Al empezar un nuevo siglo, y un nuevo milenio, es conveniente que los cristianos le demos una mirada al futuro que nos espera, que pasemos revista a las nuevas interrogantes que se empiezan a vislumbrar en el mundo, así como a los retos que tales señales pueden suponer para el cristianismo. Durante las dos últimas décadas ha tenido lugar en nuestro planeta toda una serie de acontecimientos que han contribuido a cambiar las relaciones humanas y a crear un nuevo tipo de sociedad a escala global.¿Cuál debe ser la actitud cristiana frente al actual proceso de globalización?¿Cómo tiene que comportarse el cristiano con el extranjero según la Palabra de Dios?¿Seremos capaces durante este tercer milenio de no destruirnos mediante la energía nuclear o la guerra bacteriológica?¿Cómo se configura la nueva familia globalizada?¿Cómo es posible incultural hoy el mensaje cristiano en medio de una sociedad tan variada y plural?
Al empezar un nuevo siglo, y un nuevo milenio, es conveniente que los cristianos le demos una mirada al futuro que nos espera, que pasemos revista a las nuevas interrogantes que se empiezan a vislumbrar en el mundo, así como a los retos que tales señales pueden suponer para el cristianismo. Durante las dos últimas décadas ha tenido lugar en nuestro planeta toda una serie de acontecimientos que han contribuido a cambiar las relaciones humanas y a crear un nuevo tipo de sociedad a escala global.¿Cuál debe ser la actitud cristiana frente al actual proceso de globalización?¿Cómo tiene que comportarse el cristiano con el extranjero según la Palabra de Dios?¿Seremos capaces durante este tercer milenio de no destruirnos mediante la energía nuclear o la guerra bacteriológica?¿Cómo se configura la nueva familia globalizada?¿Cómo es posible incultural hoy el mensaje cristiano en medio de una sociedad tan variada y plural?