y en la oficina, en el amor, la amistad y la educaci?n de los hijos.


Incluso funcion? para un empleado oficial de veintisiete a?os llamado Antoine Jefferson, quien me escribi? para contarme que estaba utilizando el 10-10-10 como gu?a para su proyecto personal de reinventar el sistema de seguridad social, un gesto amable de su parte.


?De qu? diablos est? hablando este tipo?, me pregunt?.


As? que llam? a Antoine y luego tuve el inmenso placer de conocerlo en su ciudad natal, Filadelfia. Al escuchar su historia me convenc? de que el 10-10-10 puede ser efectivo en formas y lugares que nunca hab?a imaginado.


Criado por una madre soltera en un vecindario lleno de proyectos de construcci?n, Antoine dej? de ir a la escuela en s?ptimo grado y finalmente fue puesto bajo el cuidado de cinco familias adoptivas diferentes. Sus d?as eran solitarios; los llenaba viendo televisi?n. Extra?aba la compa??a de sus hermanos. Tal vez la experiencia m?s trascendental en la vida de Antoine fue darse cuenta, a los trece o catorce a?os, de que no se parec?a a ninguna de las personas que conoc?a; no solo porque era homosexual sino porque era irremediablemente optimista. Aun con toda su dureza, para Antoine el mundo pod?a ser un mejor lugar si los seres humanos dejaran de hacerse da?o unos a otros.


Unos meses antes de la publicaci?n de mi art?culo, Antoine fue contratado para trabajar en una de las oficinas de asistencia social m?s congestionadas del Estado; su labor era atender a los usuarios y orientarlos en el proceso de solicitud. Inicialmente, la idea de ayudar a las personas necesitadas lo emocion?. Pero su entusiasmo pronto se convirti? en desesperanza. Todos los d?as observaba c?mo sus colegas trataban en forma grosera y despectiva a la gente que llegaba a la oficina. ?Solicitar asistencia social generalmente sucede en el peor momento de la vida. Conlleva mucha verg?enza?, me dec?a. ?Se supone que el sistema es para apoyar a la gente, no para humillarla m?s?.


Una noche, despu?s del trabajo, Antoine escribi? un apasionado manifiesto sobre la forma en que ?l cre?a que deber?a cambiar el protocolo de atenci?n en la oficina. Sab?a que sus palabras eran fuertes; cuando se las mostr? a su hermana Tiffany, ella amablemente intent? disuadirlo. ?Todos te van odiar, Antoine?, le dijo.


Durante unas cuantas horas, Antoine revis? las consecuencias de presentar su propuesta en la oficina utilizando el esquema 10-10-10. Al cabo de diez minutos, pens? que todo se convertir?a en un infierno si compart?a sus opiniones con sus colegas y ellos las rechazaban. El mensaje de ellos, seg?n ?l lo entendi?, ser?a: ?Deja de provocar a la gente?.


Antoine pronostic? que al cabo de diez meses, el enfrentamiento con sus colegas seguramente persistir?a, o incluso empeorar?a, al negarse a renunciar a su papel de polic?a en la oficina. Por otro lado, si se quedaba callado, tem?a que la sensaci?n de hipocres?a lo destruyera por dentro. Ninguna opci?n era atractiva.


Pero el plan de acci?n de Antoine se aclar? tan pronto contempl? el escenario en diez a?os. ?Me di cuenta de que estaba totalmente dispuesto a soportar ?incluso quer?a soportar? la presi?n a cambio de tener la oportunidad de mejorar el sistema de asistencia social de este Estado?, me dijo. ?Lo ?nico que pensaba era ?Si no lo hago yo, ?entonces qui?n??. Alguien tiene que liderar el cambio, aun en los pelda?os m?s bajos de la escalera?.


Al d?a siguiente, Antoine se reuni? con su jefe para contarle su preocupaci?n por el desprecio y el maltrato a los usuarios. Ella recibi? su propuesta de manera muy positiva, recuerda ?l. Pero despu?s de presentarla en una reuni?n con todo el personal, los colegas de Antoine, como era de esperarse, empezaron a marginarlo.


