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CAPITULO I
El gran dia de Ramona
-Yo no soy ninguna chinche,- le dijo Ramona Quimby a su hermana mayor, Beezus.
-Pues entonces, deja de dar lata,- dijo Beezus, cuyo verdadero nombre era Beatrice, mientras esperaba, parada junto a la ventana del frente, a su amiga Mary Jane para ir juntas a la escuela.
-No estoy dando lata. Estoy cantando y saltando,- dijo Ramona, que acababa de aprender a saltar con los dos pies. Ramona no se consideraba chinche. A pesar de lo que dijeran los demás, jamás se consideró latosa. Los que la llamaban chinche o latosa eran siempre mayores que ella, de modo que podian ser injustos.
Ramona siguió cantando y bailando. "¡Este es un gran dia, un gran dia!" cantó. Y para Ramona, que se sentia un poco más crecida con su vestido en vez de su ropa de juego, éste era, en verdad, un gran dia, el dia más grande de toda su vida. Ya no tendria que sentarse en su triciclo a mirar a Beezus, Henry Huggins y todos los demás chiquillos del vecindario cuando iban para la escuela. Hoy ella también iria a la escuela. Hoy iba a aprender a leer y escribir y hacer todo lo que la haria alcanzar a Beezus.
-¡Anda, mami!- la urgió Ramona, dejando de cantar y bailar un momento.-¡No queremos llegar tarde a la escuela!
-No fastidies, Ramona,- dijo la Sra. Quimby. -Te llevarécon tiempo de sobra.
-No estoy fastidiando,- protestó Ramona, quien jamás tenia la intención de fastidiar. Es que ella no era un adulto lento. Era una chiquilla que no podia esperar. La vida era tan Interesanteque tenia que averiguar lo que pasaria después.
En eso llegó Mary Jane. -Sra. Quimby, y pudiéramos Beezus y yo llevar a Ramona al kindergarten?- preguntó.
-¡No!- dijo Ramona en el acto. Mary Jane era una de esas muchachas que siempre queria hacer de mamá y siempre queria que Ramona fuera su bebá. Nadie iba a pescar a Ramona haciendo de bebé, su primer dia de clases.
-¿Por qué no?- le preguntó la Sra. Quimby a Ramona. -Puedes ir con Beezus y Mary Jane, como una niña grande.
-No, no puedo. - A Ramona no la engañaban ni un segundo. Mary Jane le hablaria con esa vocecita tonta que usaba cuando hacia de mamá y la tomaria de la mano y la ayudaria a cruzar la calle y todo el mundo creeria que de verdad era una bebé.
-Por favor, Ramona, - la trató de engatusar Beezus. -Seria muy divertido llevarte y presentarte a la maestra del kindergarten.
-¡No!- dijo Ramona al tiempo que piso-teaba. Beezus y Mary Jane se divertirian pero ella no. Solamente un verdadero adulto la iba a llevar a la escuela. De ser necesario, armaria una griteria, y cuando Ramona armaba una griteria, generalmente conseguia lo que queria. A veces las griterias eran necesarias cuando se era la menor de la familia y la menor de toda la cuadra.
-Está bien, Ramona,- dijo la Sra. Quimby.
-Nada de griteria. Si no quieres, no tienes que ir con las muchachas. Yo te llevaré.
-Date prisa, mami,- dijo Ramona contenta, mientras veia a Beezus y Mary Jane salir por la puerta. Pero cuando Ramona pudo finalmente sacar a su mamá, de la casa, vio con mucho desagrado que una de las amigas de su mamá, la Sra. Kemp, venia con su hijo Howie y traia en un cochecito a la hermanita de éste, Willa Jean. -Date prisa, mami,- suplicó Ramona, que no queria que esperaran a los Kemp. Como las mamás eran amigas, se suponia que ella y Howie se debian llevar bien.
-¡Hola!- dijo la Sra. Kemp, de modo que lamamá, de Ramona tuvo que esperar.
Howie le clavó la mirada a Ramona. A él le gustaba tan poco tener que llevarse bien con ella como a ella con él.
Ramona también le clavó los ojos. Howie era un chiquillo robusto con cabello rubio encrespado. ("Qué lástima en un varón, " decia a menudo su propia mamá.) Llevaba los pantalones de dril azul enrollados y tenia una camisa de mangas largas. No se le notaba el menor entusiasmo porque iba para el kindergarten. Eso era lo malo de Howie, pensó Ramona. El jamás se entusiasmaba por nada. Willa jean, con su cabello lacio, le interesaba más a Ramona porque era muy descuidada, escupia montones de migajas de galletas y se reia porque se creia muy lista.
-Hoy se me va mi bebé, - dijo la Sra. Quimby, con una sonrisa, cuando el grupito iba caminando por la calle Klickitat hacia la escuela Glenwood.
A Ramona, a quien le gustaba ser la bebé de su mamá, no le gustaba que la llamaran bebé, especialmente en presencia de Howie.
-Crecen muy rápido, observó la Sra. Kemp.
Ramona no podia entender por que- los mayores siempre hablaban de lo rápido que crecen los niños. A ella le parecia que el crecer era lo mas lento del mundo, peor aún que esperar la llegada de la Navidad. Ramona habia esperado durante añ só para ir al Kindergarten y la última media hora habia sido la parte más lenta de todas. Cuando el grupo llegó a la bocacalle más cercana a la escuela Glenwood, Ramona se alegró de ver a Henry Huggins, que era amigo de Beezus, de guardián de tránsito en esa esquina.
Después que Henry los hablia guiado Para cruzar la calle, Ramona corrió hacia el kindergarten, que estaba provisionalmente en un edificio de madera y que tenia su propio patio de juego. Las mamás y los chiquillos ya iban entrando por la puerta. Algunos de los chiquillos parecian , asustados y una niña estaba llorando.
-¡Ya es tarde! dijo Ramona. ¡Date prisa!.