En vez de manejar el conflicto, la jefe de Antoine le pregunt? si estar?a dispuesto a ser transferido a otra oficina de asistencia social al otro lado de la ciudad. ?l estuvo de acuerdo. ?No me arrepent? ni me enfad? en absoluto?, me dijo recientemente. ?Siento que hice lo correcto?.


Hoy en d?a, Antoine contin?a aplicando el m?todo 10-10-10 en todos y cada uno de los dilemas que enfrenta tanto en casa como en el trabajo. De hecho, recientemente comparti? el proceso con su madre, quien de inmediato lo utiliz? para tomar una decisi?n que podr?a llegar a ser transformadora. A la edad de cincuenta y cuatro a?os, la se?ora ingres? a un programa de capacitaci?n con la esperanza de iniciar un peque?o negocio alg?n d?a. ?Creo que ?ste es el inicio de una vida completamente nueva para mi madre?, dice Antoine. ?Por primera vez la veo tratando de crear su propio futuro?.


CON RESPECTO AL TERCER 10


?Qu? emocionante suena esa nueva traves?a! El 10-10-10 tiene la capacidad de motivar a la gente a proyectarse y salir de su fijaci?n en el presente. Sin embargo, ser?a un error creer que el ?nico prop?sito del 10-10-10 es activar alarmas a largo plazo durante el proceso de toma de decisiones.


S?, despertar su conciencia con respecto a los pr?ximos diez a?os es uno de los prop?sitos del 10-10-10, y es un muy buen prop?sito. Con frecuencia tomamos decisiones solo para evitar una molestia inmediata ?el enfado de un ni?o, la decepci?n de la familia, una log?stica complicada, una discusi?n con los compa?eros de trabajo, etc?tera. El tercer 10 de 10-10-10 ayuda a suavizar esa tendencia. Nos ayuda a decidir si vale la pena (o no) soportar los fogonazos a corto plazo con el inter?s de alcanzar nuestros objetivos de vida m?s importantes y profundos.


No obstante, nadie debe tomar todas las decisiones en base a sus consecuencias a largo plazo. En primer lugar, tal prudencia garantiza en buena medida que la vida diaria sea un tedio total. ?No se puede desterrar la espontaneidad! Pero la principal raz?n para no poner la mira exclusivamente en el tercer 10 es que puede ser demasiado riesgoso.


Pete Turkel me ense?? eso.


Pete era editor de la Associated Press en el turno de la tarde, a mediados de la d?cada de los ochenta, cuando yo ten?a veintis?is a?os y era reportera en la oficina de Boston. Cuando lo conoc?, yo cubr?a el turno nocturno; me presentaba a trabajar a la medianoche y quedaba libre a las ocho de la ma?ana. A esa hora me daban antojos de comer hamburguesas y tomar cerveza. Mi reloj biol?gico estaba bastante desfasado pero al menos pod?a ver a mis amigos y mi familia en el desayuno y en la cena. Pete, quien entraba a las cuatro de la tarde y sal?a a la medianoche, extra?aba todo. Dorm?a cuando sus hijos sal?an para el colegio y su esposa para el trabajo, y estaba en el trabajo cuando todos volv?an a casa, cenaban y se acostaban.


Un d?a, quej?ndome y lament?ndome de mi propio horario, acud? a Pete ?veinte a?os mayor que yo? y exclam?: ?No s? c?mo t? lo soportas. Es como estar viviendo en otro planeta o algo as??.


A?n hoy admiro a Pete por no haberme abofeteado por mi atrevimiento. En lugar de hacerlo, sonri? con su estilo familiar y bonach?n. ?Lo entender?s cuando seas mayor, Suzy, y tengas verdaderas cuentas por pagar y una familia que sostener?, me dijo. ?Me pagan una bonificaci?n por hacer este turno. Si conservo este trabajo, podr? jubilarme anticipadamente, enviar a mis hijos a la universidad sin necesidad de endeudarme y podr? comprar la casa de mis sue?os. Cada minuto de lo que estoy haciendo ahora habr? valido la pena cuando salga por la puerta mi ?ltimo d?a?.


Hac?a un a?o que me hab?a marchado de ese trabajo cuando Pete muri? en un accidente automovil?stico (su esposa qued? gravemente herida y muri? posteriormente), pero nunca dej? de pensar que Pete estaba posponiendo su vida ?por toda una serie de razones ?correctas?? en el momento de su muerte.


Todav?a pienso en ?l. Su vida me recuerda que aunque es importante considerar las consecuencias a largo plazo de toda decisi?n, ?stas no pueden ser consistentemente m?s importantes que las consecuencias a corto y mediano plazo. El futuro lejano casi siempre pesa m?s de lo que queremos reconocer y debe influir en nuestro pensamiento m?s de lo que habitualmente lo hace. Pero no debe alterar siempre las dem?s consideraciones temporales.


TIEMPO PARA RECAPACITAR


Si existe una objeci?n acerca del 10-10-10, esta tiene que ver con el tiempo: ?Estoy demasiado ocupado para hacer algo as??.


Cuando se trata de tomar una decisi?n radical en la vida, es cierto que el 10-10-10 puede tomar horas o incluso m?s tiempo. M?s adelante conoceremos a una ejecutiva publicista que se apoy? en esta metodolog?a para decidir qu? hacer con su carrera despu?s de que a su hijo le diagnosticaron una enfermedad mental de origen gen?tico. Puesto que tuvo que recurrir a diferentes opiniones m?dicas, su decisi?n tard? casi dos semanas.


Sin embargo, es mucho m?s frecuente que el 10-10-10 tome el tiempo necesario para tomar un camino acertado. Con este proceso, se malgasta menos tiempo del que se invierte sabiamente.


Tomemos el caso de Natalie, gerente de una empresa de tecnolog?a a quien conoc? el a?o pasado. Simult?neamente con su arduo trabajo, Natalie intenta mantener una fuerte presencia en la vida de su esposo y de sus dos hijos adolescentes, ambos atletas en la secundaria, desde hace dieciocho a?os. La mayor parte del tiempo logra mantenerse a flote, pero cuando surge algo nuevo debe tomar decisiones inesperadas, r?pidamente.


Charlie, el t?o de Natalie, nunca hab?a figurado mucho en su vida; cuando falleci? a la edad de ochenta y tres a?os, Natalie se sinti? m?s indecisa de lo que hubiera esperado con respecto a asistir a su funeral. ?Apenas lo conoc?a. Era el cu?ado de mi madre?, me explic?. ?Pero tambi?n sab?a que mi asistencia significar?a mucho para mis padres y el resto de la familia. Lo interpretar?an como un gesto de respeto?.


Con esa reflexi?n, Natalie decidi? asistir a la misa. Hizo planes para salir temprano de la oficina, pero justo cuando estaba a punto de salir, recibi? un mensaje de texto de su hijo de quince a?os. El chico no ten?a c?mo llegar a su entrenamiento de f?tbol; ?pod?a ella ayudarlo? Antes de que Natalie pudiera reaccionar, lleg? otro mensaje de texto, esta vez de su esposo: ten?a que quedarse hasta tarde en la oficina. ?Pod?a ella reemplazarlo y llevar a su hijo menor al ortodoncista?


?Bueno, hasta aqu? lleg? lo del funeral?, lament? Natalie con frustraci?n y levant? el tel?fono para llamar a su madre.


Pero entonces se detuvo. ?Por qu? no aplicar la metodolog?a 10-10-10 al problema? Hab?a conocido el proceso a trav?s de otra madre profesional y desde entonces lo hab?a estado utilizando para resolver conflictos peque?os entre el trabajo y la vida diaria, esos que son el pan de cada d?a.


Acto seguido, defini? su pregunta inmediata de la siguiente forma: ??Debo asistir al funeral del t?o Charlie??.


Al pensar en las consecuencias a los diez minutos, supo que un ?no? sin duda le facilitar?a la vida. No tendr?a que buscar otro medio de transporte para Josh, ni pasar por el elaborado ritual de reprogramar la cita de Todd con la obstinada recepcionista del consultorio odontol?gico. ?Qu? alivio!


En cuanto a los diez meses, sin embargo, la consecuencia de la decisi?n de no asistir amedrent? a Natalie. Ten?a solo una oportunidad para despedirse de su t?o. M?s all? de eso, probablemente no tendr?a otra oportunidad de ver a varios de sus familiares muy mayores de edad, a quienes quer?a mucho.


?Y las consecuencias a los diez a?os? Como madre, Natalie cre?a firmemente en el viejo dicho: ?Los hechos son m?s fuertes que las palabras?. Si quer?a ense?ar a sus hijos los valores de respeto y responsabilidad, ten?a que demostrarlos.


El siguiente n?mero que marc? fue el del celular de su hijo mayor. ?Josh, no te puedo ayudar?, le dijo. ?Para m? es muy importante asistir al funeral de mi t?o, debo demostrarle a mi familia cu?nto los quiero. Por favor, p?dele al entrenador que te ayude a ubicar qui?n te lleve?. Despu?s llam? al ortodoncista de su hijo menor y cancel? su cita; consider? reprogramarla cuando tuviera tiempo.


Finalmente, de camino a la iglesia, llam? a su esposo para explicarle su decisi?n. ?Estoy contigo?, dijo ?l cuando ella termin?. Inicialmente, Natalie pens? que sus palabras quer?an decir ?Estoy de tu lado?. Pero el mensaje de su esposo era literal. Despu?s de enviarle un correo electr?nico a su jefe, se fue en el carro para acompa?ar a Natalie a la misa.


M?s adelante, cuando le pregunt? a Natalie cu?nto tiempo hab?a invertido en su decisi?n 10-10-10, se ri? sorprendida. ?Ah, no s??, dijo, ?tal vez dos minutos?.


No me sorprendi?. He visto que el 10-10-10 resuelve dilemas m?s complejos con igual rapidez.


Una noche de verano, hace unos a?os, estaba cortando cebolla para la cena cuando mi hija pas? por la cocina. Con el incidente del baile del hula olvidado hac?a tiempo, Sophia se hab?a convertido en una jovencita que adoraba escribir, me imitaba a la perfecci?n y tambi?n adoraba el tenis, pod?a responder un rev?s a dos manos. Para probarlo, ten?a las iniciales del equipo de la escuela enmarcadas en su habitaci?n.


?Mam?, tengo que decirte algo?, dijo calmadamente. ?Voy a dejar el tenis?.


Mi coraz?n dio un vuelco. A lo largo del ?ltimo a?o, ciertamente hab?a notado que Sophia acortaba sus entrenamientos; la hab?a o?do quejarse de que ya no encontraba placer en el juego. Pero yo guardaba la esperanza de que tan solo estuviera pasando por una etapa transitoria.


Dej? de lado lo que estaba haciendo y me arm? del tono de voz m?s firme que pude.


?Absoluta y rotundamente, no?, dije. ?Hemos trabajado demasiado duro y dedicado demasiadas horas para llegar a donde estamos para que lo dejes todo ahora?.


Esperaba una pelea, pero Sophia me sorprendi?. En perfecta calma, sacudi? los hombros y simplemente respondi?: ?Est? bien, pero hagamos el 10-10-10. ?Qu? tal formular esta pregunta: ?Debe Sophia dejar de jugar un deporte del cual est? hastiada??.


?Preferir?a la pregunta sin tanto ?nfasis?, dije, ?pero est? bien?.


Sophia empez? a presentar sus argumentos. En los tres lapsos de tiempo, dijo que el estar libre del tenis le permitir?a enfocarse en actividades que ella simple y llanamente disfrutaba m?s. Insisti? en que no dejar?a de jugar tenis por completo, pues seguir?a haci?ndolo como pasatiempo.


?Las universidades querr?n ver que has sido fiel al equipo de la escuela?, le respond?, ?y en unos diez meses, eso va a pesar. Las universidades quieren muchachos persistentes, que no se rinden ante las dificultades?.


?Las universidades deben ver a la verdadera Sophia?, fue su respuesta, ?y no voy a jugar tenis en la universidad, mam?. Vamos, no soy lo suficientemente buena. Para m? no es divertido seguir perdiendo. No es mi deporte. Es el tuyo?.


Ella ten?a raz?n, por supuesto, pero yo no estaba lista para rendirme.


?Cuando seas mayor, dentro de diez o veinte a?os, vas a desear poder jugar tenis con tus amigos?, dije. ?Y conmigo. Podr?amos jugar juntas?.


?Podr?a vencerte a ti y tus pat?ticas jugadas con una mano atada en la espalda?, me dijo con una leve sonrisa. Aguard? un momento antes de su golpe final; supongo que sab?a que iba ganando. ?Mam??, dijo, ?esta decisi?n es sobre mi vida?.


Ante eso, tambi?n tuve que sonre?r. El juego hab?a terminado y Sophia lo hab?a ganado con todas las de la ley. El 10-10-10 nos hab?a servido de ?rbitro confiable.


VER LO QUE QUEREMOS VER


El 10-10-10 siempre est? presente. No importa el alcance del dilema al cual se aplica, no importan los detalles. Desde la ma?ana en que descubr? el 10-10-10, o ?l me encontr?, he visto c?mo la idea ha evolucionado hasta alcanzar su plenitud y se difunde de persona a persona, a trav?s de fronteras de todo tipo. Porque funciona.


En una ?poca en que el mundo se mueve a la velocidad de la luz y las decisiones son inexorablemente complejas, el 10-10-10 puede ayudarlo a forjar una vida premeditada en la que usted escoja sus opciones, una por una. Puede evitar que usted observe su vida desde afuera, con asombro, consternaci?n o con un remordimiento que lo corroer? por siempre. Le ayuda a decidir si quiere ser una mujer profesional o una madre de familia, o ambas cosas, si una relaci?n debe progresar o terminar, o si vale la pena conservar un empleo.


El 10-10-10 agrega racionalidad donde hace falta. Introduce premeditaci?n donde solo hay instinto. Reemplaza la opacidad por la transparencia.


O como me dijo Antoine alguna vez, el 10-10-10 ?acalla el ruido para que la mente pueda ver lo que necesita ver?.


Esto me trae de nuevo a mi primera descripci?n del 10-10-10 como una herramienta para administrar la vida.


La verdad es que si usted utiliza el 10-10-10 regularmente, ?ste deja de ser una herramienta, un proceso, un dispositivo o una metodolog?a, y se convierte en un latir infinito que proporciona apoyo.


Se vuelve un estilo de vida.


? 2009 Suzy Welch



Continues...

Excerpted from 10-10-10 (10-10-10; Spanish Edition) by Suzy Welch Copyright © 2010 by Suzy Welch. Excerpted by permission.
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Reading Group Guide

This reading group guide for 10-10-10 includes an introduction, discussion questions, and ideas for enhancing your book club. The suggested questions are intended to help your reading group find new and interesting angles and topics for your discussion. We hope that these ideas will enrich your conversation and increase your enjoyment of the book.

Introduction

In this New York Times bestseller, author, commentator, and business journalist Suzy Welch shares the process of 10-10-10, her innovative approach to thinking about—and resolving—the life dilemmas that all too often leave us feeling paralyzed. An antidote to the mounting pressure to make too many choices in too little time, this powerful new idea can be applied to issues encountered at work, in marriage and other personal relationships, as a parent, and a friend. By considering each of your options and projecting their outcomes in 10 minutes, 10 months, and 10 years, you’ll learn how to “get unstuck” and make the kind of deliberate, proactive decisions that lead to the life you truly want for yourself and a future without guilt and regret. The discipline, as illustrated through the personal stories of 10-10-10 users around the world, can ultimately be drawn upon to help you to untangle your priorities, excavate your own deeply-held values, and reclaim your life, one decision at a time.



Questions and Topics for Discussion

1. Suzy describes how she came up with 10-10-10 after making a particularly poor decision — to bring her children along on a business trip to Hawaii in an attempt to “crack the work-life balance code” and make everyone happy. As her plans unravel, she has the scary realization that her life is “living her,” rather than the other way around. Have you ever tried to “do it all” or juggle several major aspects of your life in order to please everyone at once? How did that experience turn out? Were there, in retrospect, alternative choices you could have made at the time that would have caused you to end up in a different place?

2. In her explanation of the evolutionary biology of decision-making, Suzy discusses “hyperbolic discounting,” or the idea that people tend to “act as if the future doesn’t exist or will be ideal.” Can you cite instances where you exhibited this behavior? Out of the immediate, mid-term, and distant future, which timeframe do you typically give the most weight to when making a decision?

3. Suzy talks about the “wisdom” of gut instinct as an imperfect science at best. How often do you rely purely on gut? In what instances have your instincts turned out to be correct? Incorrect? Have your gut decisions left you feeling in control of your life?

4. 10-10-10 becomes much more powerful when you work to candidly identify what it is that you value, and how much. Having read this book, can you name some of your own values and prioritize them? Make a list of values you hold relating to a single area of life: love, friendship, faith, work or parenting — then do your best to rank order them. Were you aware of these values before? Do you think they have shifted or changed over time? If so, how? Are there any values that you have found difficult to admit to others, or even to yourself?

5. Suzy outlines our all-too-common propensity towards “escalating commitment” or the tendency to stay attached to a project or relationship that is clearly failing. Indeed, most of us have been guilty of staying in an unhealthy relationship too long, or simply out of inertia at one point or another. In light of this, how might you use 10-10-10 to evaluate your relationships, either working alone or in conversation with your partner? How can you both go about bringing your values into the equation?

6. In discussing the application of 10-10-10 in careers, Suzy explains that “no job or profession will ever be right for you if it requires you to work with people who don’t share your values or appreciate you as you are. You have to like your colleagues—and feel authentic around them—if you are ever going to have a career you like.” See if you can come up with an example of a time when the values of your co-workers were in line with your own, as well as a time when they weren’t. How did the overall job experiences differ?

7. Have you ever experienced a career stall? How did you get through it? If you had used 10-10-10, would the outcome have been different? How so?

8. Was there a particular story in the book that echoed a personal experience of your own or that you found you could especially relate to? Explain why.

9. Can you think of a time when you have deliberately ended a friendship or had a friend end one with you? Discuss ways 10-10-10 might help you reconnect with that person (or decide that is not the best route after all).

10. Identify a parenting dilemma that you or someone you know has faced. Did guilt play a role in the decision process? How was the problem finally resolved? Were the children able to participate in the process? In what ways could 10-10-10 have been used to affect the outcome?

11. Do you often struggle with moments when work and the rest of life — be it family time, love, leisure or even faith — collide? How might you use 10-10-10 to better communicate with everyone involved?

12. Before you heard about the 10-10-10 process, how did you typically approach difficult decisions?

13. Is there a choice you have made in the past that you especially regret? Why? How might have 10-10-10 changed the experience?

14. In the final chapter, Suzy offers 10-10-10 as one solution to a general lack of happiness that she feels too many people experience today, perhaps as a result of rushed or compromised decision-making. Do you agree with her observation? Try to create your own “Happiness List” of people or couples you know who are truly happy. What percentage of your circle of friends makes the cut? What strategies do you think have helped this group maintain their happiness? What keeps people from being happy?



Enhance Your Book Club

1. Please check out Suzy’s website at www.SuzyWelch101010.com and post a 10-10-10 story of your own.

2. You can also follow Suzy on Twitter: @SuzyWelch | www.twitter.com/SuzyWelch.

3. Together, Jack and Suzy Welch authored the #1 bestseller Winning, and they also currently write a weekly column for BusinessWeek on business and career challenges. Find out more about their work at www.WelchWay.com.

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